Sobre ‘El crimen del pastor John Stephens’ en Ahualulco de Mercado, de Ernesto Lumbreras (I)

Lumbreras acometió la tarea de que se conozcan tres perspectivas: la versión del gobierno mexicano, la versión de la iglesia congregacional, y la versión de la defensa del cura Victorio Reinoso.

22 DE MARZO DE 2024 · 11:00

Ernesto Lumbreras.,
Ernesto Lumbreras.

“El árbol que da malos frutos debe cortarse; den ustedes la interpretación que quieran a estas palabras”.1

Palabras del sacerdote católico Victorio Reinoso al azuzar a la población de Ahualulco

El pasado 2 de marzo se cumplieron 150 años del asesinato del misionero congregacional John Luther Stephens y del converso mexicano Jesús Islas en el poblado de Ahualulco de Mercado, Jalisco. En esa ocasión se presentó el libro El crimen del pastor John Stephens, de Ernesto Lumbreras, reconocido poeta y escritor nativo de ese lugar.2 Este volumen es un avance y complemento de Vals para lobos y pastor, con el que obtuvo el Premio de Novela Breve Rosario Castellanos en 2022 y que aparecerá pronto. Sobre el episodio comenta Lumbreras: “No se había explicitado en términos de la comunidad, de la tribu. Lo que vi en la historia fue una especie de expiación. Ese fue mi pretexto, motivo y punto de partida: remover esas cenizas, esa cicatriz y, con la alianza de la literatura y la imaginación, cubrir los vacíos en la vida de este joven pastor”.3

Stephens, originario de Gales, quien contaba con 26 años, había llegado recientemente al estado de Jalisco (occidente de México) para abrir obra misionera en Guadalajara y en Ahualulco de Mercado, un poblado que se ubica a unos 70 km de la capital jalisciense. Este terrible episodio de la intolerancia religiosa en el México del siglo XIX ha sido estudiado previamente por diversos autores (Alma Dorantes González destacadamente,4 Gerardo Gutiérrez Cham,5 Eyder Gabriel Sima,6 Marco Ulises Íñiguez Mendoza,7 Miguel Ángel Isais Contreras con una tesis sumamente documentada,8 y Carlos Martínez García, quien ha escrito sobre el episodio en reiteradas ocasiones9) y se cuenta con sólida documentación sobre sus aspectos diplomáticos, legales y eclesiásticos.

El historiador alemán Hans-Jürgen Prien, en La historia del cristianismo en América Latina, resumió cómo se manifestó el rechazo violento en contra de quienes deseaban transformar el rostro religioso de México en la segunda mitad del siglo XIX.10 Hace una breve mención de lo acontecido en Ahualulco como parte del recuento de los asesinatos de misioneros y personas convertidas al protestantismo y menciona el asesinato de Stephens. Esa región del país ha sido una de las más reacias a la apertura de nuevas expresiones cristianas por causa de un catolicismo fuertemente arraigado y sostenido por las fuerzas políticas y sociales. Con todo, no deja de llamar la atención que, en una fecha tan temprana, apenas un año después de la muerte del presidente Benito Juárez, se abriera en Guadalajara una iglesia congregacional para cuya extensión en Ahualulco se trasladó Stephens junto con David Watkins y su esposa Edna.

Sobre ‘El crimen del pastor John Stephens’ en Ahualulco de Mercado, de Ernesto Lumbreras (I)

Presentanción del libro en Ahualulco.

