¿Conflicto o confluencia? Las relaciones entre las teologías evangélicas y de liberación en América Latina (5)

Pixley desarrolló un estilo propio que conjuntó las corrientes hermenéuticas más innovadoras con las orientaciones ideológicas que buscaban el cambio social.

13 DE JULIO DE 2023 · 18:10

Jorge V. Pixley.,
Jorge V. Pixley.

Durante nuestra larga historia los cristianos hemos leído la Biblia con varios énfasis y hemos buscado lo fundamental en diferentes textos de los muchos y variados que lo integran. Sin embargo, en los últimos cincuenta años cada vez más hemos llegado al convencimiento de que el éxodo como evento y el Éxodo como relato son el fundamento del Antiguo Testamento. […] A medida que los cristianos trabajadores y campesinos han ido apropiándose de los libros sagrados de nuestra fe sin la tutela constante y dominante de sus pastores formados en centros teológicos más o menos tradicionales, ellos en su propia lectura no científica han privilegiado también el Éxodo. Lo han privilegiado porque allí han descubierto que el Dios verdadero de su fe es el Dios que los acompaña en su lucha de liberación contra los tiranos modernos que los oprimen y reprimen como el Faraón lo hacía con los hebreos.1

Jorge Pixley

Jorge Pixley (1937): éxodo, cautiverio y liberación

Con la publicación de Opción por los pobres (1986) al lado del teólogo católico brasileño Clodovis Boff, el biblista y exegeta bautista Jorge Pixley alcanzó un número de lectores que jamás se había imaginado para un especialista bíblico protestante. Se reunían así, simbólica y efectivamente, las perspectivas católica y protestante sobre uno de los temas más socorridos de ese momento en la teología latinoamericana. En ese volumen aporta un magnífico acercamiento, en la primera sección (“Enfoque bíblico”), al tema de la pobreza desde su abordaje del Antiguo y el Nuevo Testamentos, en cierta continuidad con lo hecho por Hanks y los profesores del ISEDET, además de dialogar con los teólogos más visibles del momento. Pixley desglosa lo expuesto ampliamente en Éxodo: una lectura evangélica y popular (1983), auténtico best-seller de la exégesis protestante que sintonizó inmediatamente con las ideas que propugnaba la teología de la liberación, pero con la salvedad de que provenía de una tradición estrechamente ligada al pasado misionero de las iglesias no católicas.

Su énfasis en lo “evangélico” fue muy intencional: “…esta lectura busca ser evangélica en el uso corriente que de esa palabra hacemos las iglesias ‘evangélicas’ o no-católico-romanas en América Latina. […] Pero en su sentido más importante, este comentario busca ser evangélico porque cree que, más allá de nuestras diversas tradiciones eclesiales, Dios tiene una buena nueva para su pueblo. Así, este evangelio se dejará oír allí donde se lea con atención el texto del Éxodo siendo sensibles a lo que Dios hoy quiere hacer en la liberación de su pueblo. En este segundo sentido, nuestra lectura evangélica rebasa los confines de las iglesias no católicas y quiere servir a todo el pueblo latinoamericano”.2

Formado en el Wheaton College y en la Universidad de Chicago, Pixley desarrolló un estilo propio que conjuntó las corrientes hermenéuticas más innovadoras con las orientaciones ideológicas que buscaban el cambio social. Luego de una larga trayectoria que lo llevó a Puerto Rico (1963-1975), Argentina y México (1975-1985), su base de operaciones fue Nicaragua, país donde creció al lado de sus padres misioneros y en donde enseñó varios años en el seminario de su denominación hasta su retiro.3 Conocedor profundo del ambiente evangélico latinoamericano, sus posturas vistas como “duras”, expresadas en muchos de sus numerosos ensayos y análisis, dieron un fuerte giro a las tendencias tradicionales de la mayoría de los estudios bíblicos en la región. Ello se puede apreciar en sus trabajos más característicos. Podría decirse que los años vividos en esos países forjaron en él la evolución hacia un ejercicio de la interpretación bíblica que fue abandonando progresivamente lo que aprendió en el contexto evangélico convencional por causa del interés que le despertó el diálogo con las nuevas realidades sociales. De esta manera lo expresó en un volumen colectivo:

