Los indultos y el dilema de la reconciliación

¿Hay restauración para dos partes confrontadas? Voces del ámbito evangélico en Cataluña y España analizan la decisión del gobierno de liberar a los líderes del ‘procés’ condenados.

Jonatán Soriano , Redacción PD

BARCELONA · 22 DE JUNIO DE 2021 · 11:45

Banderas independentistas y de la Unión Europea en un edificio en Barcelona. / <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@vonshnauzer">Egor Myznik</a>, Unsplash CC,
Banderas independentistas y de la Unión Europea en un edificio en Barcelona. / Egor Myznik, Unsplash CC

La política está incompleta sin la simbología. Una de las fotografías que quedarán para el recuerdo es la del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, anunciando la aprobación de los indultos a los líderes del ‘procés’ condenados desde el teatro del Liceu, en Barcelona. No es casualidad que Sánchez haya escogido uno de los espacios icónicos de la cultura catalana para realizar un anuncio de semejante dimensión política. Ni tampoco que haya citado en su discurso al poeta gerundense Miquel Martí i Pol: “Som on som (estamos donde estamos), y estamos ante la suma incalculable de cálculos errados de todos ante una realidad que no queremos ninguno, pero que hemos hecho entre todos”, ha dicho Sánchez.

Este lunes se trataba de destacar conceptos como los de “concordia” y “reconciliación, incluso cuando un miembro de Arran entre el público ha interrumpido al grito de “la independencia es la única solución”. Las palabras y los símbolos tienen su lugar en política, y el presidente del gobierno se ha encargado de hacerlas resonar este lunes, desde el Liceu, para sellar el indulto con la aprobación del ejecutivo este martes. “La razón de los indultos es su utilidad para la convivencia. Estoy convencido de que sacar a estas nueve personas de la cárcel, que representan a miles de catalanes, es un mensaje de concordia. Con este acto, sacamos materialmente de la cárcel a nueve personas, pero sumamos simbólicamente a millones para la convivencia”, ha remarcado Sánchez.

La aprobación de los indultos ha centrado parte del debate político en España durante las últimas semanas. Según una encuesta publicada por Ipsos, la decisión no convence a la mayoría de la población española (53%), mientras que en Cataluña más de dos tercios (68%) están a favor. Tanto el PP, como Vox y Ciudadanos han anunciado que recurrirán la decisión, aunque lo normativo en cuestiones jurídicas como esta es que los recurrentes sean partes directamente relacionadas con el indultado y que pueden verse afectadas por la medida de gracia. Cosa que ninguna de las tres formaciones cumple.

Los indultos y el dilema de la reconciliación

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, anunciando los indultos desde el Liceu, en Barcelona. / Fernando Calvo, Pool Moncloa

Por otro lado, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha aprobado este lunes en Estrasburgo, coincidiendo con el discurso de Sánchez en Barcelona, una resolución a favor de la concesión de gracia a los líderes encarcelados del ‘procés’. A partir de lo aprobado por el Consejo de ministros, la decisión debe publicarse en el BOE, firmada por el rey, y luego el Tribunal Supremo liquidará lo que resta de pena. Un proceso que estará resuelto a lo largo de esta semana. Para entonces, los nueves políticos encarcelados llevarán en prisión más de tres años y medio.

El debate: entre la conciliación y el partidismo

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El ámbito político ha puesto de manifiesto sus diferencias abismales en cuanto a esta cuestión, con el gobierno hablando de conciliación y las principales formaciones de la oposición cuestionando la decisión y achacándola a una motivación electoral. En cierto sentido, esta ha sido la estructura que también se ha trasladado a los medios y a la opinión pública. “Las opiniones son diversas en Cataluña como lo son en el resto de España. Sin embargo, así como una mayoría de población en el resto de España puede ser contraria al indulto, en Cataluña las encuestas dicen lo contrario. Podemos decir que los indultos destensan las relaciones dentro de la sociedad catalana, aunque puede que tensen las relaciones en otros territorios”, apunta Jaume Llenas, coordinador nacional de los Grupos Bíblicos Graduados (GBG) y del Movimiento Lausana.