Los pormenores de la llegada de Stephens a Guadalajara y Ahualulco son descritos en fuentes misioneras e históricas modernas, entre las que se cuentan “Welsh missionaries & martyrdom in Mexico” (Misioneros galeses y martirio en México), que narra los inicios de la vida de Stephens en Gales del Sur, su traslado a California y sus estudios en la recientemente fundada Pacific School of Religion, así como su viaje a Guadalajara y Ahualulco.11 A su vez, Dorantes González enmarca la labor de Stephens, David Watkins y su esposa Edna en el ambiente en el que se lograría imponer legalmente la libertad de cultos como resultado de la Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma de 1859 y las posterior llegada de misioneros protestantes. En el caso de Jalisco, desde 1847 los diputados “presentaron un programa de reformas al código constitucional del estado, que comprendía el reconocimiento del ejercicio libre de cualquier culto religioso”.12 Stephens llegó a Ahualulco en noviembre de 1873 para hacer labor misionera, además de la educativa.13

Con todo ese trasfondo al que ha tenido acceso progresivamente, Lumbreras acometió la tarea de que, antes de aparecer la historia novelada del suceso, se conozcan las tres perspectivas que lo rodearon, esto es, la versión del gobierno mexicano, que debió afrontar las consecuencias del terrible crimen, la versión de la iglesia congregacional, comunidad agraviada por la intolerancia católica, y la versión de la defensa del cura Victorio Reinoso. Los documentos consultados le permitieron tener un panorama más objetivo de los hechos, además de que coloca al lector al interior de la época para tratar de entender mejor las razones de lo acaecido. En la introducción cuenta cómo en su adolescencia fue testigo del maltrato del que fue objeto un compañero evangélico sin que intervinieran las autoridades escolares.

Sobre ‘El crimen del pastor John Stephens’ en Ahualulco de Mercado, de Ernesto Lumbreras (I)

Presentanción del libro en Ahualulco.

Más allá de los 30 años Lumbreras comenzó a enterarse del suceso y a partir de entonces lo colocó en su perspectiva histórica ligada a los cambios establecidos por los gobiernos liberales. Precisamente, según explica, el presidente de la República Sebastián Lerdo de Tejada y el gobernador de Jalisco Ignacio L. Vallarta tuvieron que enfrentar las consecuencias del affaire Stephens en el más alto nivel político y diplomático que vaya que lo tuvo. El embajador John W. Foster recibió la encomienda de hacer una investigación exhaustiva y rápida del crimen, “presionando a las instituciones de México con el propósito de llevar a los inculpados, lo más pronto posible, al paredón de fusilamiento”.14 El gobierno estadounidense exigía un castigo ejemplar, lo que puso a las autoridades mexicanas en un auténtico predicamento: José María Lafragua, otro notable liberal, era el Ministro de Relaciones Exteriores y el Secretario de Estado, Hamilton Fish.

Lumbreras refiere que otro factor importante como antecedente del caso fue que el presidente Lerdo de Tejada recibió en abril de 1873 al embajador Thomas H. Nelson, quien le presentó a los primeros ministros protestantes que llegaron a México. Las palabras del presidente debían tranquilizar a sus contrapartes estadounidenses:

La Constitución de México garantiza de la manera más absoluta e incuestionable la tolerancia y la protección de todas las opiniones religiosas. Aunque el fanatismo de otras formas de religión puede a veces suscitar disturbios populares contra los protestantes, estoy seguro [de] que la opinión de todas las clases ilustradas es ardientemente en favor de la completa tolerancia, y yo responderé por la conducta de todas las autoridades que dependan directamente del gobierno federal.15

 

Pero, lamentablemente, el discurso estaba muy lejano de la realidad, pues la mayoría de las poblaciones rurales del país eran completamente opuestas a que se instalasen nuevas iglesias cristianas no católicas dado que no existía una educación que permitiera el respeto a las formas “disidentes” de practicar el cristianismo y el dominio católico romano sobre la sociedad era literalmente absoluto. Eso llevó a que, como bien resume Lumbreras, las cosas se complicaran y que la justicia tardara en aplicarse (cinco personas serían ejecutadas), pero, sobre todo, que el autor intelectual del asesinato, el sacerdote Reinoso, quedara completamente impune luego de pasar unos pocos días detenido.