Mi visión de la teología estaba centrada en la Biblia, muy en línea con el protestantismo latinoamericano. Y yo era profesor de Biblia, que tenía que exponer para mis estudiantes la palabra de Dios en la Biblia. Habiendo estudiado en Chicago en la época del dominio total de la crítica histórica, no tenía las herramientas para hacerlo. Podía introducirlos en los misterios de la composición de los libros y de la historia de Israel, pero no sabía cómo encontrar la palabra de Dios allí. ¡Y sabía que estaba allí! Mis estudiantes insistían en que Dios promovía la liberación y en concreto la independencia de Puerto Rico, y yo estaba convencido de que tenían la razón. Había aprendido en Managua que Dios busca el bienestar de los pueblos y que los protestantes con la pureza de una fe bíblica podíamos discernir sus instrucciones. El secreto estaba allí y yo no lo encontraba, ni mis colegas en Biblia en Puerto Rico y otros países de América Latina.4

 

Además de los dos títulos mencionados hay que agregar Pluralismo de tradiciones en la religión bíblica (1971), Reino de Dios (La Aurora, 1977), El libro de Job: comentario bíblico latinoamericano (1982), Biblia y liberación de los pobres. Ensayos de teología bíblica latinoamericana (1986, excelente recopilación que permite apreciar el desarrollo del pensamiento de Pixley como practicante de la disciplina enunciada), Historia de Israel desde la perspectiva de los pobres (1989, también como Historia sagrada, historia popular), Vida en el Espíritu (1993), La resurrección de Jesús, el Cristo (1997), Jeremiah (2004), El Dios liberador en la Biblia: ensayos de teología bíblica que aprovechan la filosofía de proceso (2008; como Biblia, teología de la liberación y filosofía procesual. El Dios liberador en la Biblia, 2009). Como editor pueden mencionarse: Praxis cristiana y producción teológica: materiales del encuentro de teologías celebrado en la Comunidad Teológica de México (1979), La mujer en la construcción de la iglesia: una perspectiva bautista desde América Latina y el Caribe (1986), Hacia una fe evangélica latinoamericana: una perspectiva bíblica (1988), Por un mundo otro: alternativas al mercado global (2003). La cantidad de ensayos y reseñas publicados es prácticamente inabarcable, en la Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana (RIBLA) y en numerosas publicaciones periódicas, pues lo mismo escribió sobre la historia deuteronomista, la no resistencia de algunos cristianos al imperio romano, los Cánticos del Siervo en el Segundo Isaías, Jeremías como profeta para las naciones, o el imperio en el evangelio de Juan, con lo que recorrió prácticamente todo el espectro de la Biblia.5

Su cambio de mentalidad sobrevino, explica, cuando conoció en Argentina a Enrique Dussel (“Junto con las inquietudes de los jóvenes de ISAL [Iglesia y Sociedad en América Latina], la visión de […] Dussel sugería el camino por donde había que buscar las respuestas en la Biblia. Nos ayudó a mí y a mi generación a hacerle las preguntas correctas a la Biblia”.6) y en México a José Porfirio Miranda, éste último especialmente por su libro Marx y la Biblia (1971):

Para nosotros los protestantes este libro fue el detonante decisivo de la teología de la liberación. Aunque conocimos luego el libro de Gustavo Gutiérrez que le dio nombre al movimiento, Gutiérrez era demasiado católico y no nos hablaba como Miranda. Con el tiempo y las discusiones posteriores vendríamos a reconocer su valor. […]

Con Miranda, [Martin] Buber y [George E.] Mendenhall pude encontrar una lectura de la Biblia que parecía ser comprehensiva y fiel a sus múltiples partes, así como pertinente para nuestra lucha de liberación en América Latina. […]

Era más que evidente que la palabra de Dios que estábamos descubriendo en la Biblia como algo fresco Porfirio Miranda y yo en América Latina, y luego Norman Gottwald y otros en el primer mundo, llamaba a un caminar unido de todos los creyentes que aspirábamos a una transformación social en América Latina.7

 

Con ello su caminar quedó sellado permanentemente y desde entonces Pixley se caracterizó por ser un “exegeta radical”, tal como se le etiquetó desde los círculos más moderados. La enorme difusión de su libro sobre el Éxodo fue prueba de ello, pues apareció en diversas traducciones y se discutió acaloradamente.8 Según sus palabras, las vivencias acumuladas en diversos procesos de diálogos y accion ecuménicas lo transformaron profundamente y encaminaron firmemente su trabajo bíblico-teológico: “Durante estos años que siguieron a 1985 se destacan en mi experiencia dos cosas: la consolidación de los estudios bíblicos que se hacían con las comunidades populares y la atención a la formación de una teología protestante nicaragüense”.9

