Dos conciertos de la Orquesta de Cámara Consortium Sonorus: breve diálogo con Sergio Cárdenas

Consortium Sonorous es, a la vez, una aportación sonora y emotiva muy sui generis en el paisaje mexicano de la música de concierto, así como una acción, ya en su séptimo año de actividades, de resistencia artístico-cultural.

24 DE JUNIO DE 2022 · 20:29

La Orquesta Consortium Sonorus con su director, Sergio Cárdenas.,
La Orquesta Consortium Sonorus con su director, Sergio Cárdenas.

Es una riqueza envolvente, poderosa a pesar de su inasibilidad, que nos sustrae de una realidad que lo lleva a uno a pensar/sentir que está vivenciando la eternidad, una riqueza que expande y apachurra nuestro espíritu y nuestro corazón en una espiral de sentimientos indescriptibles, misteriosos, reveladores de lo esencial, una riqueza que ningún micrófono puede captar. Devenimos ser si propiciamos, si no obstaculizamos, que la música sea.

S.C., “Oír hacia dentro del sonido”, en La propia manera de oír el mundo

El próximo fin de semana, el sábado 25 (en el 47º aniversario de la Iglesia Evangélica del Pacto El Dorado) y el domingo 26 de junio (en su sede habitual), la Orquesta de Cámara Consortium Sonorus, dirigida por el Mtro. Sergio Cárdenas, presentará un par de conciertos. El repertorio incluye obras de Edvard Grieg (Noruega, 1843-1907), el propio Cárdenas (con un estreno mundial), Antonio Vivaldi (1678-1741), el catalán Xavier Montsalvatge (1912-2002) y Franz Josef Haydn (1732-1809).

Cárdenas (Ciudad Victoria, Tamaulipas, 1951) es uno de los mayores directores de orquesta que ha surgido en México. Su larga carrera musical inició en el Seminario Teológico Presbiteriano de México, adonde fue alumno destacado de Óscar Rodríguez, continuó en Princeton (Estados Unidos) y culminó en el Mozarteum, de Salzburgo, Austria, cuya orquesta dirigió entre 1975 y 1979. Tomó cursos con el gran maestro rumano Sergiu Celibidache (1912-1996). Es uno de los conocedores más profundos de la obra de Mozart. Dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional de México (1979-1984), la Orquesta Sinfónica de Querétaro (1986-1997), que fundó. Se ha presentado en un sinnúmero de países, además de dirigir a la orquesta Sinfónica de El Cairo (2003-2004). Fue profesor de la Facultad de Música de la UNAM, en donde ejerció como titular de la orquesta juvenil Estanislao Mejía (desde 2005).

Ha grabado con orquestas de Alemania y Polonia, y compuesto innumerables obras, además de musicalizar algunos poemas de Octavio Paz (Oigo latir la luz). The flower is a key (A rap for Mozart) fue compuesta por encargo de los célebres 12 violonchelistas de la Filarmónica de Berlín. Fue el punto culminante del disco compacto grabado por ellos con Sir Simon Rattle como rapero (www.musicadeconciertodemexico.com/socios-sergio-cardenas-1951). Tiene varias traducciones de poesía de Rainer Maria Rilke (notoriamente, las Elegías duinesas) y de otros autores alemanes contemporáneos.

Fundó la orquesta Consortium Sonorus en 2016. Entre sus publicaciones se cuentan: Estaciones en la música (Conaculta, 2000), Un rap para Mozart (Cuadernos de Pauta, 2003), Una dimensión no lineal (El Financiero, 2010) y Amores idos, inconclusos (2014). En el más reciente, La propia manera de oír el mundo. Textos diversos (2020, 328 pp.), reúne una gran cantidad de ensayos alrededor de la música, en los que alterna aspectos autobiográficos, divulgativos y técnicos. Cuenta con dos sitios web: www.sergiocardenas.net y www.onomatopeyadeloindecible.blogspot.com.mx, y un canal en YouTube.

Su Credo estético reza como sigue:

 

La música es tiempo sustraído del tiempo.

Su morada es el espacio.

Su lenguaje la vibración.

Su sonido memoria de terrenalidad.

Su canto mirada que atrapa.

Su voz silencio que acalla.

Su ser la plenitud.

 

La música es un misterio.

En algún momento,

por un momento,

ese misterio nos es revelado.

Es una revelación

Cuya fugacidad perturba,

Cuya plenitud envuelve y nos posee.

     Es un acontecer que cuestiona y desnuda,

que remite a Dios.

 

La música es Dios.

¿Habrá quién resista su presencia?

 

Hola, Sergio, gracias por tu tiempo. ¿Desde cuándo diriges la orquesta Consortium Sonorus? ¿Cómo se formó y qué representa en tu vasta trayectoria musical?

Consortium Sonorus (CS) es una orquesta de cámara de ímpetu y configuración juvenil que inició actividades en los albores del año 2016, gracias a una iniciativa mía. Lo hizo en el seno de la Facultad de Música-UNAM, pues la mayoría de sus integrantes eran, en ese momento, estudiantes avanzados de esa institución.

Desde el inicio de sus actividades, la organización del ensamble se planteó como un organismo de autogestión, con vocación democrática.

Este espléndido y energético ensamble, ha desplegado sus hermosas sonoridades en más de 20 distintos recintos de la capital mexicana, algunos de ellos con emblemática tradición concertística, como lo son la Sala Manuel M. Ponce, el Palacio de Bellas Artes, la Sala Nezahualcóyotl, del Centro Cultural Universitario, y el Auditorio Divino Narciso, de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Asimismo, ha tenido exitosas presentaciones ante públicos de los estados de Querétaro, Morelos, Tlaxcala y Estado de México.

Consortium Sonorous es, a la vez, una aportación sonora y emotiva muy sui generis en el paisaje mexicano de la música de concierto, así como una acción, ya en su séptimo año de actividades, de resistencia artístico-cultural.

Más información aquí.

 

Otra obra tuya es: Niebla en la montaña, para orquesta de cuerdas (2020), en estreno mundial. Vaya honor ser testigos de ello…

Niebla en la montaña es una obra compuesta en la primavera del año 2020, en pleno encerramiento por la pandemia de Covid-19. Pareciera que, como cuando la montaña es cubierta por la niebla y ello dificulta la visibilidad de las cosas, la pieza de desenvuelve en un espíritu metafóricamente similar: como si el devenir de ritmos y sonoridades complejas, no nos dejaran oír la línea esencial del contenido musical que parece esconderse en esas complejidades. En Niebla… alternan pasajes de mucha densidad nebulosa con aquellos en los que, de repente, se perciben atisbos de luminosidad solar y otros en los que la niebla parecer presionar al espíritu. Al final, una viola sola se eleva como queriendo liberarse de la niebla, pero no lo logra del todo.

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