En esta línea, y desde Cataluña, el pastor Julio Pérez asegura que “los indultos pueden significar una clara y necesaria distensión del conflicto entre una parte de Cataluña con el resto de España”. Aunque matiza que “los actos realizados entre septiembre y octubre del 2017 fueron de una extrema gravedad inconstitucional”, Pérez considera que la liberación de los líderes del ‘procés’ es “un avance en la buena dirección”. En un sentido opuesto, el abogado Juan Miguel Torres considera la decisión como “una concesión política, motivada por intereses partidistas, que nada tiene que ver con el Estado de derecho”.

X.M. Suárez: “Elegimos a los políticos para que hagan diagnósticos equilibrados, trabajen para entender a la otra parte y busquen caminos de encuentro”.

Para Xesús Manuel Suárez, médico y político evangélico, la medida representa "como mi punto de vista personal" un primer intento por parte del gobierno de España “para intentar darle una salida al conflicto”. “Es útil que un gobierno español decida por fin tomar una iniciativa política que vaya más allá de intentar someter por las bravas al contrario. Elegimos a los políticos para que hagan diagnósticos equilibrados, trabajen para entender a la otra parte, busquen caminos de encuentro y procesamiento adecuado de los conflictos, construyan puentes y creen soluciones pactadas. Limitarse a atrincherarse bajo la bandera de la unidad indisoluble de la patria recluta votos, pero a medio y largo plazo no resuelve nada. Los indultos son por fin algo diferente a lo de siempre”, afirma.

La dimensión jurídica de los indultos

Durante su discurso en el Liceu de Barcelona, el presidente Sánchez se refería al indulto como “una medida de gracia” que contempla la Constitución desde 1870. Desde 1996, se han concedido 10.652 indultos en España, según la Fundación Civio. Entre los casos contabilizados se encuentran dos altos cargos del PSOE condenados por los GAL, cuatro Mossos d’Esquadra condenados por torturar a un hombre para obligarle a confesar, un conductor ‘kamikaze’ y un agente de la Guardia Civil condenado como cómplice de una agresión sexual. “Los indultos no son tanto una medida de justicia como una medida de gracia que se toma por conveniencia política. El poder judicial administra justicia, el poder ejecutivo mide momentos de oportunidad dentro de la sociedad y actúa políticamente. Es obvio que indultar a los culpables de un golpe de Estado como el del 23-F o a los condenados por el GAL puede no ser una medida de justicia, pero en su momento se consideró que era una medida de gracia conveniente”, recuerda Llenas.

Los indultos y el dilema de la reconciliación

Mural en Cadaqués (Girona), a favor de la libertad de los líderes del 'procés' condenados. / Jove, Wikimedia Commons

Además de los partidos de la oposición, una de las voces institucionales que se ha pronunciado con más fuerza contra los indultos ha sido la de los magistrados del Tribunal Supremo, que consideran que “no hay indicio de arrepentimiento” por parte de los condenados y que las peticiones de gracia por parte de terceros “desenfocan el sentido del indulto”. Por todo ello, Suárez asegura que “el Supremo podría haber dicho lo mismo sin aportar tanta carga política a la explicación de su sentencia”. “De nuevo, vuelve a entrar sutilmente en el debate político. Y sorprende que vuelva a lo mismo porque algo escaldado debería estar tras los sucesivos estirones de orejas de las instituciones judiciales europeas justamente en este tema”, señala en alusión al aval de los indultos por parte del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos y al reciente pronunciamiento contra la sentencia del propio Supremo español por parte de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en Estrasburgo.

Para Torres, en cambio, la decisión de indultar a los líderes del ‘procés’ “socava profundamente el Estado de Derecho” y pone en entredicho la sumisión de los poderes públicos a la ley. “Son de relevancia los informes de la Fiscalía, que viene a señalar que sería incluso posible aplicar lo dispuesto en el artículo 102 de la Constitución, que prohíbe que el indulto se conceda a miembros del Gobierno, siendo así que en el presente caso se está concediendo [el indulto] a los que formaban parte de un gobierno de una comunidad autónoma y en la actualidad forman parte de partidos políticos que sostienen al ejecutivo”, señala el abogado.

