Las hermanas de Jesús
Los dos únicos Evangelios que aluden a las hermanas de Jesús, establecen sin equívocos que aquellas mujeres eran hijas de María y José.
30 DE SEPTIEMBRE DE 2020 · 10:00
Las hermanas de Jesús sólo se mencionan en dos versículos del Nuevo Testamento, que podrían reducirse a una sola vez, porque Marcos repite lo que de ellas escribe Mateo.
En la vida de Jesús hubo tres ciudades importantes: Belén, donde nació. Cafernaún, donde vivió mucho tiempo y Nazaret, donde creció y se educó.
En la primera parte del capítulo 12 de Mateo podemos seguir a Jesús enseñando al pueblo a través de parábolas. Acabada la última, que trata de tesoros nuevos y viejos, viaja a Nazaret. Se dirige a la sinagoga, que él conocería bien, y “les enseñaba”.
Difícil tarea. El escocés William Barclay, destacado comentarista bíblico, dice que “había que echarle valor. Donde le es más difícil predicar a un predicador es en la Iglesia donde todos le conocen desde su infancia. Y sin embargo Jesús fue en Nazaret”.
Los que estaban en la sinagoga quedaron atónitos. El conocimiento, la lógica de su argumentación, el poder de su palabra, impresionó a todos. Le habían visto crecer. Sabían que no tenía estudios superiores. Unos y otros se decían:
¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene este todas estas cosas? (Mateo 13: 55-56).
Aquí se habla de hermanas en plural. ¿Qué parentesco tenían estas mujeres con Jesús?
En veinte siglos que llevamos de cristianismo quienes han comentado Mateo 13: 55 a lo largo de generaciones no se han puesto de acuerdo. Entre las teorías expuestas destacan tres:
Hermanastras
El teólogo católico Lluis Busquets, en su abultado libro Ultima noticia de Jesús el Nazareno, escribe esto: “Hoy día se admite sin ningún problema que José se casó con María siendo viudo de un primer matrimonio que engendró, como mínimo, cuatro hijos varones: Santiago, José, Judas y Simón, y dos chicas cuyo nombres desconocemos”.
A Lluis Busquets, escritor de nuestros días, se une el eminente teólogo jesuita Juan de Maldonado, nacido en Extremadura en el siglo XVI, año 1533. En la Universidad de Salamanca Maldonado estudió Gramática, Arte, Filosofía y Teología. Escribió comentarios a libros de la Biblia, entre ellos tres tomos que abarcan los cuatro Evangelios. En el capítulo 12 del comentario a Mateo dice: “Algunos hacen a los hermanos de Cristo … hijos de José, que lo fueron en un matrimonio anterior, opinión que abrazaron casi todos los autores griegos”.
No lo comprendo. ¿Cómo hombres inteligentes, toda su vida estudiantil dedicada a la lectura de la Biblia, maestros en teología cristiana, pueden concebir y mantener semejantes disparates? Recurro a Job: “No podemos ordenar las ideas a causa de las tinieblas (37: 19). Todo el conocimiento, toda inteligencia, toda la razón y otras facultades del ser humano se oscurecen a causa de las tinieblas mentales.
¿En qué cabeza cabe que un ángel del cielo anunciara la encarnación de Dios a una Virgen de 16 años que habría de matrimoniar con hombre viudo y seis hijos a su cargo?
Por otro lado: ¿Permitirían los padres que la hija de 16 años casara con hombre de una edad, que la sobrepasaba muchos años y con seis hijos de otra mujer? ¿Y dónde estaban esos seis hijos, supuestamente hermanastros de Jesús, cuando el Salvador del mundo nacía en una posada? Y cuando María y José huyeron a Egipto con el niño, ¿llevaron consigo a los cuatro varones y dos hembras?
Uno de los más relevantes investigadores bíblicos, el sacerdote norteamericano John P. Meier, dice: “Ni Mateo ni Lucas prestan apoyo a esta idea. La impresión obvia que producen ambos relatos es que el matrimonio con María es el primero de José”.
No hay motivo alguno para pensar que las dos hermanas de Jesús eran hermanastras.
Primas o parientes
Esta segunda teoría es fuertemente sostenida por la Iglesia católica.
Juan de Maldonado, el jesuita del siglo XVI citado en letras anteriores, escribe esta frase rotunda en su comentario al Evangelio de Mateo: “La verdad que San Jerónimo probó con razones solidísimas es que los tales hermanos de Cristo eran primos”.
