Estamos en una época de cambios en el entorno de trabajo, un espacio que continúa siendo fundamental en la experiencia vital de las personas en la sociedad actual, no solo como lugar de desarrollo profesional y personal, sino también como entorno de relaciones.

Uno de los desafíos que la iglesia evangélica enfrenta en España es derribar el muro entre lo sagrado y lo secular, adoptando una perspectiva bíblica sobre el trabajo. Así lo considera Jaume Llenas, coordinador de los Grupos Bíblicos Graduados en España. La entidad evangélica acaba de presentar un nuevo recurso que quiere ayudar a las iglesias a replantear esta visión y potenciar la misión de cada persona en su espacio laboral, “capacitando a ese 99%” para que el evangelio llegue a más personas y transforme más entornos.

‘TTT: Transforma tu Trabajo’

Con ‘Transforma tu trabajo’ se presenta un recurso que nació en Reino Unido, donde se ha probado durante años con excelentes resultados, explicó Jaume Llenas. Con un formato dinámico, participativo y práctico, se invita a realizar grupos reducidos de trabajadores que no solo reciban una formación bíblica sobre cuestiones importantes sobre el trabajo, sino que también puedan dar testimonio de Jesús con más confianza y fluidez en su entorno laboral.

Para Jaume Llenas, es clave que las iglesias reconozcan el lugar de trabajo como entorno de misión: un espacio donde podemos hacer el bien a otros, transformar para bien nuestro mundo y compartir sobre la esperanza que Jesús da.

P. ¿Por qué es importante que el trabajo sea considerado un espacio de misión?

R. Creo que sí. Habitualmente hemos hecho misión al revés de lo que la Biblia nos enseña. Normalmente el 99% de la gente de la iglesia que en su tiempo libre trabaja para los proyectos del 1% de la iglesia. Pero Jesús nos enseña que el proceso es al revés: que el 1% trabaje en la capacitación del 99%, que son los que tienen un ministerio que tiene relación con transformar el entorno en su lugar de trabajo.

Por eso es esencial reconocer el lugar de trabajo como entorno de misión. Pasamos 80.000 horas de nuestra vida en el entorno de trabajo, y es donde tenemos más relación con personas que no conocen a Jesús. Es por eso un espacio donde podemos hacer el bien, pero además ser testigos.

Es muy diferente tener un 1% trabajando para la misión de Dios que un 99%. Imagínate cuántos misioneros tendríamos si les preparamos para donde están. Esto puede ser revolucionario para la vida de la iglesia, pero también para la vida del país.

P. ¿La misión en el trabajo tiene también relación con una concepción adecuada sobre cómo el trabajo es algo que Dios aprueba, no tanto que sea una condena?

R. Efectivamente, el ser humano trabajaba antes de caer en el pecado. La idea es que el hombre colabore con Dios, es decir, “labore junto con”. Dios se presenta como un trabajador en la Biblia, esa es la primera impresión que nos da. Dios trabaja, una semana de seis días de trabajo y un día de descanso. Y le pide al ser humano que colabore con él. Con la caída en pecado, todo ha empeorado, pero no ha hecho que el trabajo sea malo. Por el trabajo podemos vivir, vivir mejor, y hacer que la tierra sea mejor. El trabajo es la parte que podemos dar para que el mundo sea un lugar mejor para vivir. Así colaboramos con los propósitos eternos de Dios. Como Jesús dijo, que el Padre trabaja, y él también.

La visión de las Escrituras es que el trabajo estará presente incluso en el reino final. La tarea del trabajo es el propósito de Dios para el ser humano, porque estamos hechos a imagen y semejanza de un Dios trabajador.

P. GBG y Andamio ha preparado un nuevo material llamado “Transforma tu trabajo”. ¿En qué consiste?

R. Pensamos en dotar de recursos a la iglesia para preparar a sus miembros para que puedan llevar a cabo la misión en el lugar de trabajo. En nuestro idioma casi no hay recursos. Por eso, aunque la iglesia quisiera hacerlo, a veces pueden encontrarse limitados. Este material ha sido muy probado, ya que ha sido realizado por el London Institute for Contemporary Christianity (LICC), instituto que fue fundado por John Stott, que a menudo realizan formación en el área del trabajo, en el ámbito de profesionales… El proyecto en inglés se llama “Transforming Work”, nosotros lo hemos traducido y adaptado a nuestro idioma, con el título de “Transforma tu trabajo”. La idea es que sea un material que sirva a las iglesias para capacitar a todos sus miembros para ser misioneros en el lugar de trabajo.

