“Las siete edades del hombre”, de Stuart Park

En el libro pude ver a un Stuart abriéndonos su corazón, muy consciente de su edad y llegando con hechos reales, hasta el día de hoy, recordando personas muy importantes bien conocidas por todos y otras sencillas, pero con un valor muy importante para él.

17 DE NOVIEMBRE DE 2024 · 20:00

Detalle de la portada del libro.,
Detalle de la portada del libro.

Es un placer para mí dejaros una reseña del último libro de S. Stuart Park, Las siete edades del hombre. Si tan solo os pudiera transmitir mi impresión al finalizar de leerlo, sería que sencillamente ¡me encantó! Y ese encanto fue in crescendo hasta llegar al final. Pude ver a un Stuart abriéndonos su corazón, muy consciente de su edad y llegando con hechos reales, hasta el día de hoy, recordando personas muy importantes bien conocidas por todos y otras sencillas, pero con un valor muy importante para él, que han dejado una huella indeleble en su vida y con la excelente pluma a la que nos tiene acostumbrados.

Comienza el libro con una introducción del autor y dedicándoselo a sus siete nietos, en sus propias palabras, con gratitud y cariño. Su esposa Verna esta implícita en todo el libro, y esta ternura es algo muy habitual en sus últimos libros ¡me fascina!

En esta introducción está escrito un poema que me enamora, de John Clare (1793- 1864), un muchacho de labranza sin estudios que en memorables versos celebró la belleza del mundo natural, revindicó su permanencia gracias a las estaciones del año que se suceden y no cesarán mientras haya mundo, palabras tomadas literalmente del autor de este libro:

Toda la naturaleza es un sentimiento: bosques,

Campos, arroyos

Son vida eterna: y en silencio 

Hablan de felicidad más allá del alcance de los libros;

No hay nada mortal en ellos; su decadencia

Es la vida verde del cambio; para pasar

Y volver a florecer revividos.

Su nacimiento fue el cielo, eterna es su estancia,

Y con el sol y la luna permanecerá aún

Bajo su día y su noche y su inmenso cielo.

Y nos deja Stuart Park , la promesa de Cristo: “Y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás” (Jn. 10:28)

Entre otras cosas agradece su labor a Manolo Martínez Muñoz por su constancia en la organización de la página web de Ediciones Camino Viejo. Y menciona de un modo especial a su nuera Anna Kuś, sus obras de arte adornan unas páginas que quedarían huérfanas sin ellas. En su propia página web Anna cita al filósofo Sir Roger Scruton: “Si aprendes a dibujar algo también aprendes a verlo.” La ilustración de la portada retrata el cárabo, un miembro de la familia de los búhos, símbolo de la inteligencia, y está hecha por ella.

Y a continuación nos adentra en una serie de capítulos deliciosos y llenos de añoranza, plenos del recorrido de su propia vida, desde su niñez, hasta su entrada en Cambridge, sus padres, su adolescencia... hasta que llega su encantadora esposa Verna, y ahí se detiene mucho en el nacimiento de sus cuatro hijos, cada uno en un lugar diferente y siempre con mucho amor. En todos estos capítulos, está explícita e implícita la historia y los personajes bíblicos excepcionalmente elegidos, y quiero detenerme en uno de ellos especialmente bonito y sincero: “Vejez”. Aquí el autor nos habla con el corazón y termina diciendo:

En medio de los embates del tiempo, la casa edificada sobre la roca de la fe no caerá, aunque el cuerpo sucumba un día al natural proceso de disolución.”

Hacia el final se detiene en personas de vital importancia para él y creo que para todos nosotros, su mentor y maestro David Gooding y Juan Solé Herrera, ¡inolvidables! Narrando su relación con ellos y como afrontaron su muerte. Y aquí nos deja una cita de Ortega y Gasset, muy admirado por Juan Solé, tomada de sus obras completas regalo de su hija Gloria, también con el Señor:

El que envejece pronto, es porque quiere, mejor dicho, porque no quiere vivir, porque es incapaz de esforzarse frenéticamente en vivir (...) Pero cuando esta prolongación de la juventud es ya imposible, aún cabe decidirse bellamente por la gran generosidad y, ya que no se puede vivir la nueva vida que viene, alegrarse de que otros la vivan, querer que el porvenir sea distinto de nosotros. Estar resuelto a la aventura de dejarle su novedad invasora, su juventud”.

No os voy a descubrir nada más, sólo quiero que tengáis ganas de haceros con el libro y leerlo, realmente merece la pena. Podéis conseguirlo, simplemente dirigiéndoos a Ediciones Camino Viejo.

Termino con unas palabras hermosas que Stuart Park escribe en la contraportada del libro:

El recorrido por las siete edades del hombre suscita una poderosa añoranza por la belleza del mundo que un día habrá que dejar atrás, una sensación de pérdida difícil de asumir. Me invade cada vez que oigo cantar el mirlo en nuestro jardín, o escucho la melodiosa voz de la oropéndola recién llegada de África, o cuando recuerdo los Lagos de las vacaciones familiares de mi niñez, o los verdes prados de Asturias donde acudimos en busca de descanso. ¿Qué significa tanta hermosura? ¿Se perderá para siempre?"

¡Muchísimas gracias Stuart por esta belleza de libro!

 

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