En Sudáfrica el gospel reconcilia abismos de odio

En Sin perdón no hay futuro, Desmond Tutu escribe "¿Por qué Sudáfrica emergió del odio a la paz?”. En su tesis de máster, la musicóloga Carla Suárez demuestra la influencia del góspel en la reconciliación del país durante el apartheid.

Jonatán Soriano

20 DE AGOSTO DE 2015 · 16:00

Una reunión de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Foto: datuopinion.com,Sudáfrica
Una reunión de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Foto: datuopinion.com

Sudáfrica, 10 de mayo de 1994. Nelson Mandela toma posesión de la presidencia del país después de ganar las elecciones con una amplia mayoría (62% del escrutinio para el Congreso Nacional Africano). Tiempo después, Mandela declaró: “En la asunción de mi gobierno, el invitado de honor fue mi carcelero blanco, debido a que yo había perdonado toda injuria y debía mostrarle el camino a todo mi país”.

Con la caída del régimen del apartheid, el país comenzó un proceso de reconciliación social basado en un modelo de justicia transicional con bastantes lagunas. En el período del postconflicto se creó la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, con la cual se busco crear consenso entre la minoría blanca y la mayoría negra.

La actividad de la comisión se caracterizó por tres puntos básicos: otorgar amnistía a quienes reconociesen el daño causado, castigar los delitos considerados como graves (torturas, desapariciones, etc.) y realizar audiencias públicas entre victimarios y víctimas donde los unos pudiesen pedir perdón o explicarse ante los otros.

Pese a ser una iniciativa que acabaría convirtiendo a Sudáfrica en un referente moral para el continente y el mundo, la comisión no fue capaz de abarcar la totalidad de los casos pendientes de reconciliación y no hubo castigo para algunos de los actores activos durante el apartheid.

De hecho, Desmond Tutu, que fue presidente de la comisión, reconoce en Sin perdón no hay futuro que las audiencias públicas tempranas al final del régimen y los mecanismos para la reconciliación establecidos entonces, han sido sólo un primer paso.

 

GÓSPEL, LLEGAR DONDE LA JUSTICIA NO ALCANZA

El rugby no lo ha sido todo para Sudáfrica. De hecho, la victoria de los Springbok en la Copa Mundial de Rugby de 1995, tan sólo fue una puesta en escena de la voluntad de reconciliación por parte del nuevo gobierno y de una parte importante de la sociedad. La música, en cambio, ya llevaba años trabajando los lazos de unión entre las personas sudafricanas, y continuaría haciéndolo. Y no una música cualquiera, sino el góspel.

La música góspel y sus letras fueron clave ayudando a expandir y hacer visible la idea de búsqueda de unidad, tolerancia e igualdad. Incluso antes de la abolición del régimen era común que se organizaran conciertos en las ciudades principales del país, donde grupos musicales de diferentes culturas y estilos iban pasando por el escenario”, asegura la etnomusicóloga Carla Suárez, que realizó su tesis de máster sobre la influencia del góspel en la reconciliación de Sudáfrica, y continua investigando para su doctorado.

Sudáfrica había crecido con el moralismo de los afrikáners calvinistas, por lo que se trataba de una sociedad mayoritariamente cristiana en su cultura. Suárez destaca el valor que tuvieron tanto el góspel como las diferentes comunidades eclesiales para traspasar al ámbito personal todo un proceso de justicia nacional. “Una vez cae el apartheid, comienzan a crecer las iglesias multirraciales cuyos grupos de alabanza estaban formados por personas de distintas etnias, liderando a una congregación caracterizada por la diversidad”, explica.

 

Carla Suárez entrevistando a Desmond Tutu en 2014. Foto: C.Suárez

Si bien es cierto que Suárez asegura que no hay un “nuevo góspel” en Sudáfrica, por tal de darse a conocer en el ámbito público y llegar a un sector más amplio de la sociedad, las canciones de góspel de la época adoptan una diversidad de estilos saliendo de sus patrones habituales.

