“Moisés: vida, enseñanza y significado”, de Samuel Pagán

Futuro legislador y libertador de los israelitas en Egipto, de acuerdo con las narraciones bíblicas, se produce en un ambiente de persecución política, crisis económica y opresión social.

29 DE FEBRERO DE 2024 · 22:00

Detalle de la portada del libro.,
Detalle de la portada del libro.

Un fragmento de “Moisés: vida, enseñanza y significado”, de Samuel Pagán (Clie, 2024). Puede saber más sobre el libro aquí.

 

Una época de crisis: Moisés y el contexto de su nacimiento

Futuro legislador y libertador de los israelitas en Egipto, de acuerdo con las narraciones bíblicas, se produce en un ambiente de persecución política, crisis económica y opresión social. El contexto es de crisis en las relaciones del gobierno del faraón y las comunidades israelitas.

Es importante notar, referente al comentario bíblico, que la imposición de trabajos forzados y políticas de opresión en Egipto eran comunes, que esas dinámicas laborales se aplicaban especialmente a prisioneros, esclavos, inmigrantes y refugiados. Para eliminar, o por lo menos disminuir, el potencial antagónico que los israelitas representaban para el nuevo faraón “que no conocía a José”, se tomaron varias medidas drásticas. En primer lugar, los egipcios aumentaron las dinámicas de trabajos forzosos, pues deseaban mantener a los hebreos sometidos al poder del estado. Y como respuesta a las complicaciones asociadas a la implantación de esa política de cautiverio, los israelitas construyeron dos ciudades de gran importancia económica y comercial para Egipto: Pitón y Ramsés (Éx 1:11-12). Pitón es el nombre hebreo que proviene del egipcio “Per-Atum”, que representa la casa o el templo del dios Atum. Ramsés es la abreviación de “Per-Ramsés”, o casa de Ramsés. Estas ciudades estaban ubicadas en la frontera norte del país, al oriente del delta del Nilo; y además de ser centros comerciales de gran importancia económica para el faraón y su administración, constituían lugares estratégicos para las políticas expansionistas y las campañas militares de Ramsés II.

La ciudad de Ramsés, que era la capital regional, estaba edificada sobre las ruinas de la antigua Avaris, que fue destruida y abandonada en las guerras para expulsar a los antiguos hicsos de Egipto. La arqueología contemporánea ha descubierto entre sus ruinas importantes templos y edificios colosales construidos en la época del faraón Ramsés II. Luego de intensificar la política de opresión contra los israelitas en Egipto, al complicar las condiciones de trabajo opresivas del pueblo, el faraón ordenó directamente a las parteras que mataran a los niños varones que nacieran en la comunidad hebrea.

La finalidad era controlar la natalidad e impedir el crecimiento desmedido de los israelitas, que constituían un importante sector poblacional con poder económico y social. Las parteras, Sifra y Pua, decidieron desacatar la orden del faraón.

Ese acto de valentía y desobediencia civil, y también aprecio a la vida yNacimiento y llamado de Moisés solidaridad con los israelitas, constituyó el fundamento para la bendición divina que recibieron, y fue el camino para que los israelitas se fortalecieran y se multiplicaran. Los nombres de las parteras son importantes: Sifra significa “hermosa” o “belleza”; y Pua alude a “hacer brillar” o “esplendor”.

¡El faraón ordenó a dos parteras, cuyos nombres representan la belleza y el esplendor, a asesinar a niños inocentes e indefensos! Desobedecer el mandato imperial era una manera de preservar y afirmar la vida, y de celebrar la hermosura y el brillo de la creación de Dios. La explicación oficial ante el faraón, referente al por qué los niños israelitas nacían bien, era que sus madres eran fuertes y daban a luz antes que las parteras llegaran. Las madres israelitas aceptaban el apoyo de las parteras y permitían que las atendieran, posiblemente, porque eran parte de la comunidad.

Hay estudiosos que piensan, sin embargo, que las parteras debieron haber sido egipcias, pues tenían la confianza del faraón y ejercían como parte del sistema de opresión directamente impuesto a los israelitas. El mandato final del faraón abrió las puertas para la salvación de Moisés: debían echar al río a todo niño varón luego de nacer, a la vez que preservaban la vida de las niñas. Para el faraón, solo había una solución al problema de los israelitas en Egipto. Y esa solución era simple, clara y firme: eliminar a los israelitas. Para el mandatario egipcio, el infanticidio era la única respuesta efectiva al continuo crecimiento poblacional hebreo, que constituía una amenaza real e inminente a la seguridad nacional y la estabilidad económica y política de Egipto. Referente a las narraciones del nacimiento de Moisés, debemos tomar en consideración que la Biblia incluye una serie importante de relatos con el mismo tema: el nacimiento de un personaje especial en la historia del pueblo de Israel. Y en esa tradición se pueden identificar los nacimientos de Sansón (Jue 13:1-25), Samuel (1Sa 1:1-28), Juan el Bautista (Lc 1:57-66) y Jesús de Nazaret (Mt 1:18-25; Lc 2:1-7).

Este singular tipo de narraciones de nacimientos en la Biblia presentan la llegada a la historia de una figura singular, que va a llevar a efecto la voluntad divina de manera extraordinaria en medio de las realidades humanas.

 

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