“La mitad de los indultos que se han concedido en la última década han sido con el informe negativo de jueces o fiscales, sin embargo se han concedido”, apunta Llenas. “Los tribunales ya hicieron su trabajo cuando juzgaron el caso. Ahora no les corresponde intervenir ya que es una facultad de otro de los poderes del Estado, el ejecutivo. Es lógico discrepar de las medidas políticas que toman los ejecutivos y eso se manifiesta en las votaciones en los países democráticos”, añade.

Pero, ¿es posible la resolución del conflicto?

La cuestión de si es posible una resolución del conflicto llegados a este punto es otro aspecto a considerar en el análisis de la decisión del ejecutivo español. Y las discrepancias no solo aparecen a nivel estatal, sino que también se hacen evidentes en Cataluña, en los discursos de las dos principales formaciones políticas y socios de gobierno. Para el presidente de Esquerra Republicana, y sobre el que pesaba la condena más larga (13 años de prisión) de los nueve encarcelados, Oriol Junqueras, “el indulto es un triunfo porque demuestra las debilidades del Estado”. En cambio, desde Junts per Catalunya acusan al gobierno de Sánchez de ser “electoralista y propagandístico” y de “construir la farsa” de que los indultos son una solución al conflicto en Cataluña.

“Más allá del interés político que pueda tener este gobierno en la cuestión de los indultos, también es necesario un gesto de gracia como este para apostar por la reconciliación social en Cataluña. Es innegable que la distensión política del gobierno actual ha desinflamado la crisis y también la situación de pandemia ha contribuido mucho en este cambio de actitud en amplios sectores del independentismo moderado. La vía del diálogo político es imprescindible para una adecuada resolución de este conflicto hasta poder encontrar un cauce que, en mayor o en menor medida, satisfaga a ambas partes”, opina Pérez.

Torres, en cambio, considera que la decisión de conceder el indulto a los líderes del ‘procés’ encarcelados está “basada en un burla sin escrúpulos al Estado de derecho” y “no puede ayudar a la convivencia”. “Más bien todo lo contrario, traerá desorden, y sensación de que no todos son iguales ante la ley”. El camino a seguir, dice, es “no ceder a quiénes con argumentos mendaces, acompañados de mucho ruido, tratan de socavar y desprestigiar un Estado de derecho que con tanto esfuerzo hemos construido y estamos construyendo entre todos los españoles”.

Jaume Llenas: “Los conflictos políticos, o se resuelven políticamente, o seguirán siendo un problema que les pasaremos a las siguientes generaciones”.

La cuestión va mucho más allá de los acontecimientos presentes, según apunta Llenas. “Este es un conflicto que tiene una base política. Se trata de que hay un territorio que se percibe incómodo dentro de los actuales parámetros. Esta incomodidad no proviene de ahora, una lectura mucho más profunda indica que hay una identidad diferenciada desde hace siglos. Esto se ha tratado de solucionar hasta ahora a través de que la mayoría simplemente somete a la minoría y le pide que se conforme con el statu quo generado por la mayoría”, explica. “Los conflictos políticos, o se resuelven políticamente y se busca un punto aceptable por todas partes, o seguirán siendo un problema que les pasaremos a las siguientes generaciones. Creo que en este país tenemos una incapacidad secular de llegar a grandes acuerdos. Somos el país de la Inquisición y se nos da mejor quemar herejes que buscar acuerdos. Entre nosotros llegar a acuerdos con el contrario siempre se ha visto como un acto de debilidad y de cesión. Nos haría falta haber pasado por la Reforma, nosotros apenas estamos saliendo de Roma”, añade Llenas, que también apunta que “no volveremos al diálogo, a los acuerdos amplios, hasta que no volvamos a recuperar el concepto de verdad, nos demos cuenta de que hay una realidad objetiva más allá de nosotros y reconozcamos que la verdad se puede llegar a conocer de una forma, si no completa, sí al menos suficiente.

En esta línea, Suárez también subraya que no se puede abordar la situación desde una visión estrictamente política. “Ojalá los indultos ayuden a favorecer la convivencia, pero la convivencia entre los pueblos se resuelve desde la curación de los corazones, y el corazón colectivo de parte del pueblo catalán está herido de ira y humillación, y el corazón colectivo de parte del pueblo español está cargado de soberbia e incomprensión. Mientras no se ponga tratamiento eficaz para esto, los indultos pueden tener más efectos secundarios que eficacia”, reitera.

