Trump y la religión: segunda temporada

También en el ámbito religioso estos cuatro años serán muy largos y extremadamente complejos.

28 DE FEBRERO DE 2025 · 11:00

La obispa Budde, predicando el pasado 21 de enero de 2025 en Washington./ Doug Mills,
La obispa Budde, predicando el pasado 21 de enero de 2025 en Washington./ Doug Mills

Hace unos meses, en un campo de Pensilvania, una bala voló por mi oreja y lo sentí. Y ahora lo creo aún más que mi vida la preservó por una razón: que Dios me ha permitido volver a hacer de Estados Unidos un país grande de nuevo.

D.T.

 

Estamos delante de la segunda etapa de Donald Trump como presidente estadounidense, con todo lo que eso implica en los ámbitos político, ideológico y también religioso, sobre todo porque en su país se toma mucho en cuenta la adscripción o identidad del gobernante de turno. Así ha sucedido siempre y en los últimos años ha cobrado particular relevancia debido a que la ciudadanía considera seriamente, al momento de votar, la orientación religiosa de los candidatos y ese factor es utilizado para dirigir la elección. Lo que sucede con él queda más bien del lado de las meras apariencias: “Trump ha abandonado la iglesia tradicional. En 2020 anunció que ya no se identificaba con la denominación presbiteriana que lo confirmó cuando era niño, sino como un cristiano no denominacional, una tradición estrechamente asociada con el evangelicalismo”.[1] En ambas votaciones (2016 y 2024), quedó muy claro el rumbo de su perspectiva religiosa marcada por un sesgo conservador ligado a lo que se conoce como la “ultraderecha evangélica”.[2] Incluso el atentado de que fue objeto el 13 de julio lo usó para tratar de convencer a eventuales partidarios acerca de que Dios protegió su vida con el loable propósito de que llegara nuevamente a la presidencia.[3] Sus palabras fueron grandilocuentes para el consumo del electorado y consiguieron, de hecho, movilizar a sectores que vieron en ello una “señal divina”. La frase en las gorras y camisetas de muchos seguidores lo decían todo: “Jesús es mi salvador y Trump es mi presidente”, como parte de la discutible asociación entre ambas figuras y el nacionalismo estadounidense.

Desde antes de su primer mandato, Trump siguió una línea bastante previsible pues se mostró abiertamente cercano a los movimientos provida y antiderechos con los que claramente ha tenido afinidades, sobre todo por su participación en la Conferencia de Acción Política Conservadora, el movimiento que reúne a agrupaciones conservadoras de varios países. Para esta segunda campaña, Trump no dudó en lanzar una edición de la Biblia asociada a su nombre el ejemplar, con un costo de 60 dólares, fue un vehículo más para la propaganda electoral: “Días antes de Semana Santa, Trump publicó un video en sus redes sociales en el que animaba a sus seguidores a comprar el libro God Bless the USA Bible, llamada así por la balada del cantante country Lee Greenwood, que Trump hace sonar cuando sube al escenario en sus mítines”.[4] “Todos los estadounidenses necesitan una Biblia en su casa, y yo tengo muchas. Es mi libro favorito”, dijo Trump, “quien antes de entrar en la política no era abiertamente religioso y, además, tuvo un notable tropiezo al referirse a un libro de la Biblia durante su campaña de 2016”. El sitio web de esa edición es: https://godblesstheusabible.com/

El biblista español Rafael Aguirre se ocupó del primer periodo de Trump en La utilización política de la Biblia (2024) y recordó cuando éste posó en 2020 con una Biblia en la mano ante la fachada de la histórica iglesia episcopal de San Juan, luego de una protesta en Washington contra la violencia ejercida hacia George Floyd, quien fue asesinado por policías en Minneapolis. La reacción de la obispa Marian Budde fue contundente: “Permítanme ser clara, el presidente acaba de usar una Biblia, el texto más sagrado en la tradición judeocristiana, y una de las iglesias de mi diócesis sin permiso, como telón de fondo para un mensaje contrario a las enseñanzas de Jesús”.[5]