La creencia de que los hermanos de Jesús eran realmente primos la deriva la Iglesia católica de la supuesta virginidad perpetua de María, la madre de Jesús. En la liturgia católica se canta: “Siempre Virgen María”.
Eloíno Nacar, canónigo lectoral en Salamanca y Alberto Colunga, profesor de Sagrada Escritura en la Universidad de Salamanca unieron sus conocimientos bíblicos en la traducción de la Biblia al castellano. La nueva versión fue publicada en 1955 en Madrid por la Editorial Católica.
En 1963 ambos teólogos entregaron a la misma editorial un tomo comentando los cuatro Evangelios.
En la exposición al capítulo seis de Marcos, dicen: “Se citan hermanos y hermanas de Cristo. Estos son parientes en grado diverso del mismo”. Más claro lo exponen al explicar Mateo 13: “Que María no tuvo más hijos después de Cristo es dogma de fe, la perpetua virginidad de María”.
De aquí arranca la idea de que María y José no tuvieron más hijos.
Y aquí dejo intervenir al exjesuita español Juan Arias, actual corresponsal del diario El País en Brasil. En página 52 de su libro, Jesús, ese gran desconocido, Arias explica: “A pesar de ser uno de los evangelistas canónicos el que menciona a los hermanos y hermanas de Jesús, la Iglesia católica nunca pudo aceptar esta hipótesis al predicar que María fue Virgen antes y después del nacimiento de Cristo…
En griego, la lengua en la que está escrito el Evangelio habla claramente de hermanos y no de primos”. Para el teólogo católico Lluis Busquets, también citado en estas letras, “el Nuevo Testamento utiliza el término ‘hermano’ distinguiéndolo bien de primo”.
Antonio Piñero, catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid interviene en el debate en torno que Jesús fuera hijo único, como pretende la Iglesia católica al no distinguir entre unigénito y primogénito. Qué sentido tendría llamar a Jesús primogénito si no lo siguieran otros. Según Piñero, “esta suposición (la de que fuera hijo unigénito) no es defendida por casi nadie. Los llamados hermanos de Jesús lo eran en el pleno sentido de la Palabra”.
Hijos de José y María
La enseñanza de Mateo y Marcos, los dos únicos Evangelios que aluden a las hermanas de Jesús, establecen sin equívocos que aquellas mujeres eran hijas de María y José. A favor de esta argumentación tenemos varias expresiones en Mateo y Marcos. La palabra hermano significa esto y, como lo escribe el prestigioso comentarista John A. Broadus, “debe entenderse así en cualquier caso a menos que pueda probarse allí lo contrario”. Además, no fueron los discípulos quienes hablaron de hermanos y hermanas, sino los mismos habitantes de Nazaret, incrédulos y hostiles, quienes conocían bien a la familia formada por José y María. ¿Cómo podía esta gente confundir hermanos con primos?
El gran error de la Iglesia católica está en negar, porque se le viene abajo todo el andamiaje de la virginidad perpetua de María, que ella y José continuaron manteniendo relaciones sexuales y engendraron hijos como cualquier otro matrimonio.
Las hermanas de Jesús mencionadas en Mateo y Marcos están citadas en plural. ¿Cuántas eran?
Los Evangelios no lo especifican. Algunos comentaristas hablan de tres, a las que dan los nombres de Miriam, Marta y Rut. Pero la mayoría de autores que han investigado el tema aluden a dos, Lidia y Lisia. El prestigioso exjesuita francés Ernesto Renan, autor de La vida de Jesús, dice que las dos hermanas contrajeron matrimonio en Nazaret.
Lidia se casó con Jacobo, amigo de la infancia de Jesús, y Lisia con un hombre también llamado Jesús, con el que tuvo siete hijos. Quienes elevan el número de hermanas a tres citan a la tercera con el nombre de Rut. Advierto que nada de esto dice la Biblia.
Siete meses antes de ser Jesús crucificado Juan dice que sus hermanos no creían en Él (7: 5) ¿Tampoco creían en Él sus hermanas? El mismo apóstol dice que al pie de la cruz estaban tres mujeres presenciando la agonía de Jesús: María, su hermana, la mujer de Cleofás y María Magdalena (19: 25). ¿Dónde estaban las hermanas?
Los discípulos varones huyeron, pero yo esperaba que dos mujeres, además hermanas, aliviaran el sufrimiento del hermano mayor con su presencia. Porque siempre se ha dicho que en el sentimiento y en la capacidad de amar la mujer supera al hombre. Al parecer, no fue así con las hermanas de Jesús y yo las borro de mi mente y de mi corazón.
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