La evangélica Marina Silva cerca de la presidencia de Brasil
El porcentaje de evangélicos en el país llegó al 22% en 2010. Los votantes evangélicos apoyarían a Silva por encima de Rousseff en una proporción de 54 a 38%.
Reuters · Brasilia · 28 DE SEPTIEMBRE DE 2014 · 19:55
Los cada vez más influyentes cristianos evangélicos de Brasil están cerca de ver cómo sale elegida en los comicios del próximo mes a una de los suyos como presidente del país por primera vez, lo que sería un cambio histórico en la nación católica más grande del mundo.
Por primera vez en el país, dos evangélicos son candidatos a la presidencia, aunque Marina Silva ha eclipsado la campaña de Pastor Everaldo, quien ha acusado al Gobierno de Rousseff de pisotear los valores familiares y buscar la legalización del aborto.
La ecologista Marina Silva, que está prácticamente igualada en las encuestas con la actual presidenta Dilma Rousseff de cara a las elecciones del 5 de octubre, es una cristiana evangélica del movimiento pentecostal que a menudo invoca a Dios en su campaña y que ha revelado que como todo buen creyente tiene a la Biblia es un referente en su vida, incluida la política.
La ex senadora dijo en una entrevista este mes que "la Biblia es, sin lugar a dudas, una fuente de inspiración", pero inmediatamente matizó que todas sus decisiones políticas son "tomadas sobre una base racional".
Muchos de los evangélicos de Brasil son, al igual que Silva, mujeres afro-brasileñas que tienen un pasado de extrema pobreza. Silva llegó a la fe evangélica tarde. Nació en una zona de la selva amazónica y su conversión llegó en 1997, después de que su médico le dijo que sólo un "milagro" podría mejorar el estado de su frágil salud, afectada por haber sufrido malaria, hepatitis e intoxicación por plomo cuando era una niña mientras vivía en la mayor pobreza en una plantación de caucho.
EL VOTO EVANGÉLICO
Encuestas recientes muestran que los votantes evangélicos no son unánimes, aunque apoyarían a Silva por encima de Rousseff en una proporción de 54 a 38 por ciento, respectivamente, si ambas candidatas se enfrentasen este 26 de octubre. En una carrera reñida, esta diferencia podría cambiar cualquier resultado.
Por esto, ambas candidatas hacen gestiones por captar estos votos, visitando iglesias y, en el caso principalmente de Rousseff, subrayando sus credenciales cristianas. "Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Señor", dijo recientemente Rousseff en un evento de campaña citando un salmo.
"El voto evangélico será decisivo en esta elección", dijo Rodrigo Delmasso, un pastor de 34 años de una iglesia pentecostal de Brasilia y quien es candidato a legislador por la ciudad en los próximos comicios.
Delmasso confesó que votó por Rousseff en el 2010, pero que ahora respalda a Silva, ya que confía en que ella "pondrá fin a la corrupción" tras 12 años de Gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores.
MARINA SILVA: "UNA FE NO REÑIDA CON LA RAZÓN"
Pero a pesar del evidente poder del voto evangélico en su conjunto, los principales candidatos se mueven con cautela.
Silva, por ejemplo, ha tratado de establecer un cuidadoso equilibrio entre la convicción que siente por su fe y el no herir la sensibilidad de los brasileños que tienen una mentalidad más secular.
Además, los analistas políticos aseguran que muchos sufragios de este sector están todavía en juego. Los sectores pobres de Brasil dependen de los programas sociales del Partido de los Trabajadores de Rousseff, lo que podría inclinarlos a votar por la actual mandataria independientemente de lo que su pastor pueda decir, en uno de los países con la mayor brecha de ingresos en el mundo.
CRECIMIENTO EVANGÉLICO
Alrededor del 65 por ciento de los 200 millones de habitantes de Brasil son católicos e incluso el Papa Francisco eligió Río de Janeiro para realizar su primer viaje al extranjero como Pontífice en 2013. No obstante, los evangélicos siguen ganando seguidores y poder vertiginosamente en el gigante sudamericano.
El porcentaje de evangélicos en el país subió al 22 por ciento en 2010 desde sólo el cinco por ciento en 1970. Y la cifra ha continuado creciendo en los últimos años.
Además, los evangélicos se expandieron entre una clase obrera urbana que se benefició de la prosperidad económica del país en las últimas dos décadas y que ahora exige una mayor participación política.
Este veloz avance ha originado que a los evangélicos brasileños se les compare con la "derecha religiosa" que comenzó a influir en la política estadounidense en la década de 1980.
INFLUENCIA SOCIAL Y POLÍTICA
Financiadas por las ofrendas y los diezmos que entregan voluntariamente sus fieles, las iglesias evangélicas más importantes de Brasil están convirtiendo su riqueza en influencia social y política. En los últimos años han comprado estaciones de radio y televisión a través de todo Brasil y han financiado campañas para que sus candidatos, entre ellos muchos pastores, logren escaños en el Congreso.
Uno de los objetivos de los evangélicos es seguir expandiendo su importante bancada en el Congreso, que ha pasado de 17 miembros en 1985 a 76 legisladores en la actualidad, alrededor del 15 por ciento de la Cámara de Diputados.
Los legisladores evangélicos mostraron su capacidad de acción en el Congreso en el pasado mes de mayo, cuando forzaron a Rousseff a revocar la autorización para realizar abortos en servicios de salud pública en casos excepcionales de embarazos provocados por una violación o de fetos con defectos en el cerebro.
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