P. Cuéntanos cómo se quiere desarrollar este proyecto.

R. El proyecto comienza con un grupo de personas profesionales, de hasta 12 personas, que se reunirán durante ocho sesiones en un año. La idea es celebrar estas sesiones -con una duración de 2 horas o 2 horas y media- y que entre sesión y sesión -un tiempo que puede ser de un mes o un mes y medio- se aproveche para ir poniendo en práctica las dinámicas, las ideas que se van transmitiendo a medida que se desarrolla el programa.

El proyecto tiene una intención eminentemente práctica: no se trata de que la gente ponga en su cabeza más cosas, sino en que traslade a lo práctico y vea si funciona lo que proponemos. Por ejemplo, en cuestiones como “tomar decisiones en el lugar de trabajo con criterios bíblicos”, “como mejorar las relaciones”, “cómo cambiar la cultura del lugar de trabajo” o “cómo dar testimonio de Jesús”, y otras similares. Son cosas que el proyecto anima a llevar a cabo de forma práctica.

Se provee de un manual del líder, que servirá a la persona que conduzca las sesiones en el grupo. En cada una de las sesiones hay una serie de vídeos que te van introduciendo desde la mesa redonda hasta la lectura de la Biblia con los ojos de un trabajador. Hay testimonio de trabajadores, hay audios, hay lecturas, tanto para las sesiones como para los períodos en los que no se reúne el grupo.

Estamos convencidos de que funcionará, porque en Reino Unido se han hecho cientos de grupos y los resultados han sido espectaculares. Creemos que en nuestro país se va a recibir con mucho cariño. Se puede encontrar entrando en la web de Andamio se puede acceder a la pre-venta, o también llamando al 93 432 25 23.

P. ¿De qué forma crees que la situación de Covid-19 afecta al trabajo y ministerio?

R. Está cambiando todo. Es cierto que esta situación está aumentando el estrés, entendido como esa tensión que está aumentando. Pienso en el personal sanitario, sometido a un sobreesfuerzo. Pienso en profesiones como los maestros, que tienen que establecer cambios profundos. Y todos aquellos que trabajaban en contacto con los demás, y ahora tienen que teletrabajar. Toda la presión que suponen las reuniones por Zoom, sabemos que las reuniones presenciales son mucho más relajadas. Pero esto debe convertirse en una oportunidad. La gente ha perdido su normalidad y algo más. ¿Cómo podríamos salir más reforzados? Es momento de que los cristianos, que tenemos esperanza, la transmitamos a los demás. Es algo que nos indica Pedro en su epístola. Tenemos que presentar razones de la esperanza que hay en nosotros. Hay una gran cantidad de personas que quedarán en desempleo. Todavía no hemos visto todo lo que va a llevar esta crisis, pero nosotros sí podemos llevar esperanza, apoyar a las personas, ayudar, o nosotros mismos mantener la esperanza cuando pasamos por estas situaciones. Es un tiempo delicado, es importante apoyarnos, y se pone a prueba lo que nosotros somos.

P. ¿Cómo podemos enfocar el concepto de trabajo aún en esta época tensa?

R. Hemos vivido un tiempo en el que tal vez se ha separado demasiado lo sagrado y lo secular. Es como si dijéramos que el trabajo es lo secular, pero en la Biblia no hay esta diferencia. Es curioso que Jesús habló muchísimo del entorno laboral. Sus parábolas muchas veces estaban en este ámbito. Y es porque Jesús nunca pensó que hubiera cosas que no fueran sagradas. Abraham Kuyper decía que “no hay ni un milímetro del universo sobre el que Dios no diga: esto es mío”. Y debemos entender que el trabajo, los lugares donde vamos todos los días, son del Señor. Entendamos que nuestro trabajo es sagrado, es el lugar donde vamos a traer cosas buenas y nuevas a un espacio afectado por el pecado.