Herramientas para videoconferencia 6: Enseñanza online (tercera parte)
La importancia de preparar las ayudas visuales adecuadas y de la mejor manera.
20 DE DICIEMBRE DE 2020 · 09:00
Una de las grandes ventajas de la enseñanza online es la posibilidad de hacer uso de muchas opciones visuales, ayudas que permiten al ponente ilustrar mejor las explicaciones y, además, favorecen que los oyentes mantengan la atención.
En el caso de Zoom, que es el sistema que nos ocupa en los últimos artículos, una opción fundamental es «Compartir pantalla». Esta opción permite que los espectadores vean contenidos diferentes en la transmisión.
En algunos artículos, hemos mencionado la gran utilidad de disponer de doble pantalla (un ordenador de sobremesa con dos pantallas, o un portátil con una pantalla externa). Esto permite que quien enseña pueda mantener la pantalla frente a él con la cámara y la ventana principal de Zoom y quizá sus notas, mientras que, en la segunda pantalla, puede dejar abiertos todos los contenidos que va a querer ir mostrando a lo largo del mensaje como apoyos visuales y didácticos.
A la hora de compartir pantalla, hay un truco sencillo que mejora mucho el resultado y que, además, nos da la opción de mostrar diferentes contenidos de manera muy versátil.
Cuando activamos la opción de compartir pantalla, nos aparece una ventana en la que se nos permite elegir qué queremos compartir. Las opciones serán las pantallas completas que tengamos disponibles así como cada una de las ventanas de los documentos que tengamos abiertos en ese momento en nuestro ordenador. Digamos que, además de Zoom, tenemos abierto un archivo de Word, una presentación de PowerPoint, un vídeo de YouTube y una imagen. Podremos seleccionar cualquiera de esas ventanas de manera individual para que los espectadores vean su contenido sin mostrar todo el resto de la pantalla.
En esta imagen, podemos observar dos documentos abiertos en dos programas diferentes, pero que están en una misma pantalla. Si seleccionamos uno de ellos y hacemos clic en «Compartir», los espectadores verán esa ventana, y no todo lo demás.
Esta es la diferencia entre compartir toda la pantalla o compartir una ventana:
Esto es lo que se muestra si compartimos toda la pantalla. Ahí, vemos la ventana del navegador de Internet por detrás de la de Zoom. Si compartiéramos toda la pantalla, tendríamos que hacer clic en la ventana de atrás para que viniera a primer plano, o también podríamos ocultar la ventana de Zoom. En cualquier caso, no queda tan profesional como la segunda opción que vamos a mostrar ahora.
Esto es lo que se muestra si solo compartimos la ventana del navegador de Internet donde tenemos ese vídeo de YouTube. No se ve ninguna otra de las ventanas, no hay que esconder ni mover nada… solo necesitaríamos darle a «Play» para empezar a ver el vídeo. O, si le hubiéramos dado antes de compartir, al hacerlo, los espectadores verían el vídeo ya en marcha.
Observemos que, entonces, podemos tener abiertas ventanas con diferentes contenidos. Por ejemplo, el esquema del mensaje para ir mostrándolo a medida que avanzamos, el texto bíblico que queremos leer, en formato horizontal y con letra amplia, imágenes ilustrativas, algún vídeo o fragmento que queramos usar como ilustración, etcétera. Todo ello podemos dejarlo preparado y a la espera de que compartamos la pantalla y seleccionemos cualquiera de esas ventanas.
En el próximo artículo, haremos referencia a opciones todavía más avanzadas, que nos permitirán ir mucho más allá en el detalle de lo que queremos mostrar en nuestra enseñanza.
(Algunas de estas informaciones, así como materiales de apoyo y otras herramientas, están disponibles en www.diakonos.es. Para más información, pueden entrar en contacto con [email protected].)
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