Dan muestra de ello ejemplos como el disco Spirit of South Africa (1999), del coro masculino Ladysmith Black Mambazo, “donde se recopilan temas escritos justo tras la caída del apartheid y el inicio de la democracia, que mezclan letras de reconciliación con un estilo puramente zulú”. La etnomusicóloga resalta específicamente la primera estrofa de la canción Akehlulek’ubaba (No hay nada que nuestro Padre no pueda hacer), que reza lo siguiente:

¿Sabe alguien la dulce historia

De cuando los corazones de los sudafricanos cambiaron?

Entonces sucedió que el mundo entero se juntó

Entonces sucedió que el mundo entero se regocijó

O también explica el caso del himno del país, Nkosi Sikelel’i Afrika (Señor, bendice África) que según aclara, proviene de un antiguo himno metodista escrito en distintos idiomas africanos y que pide la unidad de toda la sociedad y proclama la oración a Dios.

 

ENTREVISTA CON TUTU

En febrero de 2014, y aprovechando la visita de Desmond Tutu a Barcelona para recoger el Premio Internacional de Cataluña, Carla Suárez se entrevistó con el arzobispo anglicano de Sudáfrica, Premio Nobel de la Paz en 1984 y uno de los rostros más activos en la construcción del nuevo estado postapartheid, con el fin de obtener más material para su investigación. Suárez ha querido compartir con Protestante Digital algunas pinceladas de este encuentro.

Es injusto establecer comparaciones entre conflictos de diferentes países. Y aún más injusto llegar a la conclusión de diferenciar sus respectivos procesos de reconciliación basándose en aspectos culturales. El conflicto en Serbia es diferente al conflicto sudafricano, por tanto requiere de otro tipo de mecanismos para restaurar los lazos de unión en su sociedad. Aún así, en su entrevista con Suárez, Desmond Tutu afirma que “habría sido muy difícil para la gente perdonar si no fuera por su fe”.

 

Invitación para el acto entrega del Premio Internacional de Cataluña 2014. Foto: C. Suárez

El arzobispo anglicano, presidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, explica, en su entrevista con Suárez, cómo transcurrió la primera reunión. “Coincidió en domingo y vino precedida por un culto interdenominacional e intercultural. Se empezó la sesión con una oración y un himno, y comenzaron los testimonios. Cuando terminó de hablar la última persona convocada ese día, de nuevo oraron para finalizar el encuentro; este fue el esquema que se siguió para cada una de las sesiones”.

La curiosidad de Carla llevó a preguntar a Tutu con qué himno abrían las sesiones de la comisión. A lo que éste respondió que la canción se escogía en función del idioma que se hablaría en la reunión, lo que dependía de la lengua que utilizaban la mayoría de los testigos. Y con esa paciencia y ternura, y ese corazón vibrante con los que Carla lo describe, se animó a cantarle un cántico llamado Todas las lenguas de todas las gentes y naciones cantan y alaban para la gloria de Tu nombre.

 

RECONCILIACIÓN EN PRESENTE

Los vestigios del apartheid continúan vivos en Sudáfrica. El país es una potencia a nivel regional y también mundial (miembro del BRICS). Sin embargo, la minoría blanca sigue controlando gran parte del capital, lo que se traduce en tasas de desempleo del 40% en la población negra y del 65% en los jóvenes, según datos del miembro fundador del Centro de Estudios Africanos (CEA) de Barcelona, Antoni Castel.

Pese a iniciativas como la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, la educación segregacionista que sometió a la ciudadanía durante cuarenta y ocho años, sigue estando arraigada en parte de la población sudafricana.

En este sentido, la música góspel y las diferentes comunidades e iglesias cristianas juegan un papel importante en el seguimiento de la reconciliación. “Una amiga mía sudafricana me comentaba recientemente que sólo conoce dos casos en los que blancos y non-whites están juntos codo con codo: en la obra social y en la iglesia. Es un buen principio, pero todavía no es suficiente”, remarca Suárez.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - En Sudáfrica el gospel reconcilia abismos de odio