Albert Camus, periodista

“Hizo un periodismo rebelde, contra la injusticia, el dogmatismo, el totalitarismo y en defensa de la verdad”, dice María Santos.

14 DE MAYO DE 2020 · 16:38

Albert Camus. / Jared Enos, Flickr CC,
Albert Camus. / Jared Enos, Flickr CC

María Santos, profesora de la Universidad francesa de Burdeos, ha publicado en francés y en español un libro bien documentado con un largo título: Albert Camus, periodista. De reportero en Argel a editorialista en París. Dice la doctora que “muchas de las ideas que más tarde desarrolló Camus en su obra literaria se encuentran en su periodismo estilo de frases cortas, clarividente, lo traslada a sus novelas, como El extranjero, inspirado en su experiencia como cronista judicial”. Para la autora, el periodismo de Camus en Alger Republicain, en sus editoriales en el periódico francés Combat y finalmente en L’Express en los 50 es un periodismo de “gran intencionalidad. Hizo un periodismo rebelde, contra la injusticia, el dogmatismo, el totalitarismo y en defensa de la verdad”.

Albert Camus nació el 7 de noviembre de 1913 en Mondovi, departamento de Constantina, en Argelia. Procedía de una familia muy humilde. “Nací pobre –dice en la novela El revés y el derecho–, en un barrio obrero, pero no sabía lo que era la verdadera desgracia hasta que conocí nuestros fríos arrabales”. En otra ocasión diría: “Yo no he aprendido la libertad en Marx; la he aprendido en la miseria”.

El padre, Lucien Auguste Camus, originario de Alsacia, murió en octubre de 1914 en el frente de la primera guerra mundial.

La madre, María Cardona, procedía de una familia española de las islas Baleares, que llegó a Argelia como emigrante.

Una gran tuberculosis le obligó a dejar los estudios de filosofía que había iniciado. Pero no permite que la enfermedad le doblegue.

La madre, viuda con 25 años, decide trasladarse con el hijo a la capital del país. Allí Camus consigue un empleo en la prefectura de Argel. Conoce a un viejo periodista, Jean-Pierre Faune. Éste lleva a Camus a un encuentro con Pascal Pia, periodista con más ilusiones que medios. Quiere lanzar un periódico, pero no puede pagar redactores. Faune le presenta a Camus con estas palabras: “Vea si puede servirle. De todos los que conozco, es quien parece más capaz de ser periodista”.

Tanto que sirvió. El nuevo periódico estuvo en la calle con el título Argel Republicain. El primer artículo que firmó Camus lo tituló La especulación contra las leyes sociales. Un éxito de público y crítica. Camus tenía entonces 25 años. Alma del periódico, pronto fue nombrado redactor jefe.

La fama de Albert Camus como novelista y periodista llega a Francia. París lo llama. Llega a la capital francesa cumplidos 27 años. Entra como secretario de redacción en el diario París Soir. Este periódico es una máquina comparada con Argel Republicain. Tira un millón de ejemplares diarios.

Cuando estalla la segunda guerra mundial y los alemanes invaden Francia, entrando en París el 14 junio de 1940, Camus ingresa en el movimiento de la resistencia francesa. Con otros militantes intelectuales funda el periódico Combat. Como en la época de Argel Republicain, en Combat Camus se siente responsable de todo, desde la información de tres líneas hasta los reportajes. El director de Combat es su amigo de Argelia Pascal Pía. Camus, dice uno de sus biógrafos, Olivier Todd, “propone temas, relee títulos, subtítulos, llamadas a pie de página, indica con que carácter debe componerse tal artículo, diseña la maqueta…”

El periodista Camus influye en centenares de miles de franceses.

Después de la liberación de Francia el 24 de agosto de 1944 Camus deja el periodismo activo y se dedica a escribir. Entre Argelia y Francia produce grandes obras, novelas y representaciones teatrales que son reconocidas mundialmente con el Premio Nobel de Literatura en 1957. Muere tres años después.

La tarde del 4 de enero de 1960 la pasé aislado en mi despacho de la calle La Haya, en Tánger, Marruecos, corrigiendo hasta horas avanzadas de la madrugada las pruebas de mi libro La Biblia en El Quijote. Esto me impidió atender las noticias de la televisión y la radio. Hacia las nueve de la mañana siguiente, como era costumbre diaria en mí, anduve despacio hasta el Café de la Poste, situado en el Boulevard Mohamed V, junto al Banco de Estado de Marruecos. Antes de pedir el café crucé la calle para alcanzar un puesto de periódicos amparado en el edificio del Correo Central. El impacto que recibí conmocionó mi ser. La Dépeche Morocaine, diario local publicado en francés, daba la noticia con grandes titulares a toda plana: «Albert Camus ha muerto en accidente de automóvil».

Horas después llegaban a Tánger los periódicos de Madrid y de París con abundante información sobre el triste acontecimiento. El papel recogía lamentos desgarradores. La tinta negra transmitía el luto de muchos corazones heridos por la tragedia.

Albert Camus salió de Lourmarin hacia París por carretera el domingo 3 de enero de 1960. El automóvil, un potente Facel Vega de tipo deportivo, era conducido por su amigo Michel Gallimard. En el asiento trasero viajaban la esposa de Gallimard, Janine; una hija de ésta, Anne, de 18 años, y el perro de la familia, un precioso skye terrier. La idea de los viajeros era cubrir los 755 kilómetros que los separaban de París en dos etapas. En un pequeño albergue de Thoissey, cerca de Macon, cenaron y durmieron aquella noche. A la mañana siguiente reemprendieron el viaje. Hacia el mediodía pararon de nuevo en Sens, a orillas del Yonne, en el departamento del mismo nombre. Después de comer iniciaron la última etapa del viaje. Pensaban llegar a París a la caída de la tarde.

Por Villeblevin el automóvil enfiló una carretera amplia, plana y recta, bordeada de muchos árboles. Michel Gallimard conducía tranquilo. Junto a él iba Camus, con el cinturón de seguridad sin abrochar. Las dos mujeres descansaban en sus asientos. Por causas que nunca se aclararon suficientemente, el coche derrapó, chocó contra un árbol y a continuación quedó empotrado contra otro. El cuerpo de Gallimard fue proyectado fuera del vehículo. Sangraba abundantemente. Su esposa se hallaba cerca de él, menos herida. La joven Anne quedó tendida a unos veinte metros del coche. Las mujeres se recuperaron pronto. Camus murió en el acto. Quedó con la cabeza incrustada en el cristal de la puerta trasera. Tardaron dos horas en sacar su cuerpo del montón de chatarra a que quedó reducido el automóvil. Testigos presenciales afirmaron que sus ojos tenían una expresión de horror. El ideólogo del absurdo encontró la muerte en un accidente absurdo. La vida tiene a veces esta amarga ironía.

El mundo de las letras se conmocionó al conocer la noticia. La prensa, la radio y la televisión dedicaron amplios y continuos espacios al malogrado premio Nobel. Camus había muerto cuando su obra literaria no había empezado aún, tal como declaró a un periodista tres días antes del choque fatal.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El punto en la palabra - Albert Camus, periodista