Antes de que la tripulación del Mayflower avistara las tierras de lo que se llamaría Nueva Inglaterra, numerosas oleadas de inmigrantes, aventureros y viajeros habían llegado ya al norte de América.
Los españoles habían colonizado las tierras de California, Nuevo México, Texas y Florida, pero habían parado su exploración en las tierras más al norte. Los franceses, los daneses, noruegos y otros europeos querían su pequeña parte del pastel americano.
Mientras España y Portugal extendían sus imperios, Inglaterra intentaba ocupar las tierras de América que aún permanecían libres. Un italiano, Juan Caboto, fue el explorador enviado por Enrique VII para explorar las nuevas tierras. El 2 de mayo de 1497 Caboto zarpó del puerto de Bristol y bordeando Irlanda llegó hasta Terranova, era el primer intento inglés de establecerse en América.
Al mismo tiempo Francia, otra de las potencias emergentes del continente, enviaba sus primeras expediciones a América. En 1524 Giovanni da Verrazano, enviado por el rey Francisco I, partía para América pisando tierra en el cabo de Fear. En marzo de ese mismo año Verrazano exploraba la bahía de lo que más tarde sería Nueva York.
La Reforma protestante fue el acicate para la colonización de Norte América.
La crisis política en Europa y las guerras de religión empujaron a muchos protestantes, sobre todo hugonotes, baptistas, menonitas y miembros de otros grupos minoritarios, a la búsqueda de nuevas tierras donde pudieran practicar su religión.
El almirante Coligny, líder y mártir de la Reforma Protestante francesa, fue uno de los primeros hugonotes que vio en el nuevo continente la oportunidad para las comunidades cristianas perseguidas en Francia.
Coligny consiguió una autorización del rey Carlos IX para establecer colonias de hugonotes en América. Los futuros Estados Unidos hablaban muchos idiomas, pero comenzaban a construirse bajo la luz de la reforma protestante.
Continuará…
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- La Reforma protestante en la colonización de Norte América