Trump y la religión: segunda temporada

Coincidentemente, Budde predicó el 21 de enero de 2025 en la catedral nacional de Washington y, como parte de su alocución, se refirió a las personas migrantes y a las que tienen una opción sexual diferente (“En nombre de nuestro Dios, le pido que se apiade de las personas de nuestro país que ahora tienen miedo. Hay niños gays, lesbianas y transexuales en familias demócratas, republicanas e independientes, algunos de los cuales temen por sus vidas”), por lo que recibió ataques de Trump y sus simpatizantes al calificar sus palabras no como una homilía adecuada sino como una respuesta “progresista” y fuera de lugar. También surgieron posturas que reconocieron el mérito de Budde al exponer una petición ante el presidente entrante, quien exigió que ella se disculpara a lo que la obispa respondió que no lo haría: “No odio al presidente y rezo por él. No creo que sea necesario disculparse por una petición de clemencia. Siento que mi sermón ofrecía una perspectiva que no estaba recibiendo mucha atención en este momento y una visión del cristianismo que ha sido un poco silenciada en el ámbito público […] Quería hacer una petición, una solicitud para que ampliara su caracterización de las personas que ahora están asustadas y corren el riesgo de perderlo todo, y pensé que esa sería la forma más respetuosa de decirlo”, dijo en una entrevista.[6]

En opinión de Ruth Graham y Elisabeth Dias, el discurso y la respuesta de la obispa Budde llega en un momento en que las iglesias protestantes históricas (y más “progresistas”, dicho sea de paso) parecen estar arrinconadas o silenciadas por el empuje de los grupos derechistas:

Después del servicio [del 21 de enero], Trump llamó a la obispa Budde “una radical de izquierda de línea dura que odia a Trump” en una publicación en las redes sociales. Sus enemigos la aclamaron inmediatamente como un ícono de la resistencia. Pero para muchos cristianos progresistas y sus líderes, la confrontación fue más que un momento de catarsis política. Se trató de algo más que Trump. Fue una expresión elocuente de la teología cristiana básica, expresada en un foro extraordinariamente público.

Sara Ivey, de 71 años, otra feligresa de la Iglesia de la Transfiguración, dijo que el sermón le recordó el Salmo 103, que describe a Dios como “misericordioso y clemente, lento para la ira y abundante en amor constante”. El sermón, que vio en vivo, la hizo “estar muy orgullosa de ser episcopal”.[7]

El análisis de Graham y Dias va más allá de esta coyuntura y observa cómo ha sido el comportamiento de las iglesias llamadas “liberales”, que han sido aisladas y cuya teología es objeto de duras críticas por parte de otros integrantes del mainstream protestante de Estados Unidos: “Algunos cristianos tradicionales han percibido un inquietante tufillo a irrelevancia que se ha acelerado en la era Trump, ya que éste ha elevado una corriente de cristianismo político conservador cuyos líderes en algunos casos ni siquiera consideran a la obispa Budde como una compañera cristiana”. El principal dirigente de la Iglesia Episcopal, Sean Rowe, afirmó que se trató de: “Una súplica de misericordia, un reconocimiento del extraño en medio de nosotros, [algo que] es fundamental para la fe […] Es radical, dado el orden del mundo que nos rodea, es contracultural, pero no está ligado a ninguna ideología política”.[8] Un libro de Budde, How we learn to be brave. Decisive moments in life and faith (Cómo aprendemos a ser valientes. Momentos decisivos en la vida y en la fe, 2023), disparó sus ventas en los últimos días. En español está disponible: Recibiendo a Jesús. El camino del amor (Church Publishing Incorporated, 2019).

