Tipología: Cómo se cumplen en Cristo las expectativas del Antiguo Testamento, de James M. Hamilton JR
La tipología es la correspondencia entre personas, eventos o instituciones del Antiguo Testamento con sus "ecos" o cumplimientos más adelante en la historia bíblica, especialmente en Cristo.
28 DE AGOSTO DE 2025 · 20:35

Un fragmento de “Tipología: Cómo se cumplen en Cristo las expectativas del Antiguo Testamento", de James M. Hamilton JR (Clie, 2024). Puede saber más sobre el libro aquí.
Una de las formas más fascinantes —y más olvidadas— de leer la Biblia es atendiendo a sus tipologías. Lejos de ser una técnica esotérica o un juego interpretativo, la tipología es una manera profundamente bíblica de comprender cómo se desarrollan los relatos, cómo se entretejen las historias, y cómo un evento del pasado puede anticipar —como una sombra— lo que Dios hará en el futuro.
En términos simples, la tipología es la correspondencia entre personas, eventos o instituciones del Antiguo Testamento con sus "ecos" o cumplimientos más adelante en la historia bíblica, especialmente en Cristo. No se trata solo de analogías; se trata de un modo de revelación. Las acciones de Dios en el pasado no solo cuentan lo que pasó, sino que anticipan lo que vendrá.
Los autores bíblicos escriben bajo esta lógica: perciben patrones en la historia sagrada, los repiten, los desarrollan y les otorgan significado. Por eso, reconocer estos patrones no es un ejercicio forzado, sino una forma de entrar en la mente del texto, de leer “como leían los profetas”.
Un ejemplo clásico —y fundacional— de esto es Génesis 3:15. Este versículo no solo marca el inicio del conflicto entre la humanidad y el mal; también inaugura una promesa que generará un patrón. Este patrón formará el esqueleto invisible de toda la narrativa bíblica: el conflicto entre la simiente de la mujer y la simiente de la serpiente.
A continuación, exploramos cómo este versículo funciona como una promesa tipológica que da forma a los relatos posteriores, y cómo esa lógica de repetición, cumplimiento y aumento de sentido es clave para comprender tanto la historia bíblica como su significado teológico.
Génesis 3:15. Una promesa formadora de patrones
Mientras el Señor habla palabras de juicio a la serpiente en Génesis 3:14, 15, leemos:
“Y el Señor Dios dijo a la serpiente: ‘Por cuanto has hecho esto, maldita serás más que todos los animales, y más que todas las bestias del campo; sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el calcañar’”.
El carácter formativo de la promesa contenida en estas palabras de juicio se vuelve evidente cuando consideramos la autorreferencialidad omnipresente de la presentación de Moisés en el Génesis. Para explorar el significado de Génesis 3:15, comenzaremos y terminaremos esta subsección considerando la naturaleza del libro de Génesis, iniciando con su autorreferencialidad y concluyendo con su carácter fundacional. En la construcción en espejo de esta sección, el desarrollo del pecado de Adán en la vida de sus hijos se corresponde con el desarrollo del pecado de Noé en la vida de sus hijos y descendientes.
Luego, examinaremos cómo Moisés quiso que Génesis 4 se interpretara a la luz de Génesis 3, contrastándolo con la forma en que los tipos dejan una impresión duradera en nuestra forma de pensar. En el centro de esta discusión, consideraremos la simiente maldita de la serpiente.
1.1. La naturaleza autorreferencial de Génesis
En Génesis 3:14, 15, Moisés refiere a sus lectores al material que introdujo en los dos capítulos anteriores de Génesis: en 3:14 leemos de “todas las bestias” (ה ָמ ֵה ְבּ ַה ־ל ָכּ ) y “todas las criaturas vivas del campo” (ה ֶ ד ָשּׂ ַה תַ יּ לֹכּ). Las mismas son conocidas por los lectores a partir de su presentación en el sexto día de la creación en 1:24, 25 (“bestias”, ה ָמ ֵה ְבּ ) y la descripción extendida de su origen en 2:18-20 (“todas las criaturas vivas del campo”, 2:19, תַ יּ ַ ח ַ ח ־לֹכּ ה ֶ ד ָשּׂ ַה ). De forma similar, la declaración de que la serpiente comerá polvo en 3:14 hace referencia a la concesión en 1:30 de “toda planta verde para alimento”, la cual el Señor le quita en 3:14.
