¿Existen las empresas cristianas?

Me pregunto: ¿un negocio puede ser definido como cristiano? Y si esto es posible, ¿qué características tendría una empresa cristiana?

03 DE OCTUBRE DE 2022
18:05 CEST
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Imagen de Razvan Chisu en Unsplash.

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¿Te has preguntado alguna vez si existen las empresas cristianas?

Siendo el tejido empresarial un reflejo de lo que sucede en la sociedad, nos encontramos a menudo con que la falta de integridad y valores que impera en todos los ámbitos de la vida, afecta también a la forma en que los proyectos empresariales son concebidos y liderados. El fin justifica los medios, se suele decir, y no es difícil apreciar cómo la falta de ética y la búsqueda exclusiva del beneficio propio son prácticas habituales en el mundo de los negocios.

Buscando una posición alternativa a estas situaciones y con garantías de fiabilidad, he escuchado en un sin número de ocasiones la expresión: “esa empresa es cristiana”.  Y me pregunto, ¿cristiana? ¿Acaso un negocio puede ser definido como cristiano? Y si esto es posible, ¿qué características tendría una empresa cristiana?

La presencia de un cristiano trabajando en un negocio o dirigiendo una empresa no garantiza que la misma sea cristiana. Existe la posibilidad de que cristianos puedan estar manteniendo su fe y su trabajo diario en compartimentos separados, bajo el supuesto de que la religión y los negocios no deben mezclarse. Esto es especialmente evidente cuando los cristianos ven los negocios solo como una forma de ganar dinero y cuando su interés real en el ministerio está limitado al trabajo que desarrollan en la iglesia.

Los cristianos pueden instalar el Reino de Dios en su entorno laboral creando así un puente entre lo sagrado y lo secular.

Los creyentes llamados al ejercicio empresarial deberían desear trabajar, administrar y construir una empresa que honre a Cristo. Es decir, las personas cristianas pueden instalar el Reino de Dios en su entorno empresarial/laboral creando así un puente entre lo sagrado y lo secular. Muchos han llamado a esta idea trabajar o construir un negocio cristiano. Eso, por supuesto, plantea la pregunta de qué es exactamente un negocio cristiano y, si existe, cómo podríamos distinguirlo.

A lo largo de los años he participado en muchas discusiones en torno a esta pregunta y quisiera compartir en las siguientes líneas algunos de los argumentos y observaciones que me parecen más relevantes.

Mi apreciado mentor y amigo, el Dr. Samuel Solivan, decía categóricamente que las personas que han creído en Cristo son cristianas, los negocios no. En otras palabras, los empresarios cristianos son los que tienen el deber y la responsabilidad de dirigir la empresa y servir esmeradamente a sus clientes, proveedores y empleados, con altos valores morales. Además, tienen la gran oportunidad de aplicar principios bíblicos y éticos de tal manera que el Espíritu de Dios lidere las acciones, operaciones y ganancias de quienes poseen y operan en la organización.

Pienso que este enfoque podría ayudarnos a cumplir nuestro verdadero llamado; establecer el Reino de Dios en nuestro entorno empresarial impactando el mercado y el lugar de trabajo, y por lo tanto, glorificando a Cristo aquí y ahora.

Los cristianos en los negocios deben esforzarse por vivir su fe a través del trabajo. Esto significa brindar un servicio al cliente de alta calidad, ser honesto en cada transacción, administrar los propios recursos de manera efectiva, producir bienes y servicios de alta calidad y tratar a cada empleado con dignidad. En definitiva, buscar servir a los demás y crear valor. Por supuesto, estas son cosas que todo propietario de un negocio debería estar haciendo. Pero dado que los cristianos viven para servir a Dios y defender los principios establecidos en la Biblia, es preciso ser particularmente cuidadosos en administrar bien los negocios.

Tito 3:8 enfatiza que Cristo se sacrificó por nosotros para que “los que han creído en Dios se empeñen en hacer buenas obras. Esto es excelente y provechoso para todos”. Ya que Cristo nos salvó y redimió, nos llama a dar la vuelta y trabajar por el bienestar y la reconciliación del resto del mundo.

Una empresa regida por cristianos estará definida mayormente por sus valores y estos tendrán un impacto directo en su cultura empresarial.

En lugar de preguntar si mi empresa debería ser cristiana es más útil plantearse primero cómo puedo administrar mi negocio de la manera más bíblica; cómo puedo hacer para que otros pregunten acerca de mi fe; en qué se diferencia mi negocio de otros dedicados a la misma actividad. Pienso que una empresa regida por cristianos estará definida mayormente por sus valores y que estos tendrán un impacto directo en su cultura empresarial. La cultura (valores, símbolos, creencias gobernantes) de la organización se alinean con la Palabra de Dios y los propósitos del Reino de Dios. Ahora, es bien sabido que el entorno o la cultura de una empresa "habla" más alto que la política empresarial escrita. La cultura tiene símbolos y señales exteriores (signos que dicen que garantizamos un buen servicio), valores que se aprecian incluso si no se publican.

Los líderes empresariales efectivos saben que el cultivo de la cultura es parte de su liderazgo. Por lo tanto, qué valores se aprecian en la empresa; cómo se trata a las personas; cómo aprenden las personas en la organización; cómo se manejan los fracasos y los errores; y decir la verdad en cualquiera circunstancia son aspectos importantes que deberían permear en la organización.

En resumen, el líder empresarial cristiano tiene el llamado de ser luz en su lugar de trabajo. Debe marcar las pautas a seguir con sus creencias y valores bíblicos para que pueda influenciar la cultura de la empresa. En definitiva, las empresas son entidades en la que intervienen el capital y el trabajo como factores de producción de actividades industriales o mercantiles o para la prestación de servicios. La diferencia está en quién la dirige y cómo la dirige. Propongo que cada empresario o gerente cristiano sea un constructor de comunidad que refleje el Reino de Dios en el negocio, un “pastor” en un contexto secular.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Editorial - ¿Existen las empresas cristianas?