En New York y desde Alcoi: moros y cristianos, pero sin moros

La gran marcha, que arrancó a media mañana bajo un sol espléndido, constituye siempre un acontecimiento especial en la ciudad de los rascacielos. Cada año sirve de ocasión para homenajear las tradiciones y la diversidad cultural de una veintena de países latinoamericanos. Se calcula que unas 400.000 personas siguen anualmente el desfile, que transcurre a lo largo de la Quinta Avenida, la arteria vital de la ciudad, y en el que participan 25.000 personas de 47 organizaciones hispanas presentes en Nueva York. Este año el invitado de excepción era la Asociación de Moros y Cristianos de Alcoi, cuyos integrantes encabezaron el desfile. Para ello, hasta la Gran Manzana volaron 254 alicantinos para participar en la celebración, y 125 de ellos hicieron el recorrido por la Quinta Avenida. Pero el caso es que sobre el asfalto neoyorquino ayer sólo hubo “cristianos”. Los “moros” se quedaron en Alicante, unos dicen que por prudencia y otros, como el propio Morales, que por una cuestión logística. "El desfile de los moros nos habría obligado a dividir las escuadras, traer más músicos y, al ser su marcha más lenta, ello hubiera representado un importante problema, al ir a la cabeza del desfile. Toda la celebración se habría hecho interminable", explicó. Ambos responsables quitaron de esa forma hierro a las especulaciones que apuntaban a que se dejó caer los moros del desfile por sugerencias oficiales u oficiosas, a raíz de las polémicas suscitadas por las caricaturas de Mahoma o las declaraciones del Papa. "Si hubo esas sugerencias, no llegaron a nosotros", reiteró Morales, mientras invitaba a los estadounidenses a que viajen a Alcoi, "para que vean que la fiesta no es ofensiva para nadie".