Asimismo, ha habido otras reacciones por parte de iglesias contrarias a la conducta gubernamental de Trump en las primeras semanas de su nueva gestión, sobre todo en cuanto a la deportación masiva de migrantes, dado que muchas de ellas cuentan con programas específicos de apoyo y asistencia. Un recuento de la influyente revista Christianity Today informó acerca del impacto de las nuevas políticas migratorias en las iglesias y en las familias militantes apenas en la primera semana del gobierno.[9] El 3 de febrero, la Iglesia Presbiteriana de Estadios Unidos (PCUSA) difundió un comunicado sobre “las medidas drásticas respecto a inmigración en Estados Unidos a través de una serie de órdenes ejecutivas y otras medidas”. Allí se expone que tales determinaciones influirán duramente en las acciones de las iglesias: “Teresa Waggener, abogada de la Oficina de Asuntos de Inmigración de la IP (EE. UU.), destacó el alcance de los efectos de esta derogación, explicando que impide que inmigrantes sientan la seguridad de participar en la vida comunitaria y que se reconozca su dignidad humana básica. Muchas personas tendrán miedo de enviar a sus hijos e hijas a la escuela o de asistir a la adoración en sus iglesias”.[10] Afortunadamente, en días recientes el juez federal Theodore Chuang emitió una orden para frenar las detenciones en lugares de culto.[11]

No faltó tampoco el señalamiento a la iglesia de Budde por recibir recursos gubernamentales para sus programas de migración, lo que explicaría la dureza del sermón expuesto.[12] Pero, por otra parte, Trump no dejó de participar en el tradicional Desayuno Nacional de Oración (que ya empieza a replicarse en otros países con financiamiento de instancias estadounidenses), el 6 de febrero. Hizo alusión a los fundadores de la nación y agregó en su típico estilo: “Un piso más abajo, la estatua del reverendo Graham se yergue con una Biblia abierta, la página abierta muestra una carta del apóstol Pablo que dice: “No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo, si no desmayamos, cosecharemos”. Nunca te rindas. Nunca, nunca, te rindas. No puedes. ¿Y yo? Si me hubiera dado por vencido, no estaría aquí ahora mismo. ¿Quién sabe dónde estaría? Puede que no sea un buen lugar. Si dependiera de los demócratas, no sería un buen lugar en absoluto”.[13] La apertura de la Oficina sobre la Fe a cargo de la Rev. Paula White también ha causado controversia en los círculos eclesiásticos. Esta nueva dependencia tiene como objetivo “promover iniciativas basadas en la fe y garantizar que las libertades religiosas sean respetadas en todo el país. Además, trabajará en conjunto con una nueva fuerza especial liderada por la Fiscal General Pam Bondi para combatir la discriminación contra los cristianos en instituciones federales como el Departamento de Justicia, el Servicio de Impuestos Internos y el Buró Federal de Investigaciones”.[14]

Finalmente, el asunto tan espinoso de la guerra en Gaza no podía quedar fuera del espectro de acciones ligadas a lo religioso, pues a pesar de los logros para terminar con ella, el estilo trumpista no ha dejado de causar sorpresa por la forma en que pretende resolver el conflicto.[15] En suma, que también en el ámbito religioso estos cuatro años serán muy largos y extremadamente complejos, más aún por el manejo tan personal (y cuestionable para muchos) que Trump hará del mismo para imponer sus intereses por encima de todo. Habrá que ver qué tipo de contrapesos estrictamente religiosos enfrentará su mandato a la hora de seguir tomando decisiones tan dudosas.

 

Notas

[1] Ruth Graham y Elizabeth Dias, “Some Protestants felt invisible. Then came Bishop Budde”, en The New York Times, 26 de enero de 2025, www.nytimes.com/2025/01/26/us/bishop-mariann-budde-trump-christian.html.

[2] Miguel Pastorino, “Religión y Trump: ¿cambió el rumbo de la elección?”, en Diálogo Político, 14 de noviembre de 2024, https://dialogopolitico.org/agenda/fe-y-valores-trump/

[3] Michael C. Bender, Andrew Trunsky y Neil Vigdor, “Tras el atentado, los seguidores de Trump ven ‘la protección de Dios’”, en The New York Times en Español, www.nytimes.com/es/2024/07/16/espanol/atentado-seguidores-devocion-trump.html.

