Grandes escritores hispanoamericanos: Nicanor Parra

Escribir negativamente de la religión y desvincularse de la Iglesia católica no significa ser ateo. Parra tenía un alto concepto de Dios, al que cita con frecuencia en sus versos.

11 DE ABRIL DE 2024 · 17:16

Nicanor Parra. / <a target="_blank" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Nicanor_Parra#/media/Archivo:Nicanor_Parra_(cropped2).jpg">Biblioteca del Congreso Nacional, Wikimedia Commons</a>.,

Harold Bloom, estadounidense, está reconocido en occidente como uno de los grandes críticos literarios de nuestro tiempo. Leopoldo Cervantes, en Ginebra Viva, inserta la opinión que Bloom tenía del poeta chileno: “Parra es, incuestionablemente, uno de los mejores poetas de Occidente”. A Bloom dejo la paternidad de este juicio.

Nicanor Parra nació en San Fabián, Chile, el 19 de septiembre de 1914 y desnació en La Reina el 23 de enero de 2018 a los 103 años, cuatro más que el argentino Ernesto Sábato.

Sus primeros estudios los realizó en la ciudad de Lautaro, al norte de la capital, y la secundaria entre Chillán, capital de la provincia de Nuble, y Santiago. En la universidad elige física y matemática; se gradúa como profesor en 1937. Tal como escriben sus biógrafos, desde la adolescencia escribe poesía. Su primer libro conocido es Cancionero sin nombre, poemas que aparecen el mismo año de su graduación.

Becado por el Institute of Internacional Education viaja a Estados Unidos, donde permanece cuatro años, entre 1943 y 1947. En la Universidad de Brown se especializa en mecánica avanzada. De regreso a Chile, en 1948 es nombrado director interino de la Escuela de Ingeniería de la Universidad.

Su estancia en el país natal dura poco. En 1949 se traslada a Gran Bretaña, donde vive dos años. Con otra beca estudia cosmología en la Universidad de Oxford.

De vuelta a Chile continúa publicando libros de poesía. Después de una estancia en Rusia, en 1967, escribe Canciones rusas.

Chile le concede el Premio Nacional de Literatura en 1969. En la Universidad de Columbia, Estados Unidos, dirige un taller para escritores en 1971. La Universidad de Chile, en Santiago, le nombra profesor del Departamento de Estudios Humanísticos.

Utilizando una especie de versificador y predicador ambulante escribe en 1977 Sermones y prédicas del Cristo de Elquis, y en 1979 aparecen los Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elquis.

A lo largo de su vida como poeta y ensayista Nicanor Parra escribió 32 libros, casi todos de poesía, si bien también algunos cuentos.

Entre las medallas, honores y reconocimientos que recibió destaca El Premio Cervantes que España le concedió el año 2012.

Leopoldo Cervantes Ortiz, ya citado, recuerda en Ginebra Viva que en Parra “se puede hablar sobre la percepción que ha tenido de la religión desde sus inicios antipoéticos de los años cincuenta”.

La periodista Faride Zerán, en Las seducciones de Nicanor Parra, diario La época, 13 de junio de 1993, se expresa en la misma línea de Leopoldo Cervantes, escribe: “El tema de la religión, de lo religioso, del sacerdocio, del clero, de toda la parafernalia de la organización de la Iglesia católica, recorre obsesivamente la poesía de Nicanor Parra”.

El sacerdote católico Ignacio Valente, escribiendo sobre Nicanor Parra y la religión, insiste sobre las ideas religiosas del autor chileno“Lo prueban los innumerables poemas sobre el asunto Dios, la historia del cristianismo, el mal, la precariedad de la vida, el misterio del más allá”.

En sus Artefactos y en el Cristo de Elqui se encuentran nuevas pistas sobre el pensamiento religioso de Parra, que difiere mucho de la doctrina de la Iglesia católica. Arturo Flores Pinochet, en Nicanor Parra y la religión, confiesa que “hay en Parra una vista crispada, ácida, sobre los católicos, especialmente su jerarquía… La religión católica lleva el pandera en cuanto blanco de sus irreverencias, ironías y sarcasmos, criticando antes que enalteciendo su accionar”. Su largo poema irreverente contra el papa, cuyas estrofas omito intencionadamente, pone de manifiesto el anticatolicismo de Parra.

Escribir negativamente de la religión y desvincularse de la Iglesia católica no significa ser ateo. Parra tenía un alto concepto de Dios, al que cita con frecuencia en sus versos.

En Poemas y antipoemas, de 1953, trata de la mirada de Dios:

Nació en mi mente la inquietud y el ansia. De hacer en verso lo que en ola y ola Dios a mi vista sin cesar creaba.

A lo largo del poema el autor capta a Dios en la creación, un Dios que genera belleza, un Dios musa para quien hace oleajes la poesía.

En Otros poemas Parra evoca la presencia de Cristo y escribe:

¿Verdad que Cristo murió

Para purgar los pecados

De toda la humanidad?

Así me parece a mí.

¿Verdad que murió en la cruz?

¿Claro que murió en la cruz!

¿Por toda la eternidad?

Por toda la eternidad.

¿No ve que viene sin cruz?

En el poema Últimas instrucciones Parra cita el Libro sagrado del cristianismo:

Mis gafas negras para manejar un ejemplar de la Biblia”.

Tal como queda escrito en otro lugar de estas letras, muy pocos, poquísimos escritores, poetas y prosistas, de no importa qué país, han escapado al temblor de la muerte. Nicanor Parra fue uno de ellos.

Versos de salón es un poemario donde Parra advierte que la vida en la tierra va transcurriendo más rápida de lo que él quisiera; le asalta la idea de la muerte y lo que pueda haber después. Hay en el libro una reflexión y una pregunta que no van dirigidas a persona alguna y que revelan su preocupación por el fin de la existencia. 

No me quiero perder en este bosque 

Voy a sentarme en esta silla negra

Cerca del catafalco de mi padre

Hasta que me resuelvan mi problema.

¡Alguien tiene que estar en el secreto!

Quiero saber si hay vida de ultratumba. Nada más que si hay vida de ultratumba”.

¡Vida.

Muerte.

Más allá de la muerte.

Vida al otro lado

de la tumba!

No quiero morir ni quiero quererlo”, gritaba Miguel de Unamuno:

La muerte es la única cosa que me aterra”, se quejaba Óscar Wilde.

Si hemos de morir, ¿Para qué vivimos?”. Reflexionaba Lamartine.

Dulce vida, ¿debo separarme de ti?”. Interrogaba Goethe.

A la inquietud de Nicanor Parra por saber si hay vida de ultratumba, la Biblia le da tres respuestas:

Una: Está establecido que el ser humano muera (Epístola a los Hebreos).

Dos: No valen armas en esta guerra. (Eclesiastés). La batalla contra la muerte la tenemos perdida desde el mismo instante en que nacemos.

Tres: “Es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad” (San Pablo). Inmortalidad es vida de ultratumba.

 

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