En 1988, la revista Cuadernos Americanos (de la UNAM), dirigida por Leopoldo Zea, le solicitó un resumen sobre los estudios bíblicos de la teología de la liberación para un número monográfico en el que colaboraron Gustavo Gutiérrez, Raúl Vidales, Pablo Richard, Enrique Dussel, Miguel Concha y José Reinaldo de Lima Lopes. Notoriamente, fue el único autor protestante. Su panorama es conciso y bien delimitado:

Como cualquier teología, la Teología de Liberación que se ha cultivado en América Latina durante los últimos veinticinco años se anuncia como una teología bíblica. Con ello afirma que sus planteamientos se inspiraron en los escritos bíblicos y son coherentes con ellos. […]

Simultáneamente, las comunidades cristianas protestantes, que siempre habían practicado el estudio sistemático de la Biblia, vieron renovada su lectura por la dramática urgencia de los sucesos que vivían nuestros países. La represión creciente por los estados de seguridad nacional y el deterioro en los niveles de vida impulsaban con inminencia a la búsqueda de la Palabra de Dios para el momento.10

 

Y a continuación enumera los temas bíblicos principales desarrollados desde esta perspectiva: opresión-liberación, misión-martirio, idolatría y utopía-Reino de Dios, cada uno sustentado sólidamente. En la última sección, “Prospectiva”, establece claramente, con un sabor innegablemente protestante: “La Teología de la Liberación en América Latina ha podido desarrollar, bajo las presiones de las demandas pastorales, una mínima producción bíblica. Si así no fuera, la teología de la Liberación sería un monumento con pies de barro. El estudio bíblico es la principal garantía para cualquier teología que represente fielmente la fe de los cristianos”.11

El mismo año en que se publicaron estas aseveraciones, Pixley participó activamente en la organización de la Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana (RIBLA), un enorme esfuerzo académico, teológico y editorial (que continúa hasta la fecha) por volcar en textos analíticos consistentes el legado y la fuerza propia de esta teología latinoamericana renovada, con el fin de asegurar que las enseñanzas bíblicas sigan siendo el asidero de la fe y la acción de las comunidades cristianas sin importar su afiliación confesional: “No deja de reflejar tensiones entre los activistas pastorales y los biblistas académicos, pero hasta la fecha hemos podido mantener en sus páginas un diálogo continuado de las dos partes que componen un solo movimiento del pueblo de Dios. El ecumenismo no ha resultado difícil en la producción y circulación de RIBLA”.12 Esta revista representa, en gran medida, la consecución de los objetivos por crear y desarrollar una hermenéutica y una exégesis consistentes, respetuosas con los textos bíblicos, y pertinentes para la situación sociopolítica, económica y cultural de América Latina.13 La aportación protestante representada por Pixley y por decenas de autores/as evidencia la seriedad con que se llevan a cabo hoy los estudios bíblicos en esta región del mundo.

 

Notas

1 J. Pixley, “Introducción”, en Éxodo: una lectura evangélica y popular. México, CUPSA-CRT-CEE, 1983.

2 Ídem.

3 J. Pixley, “Una vida sorprendida por la gracia”, en Juan José Tamayo y Juan Bosch, eds., Panorama de la teología latinoamericana. Estella, Verbo Divino, 2001, pp. 449-463.

4 Ibid., p. 454.

5 Cf. Índice de autores de RIBLA, pp. 23-24, aquí.

6 J. Pixley, “Una vida sorprendida…”, p. 454.

7 J. Pixley, “Una vida sorprendida…”, p. 455.

8 Cf. Samuel Escobar, “Un exabrupto hermenéutico”, en Boletín Teológico, México, Fraternidad Teológica Latinoamericana, núm. 1, enero-marzo de 1981, pp. 16-19, en Nelson A. Alicea Rivera, “Reseña del libro de Jorge Pixley, La historia de Israel vista desde los pobres”, 27 de abril de 2017, en Academia; y Raúl Hinojosa, “Crítica al libro del Éxodo, ‘Historia sagrada, historia popular’, de Jorge Pixley”, en Seminario Teológico Latinoamericano, Lima, 2021.

9 J. Pixley, “Una vida sorprendida…”, p. 460.

10 J. Pixley, “Los estudios bíblicos en la Teología de la Liberación hoy”, en Cuadernos Americanos, UNAM, nueva época, vol. 6, núm. 12, noviembre-diciembre de 1988, p. 129.

11 Ibid., p. 136.

12 J. Pixley, “Una vida sorprendida…”, p. 461.

13 Todos los números de RIBLA pueden leerse y descargarse aquí.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ginebra viva - ¿Conflicto o confluencia? Las relaciones entre las teologías evangélicas y de liberación en América Latina (5)