[4] Michael Gold y Maggie Haberman, en The New York Times en Español, 27 de marzo de 2024, www.nytimes.com/es/2024/03/27/espanol/biblia-donald-trump-60-dolares.html.

[5] R. Aguirre, La utilización política de la Biblia. Estella, Verbo Divino, 2024, p. 77. La nota de The Washington Post apareció el mismo día del suceso: Michelle Boorstein y Sarah Pulliam Bailey, “Episcopal bishop on President Trump: ‘Everything he has said and done is to inflame violence’”, www.washingtonpost.com/religion/bishop-budde-trump-church/2020/06/01/20ca70f8-a466-11ea-b619-3f9133bbb482_story.html. Cf. “Bishop Budde: Trump’s visit to St. John’s Church outraged me”, en The New York Times, 4 de junio de 2020, www.nytimes.com/2020/06/04/opinion/trump-st-johns-church-protests.html.

[6] The Independent, “Rechaza la obispa Mariann Budde ofrecer disculpas al mandatario”, en La Jornada, 24 de enero de 2025, www.jornada.com.mx/2025/01/24/mundo/021n2mun.

[7] Ruth Graham y Elizabeth Dias, op. cit.

[8] Ídem.

[9] Andy Olsen, “La primera semana de Trump estremece iglesias y ministerios para inmigrantes”, en Chistianity Today, 28 de enero de 2025, https://es.christianitytoday.com/2025/01/trump-gobierno-miedo-refugiados-inmigrantes-iglesias-ministerios-es/

[10] “La derogación de la política clave de inmigración tiene importantes implicaciones para las iglesias, incluidas las congregaciones de la IP (EU)”, en https://pcusa.org/es/news-storytelling/news/la-derogacion-de-la-politica-clave-de-inmigracion-tiene-importantes-implicaciones-para-las-iglesias, 3 de febrero de 2025. Cf. Maye Primera, “Dios levanta su frontera contra Trump”, en El País, Madrid, 27 de enero de 2025, https://elpais.com/us/2025-01-28/dios-levanta-su-frontera-contra-trump.html.

[11] Marlene Valero, “Juez bloquea redadas de ICE en iglesias y lugares de culto religioso aprobadas por Trump”, en Prensa Arizona, 24 de febrero de 2025, https://prensaarizona.com/redadas-iglesias-ice-juez-trump/

[12] Pedro Fernández Barbadillo, “La iglesia de la ‘obispa’ que atacó a Trump recibió 53 millones de dólares para acoger a inmigrantes”, en La Gaceta de la Iberosfera, 4 de febrero de 2025, https://gaceta.es/estados-unidos/la-iglesia-de-la-obispa-que-ataco-a-trump-recibio-53-millones-de-dolares-para-acoger-a-inmigrantes-20250204-1253/.

[13] “Remarks by President Trump at the National Prayer Breakfast”, en www.whitehouse.gov/remarks/2025/02/remarks-by-president-trump-at-the-national-prayer-breakfast/, 6 de febrero de 2025.

[14] “Donald Trump nombra a Paula White para liderar la nueva Oficina de Fe en la Casa Blanca”, en CBN, Mundo Cristiano, 7 de febrero de 2025, www1.cbn.com/mundocristiano/estados-unidos/2025/february/donald-trump-nombra-a-paula-white-para-liderar-la-nueva-oficina-de-fe-en-la-casa-blanca.

[15] Alex Brandon, “Trump quiere que EE. UU. se haga cargo´’ de Gaza y desplace a sus habitantes, pero ¿esto es legal?”, en The Conversation, 5 de febrero de 2025, https://theconversation.com/trump-quiere-que-ee-uu-se-haga-cargo-de-gaza-y-desplace-a-sus-habitantes-pero-esto-es-legal-249175.

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