Las preguntas del autor resuenan fuertemente y plantean las preocupaciones de hoy, siglo y medio después de lo acontecido: “¿Se pudo evitar el aberrante suceso de marzo de 1874? […] Pudieron advertir la amenaza del linchamiento? ¿Se quedaron de brazos cruzados o intentaron apaciguar los ánimos? [Ante la pérdida de las actas municipales de esas fechas:] ¿Qué pasaría con las actas de los siguientes meses, piezas importantes para entender el rompecabezas del crimen?”.16 En el resto del libro, Lumbreras logra exhibir las motivaciones de los protagonistas y los conflictos que estuvieron de por medio para aplicar la justicia.

 

El autor de quien escribe estas líneas agradece la enorme gentileza de Ernesto y Leticia Lumbreras (editora de la obra) por poner al alcance este libro de difícil acceso.

Notas

1 Cit. por María Alma Dorantes González, Protestantes de ayer y de hoy en una sociedad católica: el caso jalisciense. Guadalajara, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Universidad de Guadalajara, 2004, p. 201.

2 Muro del Gobierno de Ahualulco de Mercado, 2 de marzo de 2024. Lumbreras es autor de diversos libros de poesía, ensayo y narrativa. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1992 y el Iberoamericano Ramón López Velarde en 2021, entre otros.

3 Adrián Montiel, “Vals para lobos y pastor, una historia de tabú y expiación”, en Gaceta UdeG.

4 Cf. A. Dorantes González, “Una asociación protestante en el Jalisco revolucionario: entre el respeto a la norma y la conflictiva realidad”, en Takwá, núm. 13, primavera de 2008, pp. 61-82;

5 Cf. G. Gutiérrez Cham, “Argumentación falaz en dos periódicos religiosos de Jalisco, siglo XIX”, en Relaciones, vol. XXXI, núm. 124, otoño de 2010, pp. 227-246.

6 Cf. E.G. Sima, “La Lanza de San Baltazar, una representación de los primeros protestantes de Guadalajara a fines del siglo XIX y una construcción argumentativa de su discurso”, en Sincronía, Universidad de Guadalajara, núm. 73, 2018, pp. 276-292.

7 Cf. M.U. Íñiguez Mendoza, “Los religioneros contra la República Restaurada: ‘¡Viva la religión y mueran los protestantes!’”, en Historia Mexicana, vol. 72, núm. 4, 2023, pp. 1703-1736.

8 M.Á. Isais Contreras, Usos y prácticas en el campo jalisciense. Ahualulco de Mercado y Lagos de Moreno frente al último embate de las reformas liberales (1873-1905). Tesis doctoral. El Colegio de Michoacán, 2017. En tres secciones del cap. VI, “Ahualulco de Mercado: tierra religiosidad y justicia”, se exponen diversos aspectos ligados al crimen de Stephens e Islas.

9 Cf. C. Martínez García, “Turismo religioso: la ruta de la intolerancia”, en La Jornada, 9 de abril de 2008; “Los asesinatos y sucesos de Ahualulco”, en Protestante Digital, 13 de septiembre de 2013; “Persecución contra una minoría: siglo XXI”, en La Jornada, 18 de septiembre de 2013; y “Persecuciones contra protestantes en México: siglo XIX”, en La Jornada, 24 de junio de 2015.

10 H.-J. Prien, La historia del cristianismo en América Latina. Salamanca-San Leopoldo, Ediciones Sígueme- Sinodal, 1985, pp. 775 y 779.

11 “Welsh missionaries & martyrdom in Mexico”, en febrero de 2015.

12 A. Dorantes González, “La llegada del Evangelio protestante”, en Patricia Fortuny Loret de Mola, coord.., Los “otros” hermanos. Minorías religiosas protestantes en Jalisco. Guadalajara, Secretaría de Cultura, Gobierno del Estado de Jalisco, 2005, p. 48.

13 Ibid., pp. 66-79.

14 E. Lumbreras, “¡disparen contra el pastor! Tres miradas en torno de un crimen”, en El crimen del pastor John Stephens. Ahualulco de Mercado, Cuadernos de la Parota, 2024, p. 9.

15 Diario Oficial, 9 de agosto de 1873, cit. por E. Lumbreras, op. cit., p. 10. Énfasis agregado.

16 E. Lumbreras, op. cit., pp. 13,14.

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