Los indultos y el dilema de la reconciliación

Banderas independentistas y a favor de la libertad de los líderes del 'procés' en una fachada en Barcelona. / Zosia Korcz, Unsplash CC

La reconciliación: un concepto bíblico

El de indulto es un concepto técnico jurídico y no convence a todas las partes implicadas en el conflicto. De hecho, las organizaciones de Òmnium Cultural y Amnistia i Llibertat han presentado este lunes más de 200.000 firmas en el Congreso de los Diputados para reclamar una ley de amnistía, que es un término defendido también por los principales partidos independentistas.

La reconciliación, en cambio, está más ligada a la moral bíblica y a la ética del cristianismo. “La misericordia siempre triunfa sobre el juicio y, en nuestro caso redentor, no se trata de un indulto por parte de la justicia divina, sino de una auténtica amnistía del Dios que se auto amnesia de nuestras graves faltas, con declaraciones como la siguiente: ‘Nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones’. Dicho y hecho”, apunta Pérez, que señala como ejemplo al “plenario del Consell Evangèlic, compuesto por líderes tanto de acento independentista como españolista”. “Es muy importante no promover la discordia ‘cainita’ que nos ha caracterizado históricamente como una maldición ancestral. También es necesario ponernos en los zapatos del otro para comprenderle y respetarle por encima de nuestras diferencias culturales. Los cristianos evangélicos somos una fuerza reconciliación entre Dios y los hombres y también entre el hombre con su prójimo”, reivindica.

Aunque opina que no hay que mezclar “la ley humana con la divina”, y apunta al texto de Romanos 13:3-4 como referencia para el respeto del poder judicial, Torres también asegura que “la iglesia debe estar ahí” cuando el que se arrepiente es perdonado por Dios. 

Una de las iniciativas destacadas que se anunciaron desde el ámbito evangélico durante las protestas después de la sentencia a los líderes del ‘procés’, en octubre de 2019, fue una propuesta de encuentro entre creyentes con diferentes ideologías políticas para abordar la situación en Cataluña. “Decidimos tener un fin de semana conviviendo en Ourense dos creyentes con sensibilidad unitaria española y dos creyentes con sensibilidad nacional periférica. Era la primera vez que sucedía algo así en nuestro entorno evangélico. Fue muy productivo. No teníamos garantizado que pudiésemos avanzar mucho, pero, por la gracia de Dios, lo hicimos”, explica Suárez. “Nos planteamos cuatro preguntas: ¿Qué aprendemos de la Biblia sobre las identidades nacionales? ¿Qué aprendemos de la Biblia sobre cómo abordar los conflictos de identidades? ¿Cómo entendemos la realidad de la/s identidad/es en España? ¿Qué mecanismos proponemos de resolución del conflicto de identidades en España? Llegamos a amplios y desarrollados consensos en cuanto a las dos primeras y avanzamos en el descubrimiento mutuo de las percepciones de cada uno en las otras dos; además construimos conjuntamente una relación de mecanismos de abordaje de estos conflictos”, remarca. El resultado fue la publicación de un documento sobre identidades nacionales por parte de la Alianza Evangélica Española.

Pensando en la idea bíblica de la reconciliación, Llenas introduce otro concepto que aparece en el texto de la Biblia, también. “Estamos en una cultura en la que el diálogo se penaliza. Haciendo una reflexión bíblica, me llama la atención el entorno para el que fuimos creados: el Shalom. Shalom no es solo la paz, es un concepto mucho más importante, que podría traducirse como ‘las correctas relaciones’. Las relaciones correctas con Dios, conmigo mismo, con los demás y con la creación. El propósito de Dios ha sido restaurar el Shalom desde que el ser humano cayó en el pecado. Esto ha sido posible sólo a través de la cruz. Los cristianos somos agentes de reconciliación y es obvio que la reconciliación no se impone por la fuerza. Dios no lo ha hecho así. Ha enviado a los cristianos a decirle a aquellos enemigos de Dios que lo que hacía falta para la reconciliación está conseguido ya”, explica.

 

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