Su castigo se ajusta a su crimen. Ver patrones tipológicos requiere que pensemos un relato a la luz de aquellos que lo anteceden y de los que lo suceden, y que a medida que leamos relatos instintivamente apliquemos esta clase de reflejos a contextos cercanos: las declaraciones hechas anteriormente en el relato dan información acerca de declaraciones que son realizadas posteriormente, y las declaraciones posteriores clarifican las anteriores y construyen sobre ellas. Luego, la búsqueda por entender los tipos y patrones se extiende a contextos más amplios, algo que hacemos intuitivamente con contextos inmediatos.
Continuando con la autorreferencialidad de Génesis, notemos que Yahvé Dios advirtió en 2:17 que el comer del árbol resultaría en la muerte. Dicha advertencia produjo el temor a la muerte que llevó al hombre y a la mujer a ocultarse luego de su transgresión en 3:8, y a negarse a confesar en 3:9-13.
Una vez que Yahvé los llamó y expuso su pecado, el hombre y la mujer no tuvieron razón para pensar que vivirían, hasta que Dios habló a la serpiente. Dios promete poner enemistad entre la serpiente y la mujer en Génesis 3:15, y dicha enemistad supone un conflicto continuo. Para que un conflicto sea continuo es necesario que la vida continúe.
La mujer y su simiente (la cual, nuevamente, requiere de la participación del hombre) resistirán a la serpiente. De allí la enemistad. Y esto nos conduce a la última línea de Génesis 3:15. Traduciéndolo brevemente, se leería “él herirá en cabeza, y tú lo herirás en calcañar”.
Dado que una herida en el calcañar típicamente no pone en riesgo la vida, en el sentido en que una herida en la cabeza podría hacerlo, Moisés comunica a su audiencia que el hombre y la mujer tienen razones de sobra para entender las palabras de Dios a la serpiente como una promesa de que su simiente triunfará sobre ella.
La palabra de juicio que Dios dirige a la serpiente declara que la vida de la humanidad continuará, como da cuenta el nombre que el hombre dio a la mujer en 3:20: “Y el hombre le puso por nombre ‘Eva’ a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes”.
1.1.1. Trabajando y guardando, asesinado y maldecido
El relato continúa en su forma predominantemente autorreferencial. La tarea de Adán de “trabajar y mantener” el jardín en 2:15 era en sí misma otra forma de describir su responsabilidad de “sojuzgar” la tierra y “ejercer dominio” sobre los animales en 1:28. En Génesis 4:2, la tarea de Adán de “trabajar” la tierra (sojuzgar la tierra, 1:28) es llevada adelante por Caín, que hace lo mismo, y la tarea de Adán de “guardar” el jardín (ejercer dominio sobre, 1:28) se ve reflejada en el pastoreo del rebaño que lleva a cabo Abel (cf. 2:15).
Los dos términos hebreos en Génesis 2:15, trabajar (עבד) y guardar (שמר), aparecen tanto en Génesis 3 como en Génesis 4. En Génesis 3:23, Yahvé sacó a Adán “del huerto del Edén, para que trabajara la tierra”, mientras que en 3:24, el querubín y la espada encendida “guardaban el camino del árbol de la vida”. Luego, en Génesis 4, leemos que Caín “trabajaba” (עבד) la tierra en 4:2, y luego de asesinar a Abel pregunta si acaso él es el “guardián” (שמר) de su hermano en 4:9.
La reutilización de esta terminología de “trabajar” y “guardar” trae a la memoria 2:15, recordando a la audiencia el propósito que Dios tenía para Adán en el jardín y subrayando cuán lejos de esto ha caído Caín.
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