En un entorno donde el crédito llega con un clic y los tipos de interés cambian como las mareas, la verdadera cuestión para hogares y empresas no es si endeudarse, sino hasta dónde hacerlo sin hipotecar el mañana. Es por esto que presento un pequeño análisis para dar respuestas a esta interrogante, acompañando con una enseñanza bíblica que no nos puede faltar.

La respuesta combina análisis técnico, visión estratégica y—para quienes buscamos honrar principios cristianos—una firme mayordomía del dinero confiado.

1. La fotografía actual: la cuerda se tensa, aunque el PIB crece

• Empresas + hogares: deuda consolidada 107,2 % del PIB (2024)—mínimo de 20 años, pero +1,6 % en euros respecto a 2023
• Hogares: el Banco de España marca como “elevada” una carga financiera > 40 % de la renta bruta; el riesgo de impago aumenta mucho más allá del 35 %
• Sector público: la deuda estatal cerró 2024 en 101,8 % del PIB Estas cifras inciden directamente en los tipos de deudas que pagamos todos.

Lección bíblica: Como José en Egipto, guardemos grano en los años de abundancia para resistir las vacas flacas (Gén 41:34-36).

2. Tres criterios para un endeudamiento saludable (la regla de las 3 M)

3. Hogares: el 'sí' y el 'no' de la deuda

Sí a la hipoteca sostenible:

• Cuota ≤ 30 % del ingreso neto.
• Amortizar al menos una cuota extra anual.

No a las tarjetas revolventes:

• TAE > 20 % devora el ahorro.
• Reestructurar en préstamo a tipo fijo puede reducir la carga hasta 60 %.

“El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta.” (Pr 22:7)

4. Empresas: apalancar crecimiento, nunca supervivencia

• Destino claro: expansión con ROI evidente—digitalización, nuevas líneas o adquisiciones que eleven el EBITDA.
• Indicadores clave: Debt/EBITDA < 3; Interest Coverage > 3.
• Prueba de estrés anual: +200 pb de tipos y –15 % en ventas; si el flujo de caja sigue cubriendo la deuda, el nivel es razonable.

“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros.” (Ro 13:8)

5. Más allá de los números: la ética de la mayordomía

1. Propósito que honra a Dios – La deuda debe impulsar la misión, no alimentar la codicia (1 Ti 6:6-10).
2. Justicia relacional – Pagar puntualmente protege a empleados y proveedores (Stg 5:4).
3. Generosidad sostenida – No comprometer la capacidad de dar (2 Co 9:6-8).

Recordemos la reprensión de Nehemías a los nobles que cobraban interés abusivo a sus hermanos (Neh 5:1-13): la deuda nunca debe oprimir.

6. Llamado a la acción: auditoría de la deuda en 30 días

1. Convoca tu equipo financiero.
2. Aplica la regla de las 3 M (motivo, margen, medida) a cada línea de crédito.
3. Clasifica: verde (sano), amarillo (vigilar), rojo (reducir).
4. Presenta un plan de amortización de la “deuda mala” y fija límites explícitos para la nueva.

Como José, seamos estrategas; como el siervo fiel, multipliquemos recursos; como el buen samaritano, mantengamos libertad para socorrer a otros.

Cierre

La deuda puede ser palanca o prisión. La sabiduría financiera—y bíblica—nos llama a usarla con propósito, previsión y generosidad para que, cuando suban los tiempos o soplen vientos contrarios, encontremos solidez y sigamos reflejando esa vida abundante prometida por Cristo.

¡Dios te bendiga y te de sabiduría!

¡Éxitos!

Digna Paulino

Autora, Coach, Asesora y Educadora y Planificadora de Financiera de Calidad. Fundadora & CEO – Equipa, BP Consultoría y Liderando tus Finanzas

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