Antonio Machado (siglos XIX y XX)

"Es Dios sobre la mar camino", escribía el célebre poeta español.

23 DE SEPTIEMBRE DE 2022 · 10:00

Fragmento del retrato de Antonio Machado pintado por Joaquín Sorolla en 1918. / Hispanic Society of America, Wikimedia Commons.,
Fragmento del retrato de Antonio Machado pintado por Joaquín Sorolla en 1918. / Hispanic Society of America, Wikimedia Commons.

Antonio Machado, miembro de una generación de poetas y prosistas, nació en Sevilla el 26 de julio 1875 y desnació en Colliure, Francia, el 8 de febrero de 1939, con la mente y el cuerpo martirizados por la guerra incivil que padeció España entre 1936 y 1939, guerra que vivió en primera persona.

Trasladado a Madrid, se educó en la famosa Residencia de Estudiantes fundada por Fernando Ginés de los Ríos y que llegó a tener una importante repercusión en la vida intelectual de la nación. Allí estudiaron también su hermano Manuel, García Lorca, Dalí, Buñuel, Bellos y otros destacados intelectuales.

El año 1900 fue nombrado Vicecónsul de Guatemala en París. Dominaba el francés a la perfección. En 1907 ganó la cátedra de francés en Soria, lo que motivó su traslado a la ciudad castellana. En Soria contrae matrimonio con Leonor. Era el año 1909. Leonor tenía entonces 16 años. Antonio 34. El amor no tiene edad. Dios es amor, dice la Biblia, y a Dios no se le puede atribuir una determinada edad.

Leonor muere de tuberculosis tres años después de la boda, en agosto de 1912. Tras la muerte de Leonor, Antonio se traslada a Baeza y luego a Segovia. En Baeza, a medida que enseña, cursa los estudios de Filosofía hasta el doctorado. En Segovia funda la Universidad Popular. En 1931 pasa al Instituto Calderón de Madrid. Al inicio de la guerra incivil de 1936 se instala en Valencia, al igual que hicieron otros escritores que simpatizaban con la República.

En febrero de 1939, sabida ya la victoria franquista, sale de España con su madre y otras familias. Al otro lado de la frontera se encuentra el hotel Quintana, en el pequeño pueblo de Colliure. Allí muere la madre y luego él, el gran poeta Antonio Machado, “ligero de equipaje, como los hijos del mar”.

El Dios íbero

Igual que el ballestero

tahúr de la cantiga,

tuviera una saeta el hombre ibero

para el Señor que apedreó la espiga

y malogró los frutos otoñales,

y un "gloria a ti" para el Señor que grana

centenos y trigales

que el pan bendito le darán mañana.

«Señor de la ruina,

adoro porque aguardo y porque temo:

con mi oración se inclina

hacia la tierra un corazón blasfemo.

 

¡Señor, por quien arranco el pan con pena,

sé tu poder, conozco mi cadena!

 

¡Oh dueño de la nube del estío

que la campiña arrasa,

del seco otoño, del helar tardío,

y del bochorno que la mies abrasa!

 

¡Señor del iris, sobre el campo verde

donde la oveja pace,

Señor del fruto que el gusano muerde

y de la choza que el turbión deshace,

 

tu soplo el fuego del hogar aviva,

tu lumbre da sazón al rubio grano,

y cuaja el hueso de la verde oliva,

la noche de San Juan, tu santa mano!

 

¡Oh dueño de fortuna y de pobreza,

ventura y malandanza,

que al rico das favores y pereza

y al pobre su fatiga y su esperanza!

 

¡Señor, Señor: en la voltaria rueda

del año he visto mi simiente echada,

corriendo igual albur que la moneda

del jugador en el azar sembrada!

 

¡Señor, hoy paternal, ayer cruento,

con doble faz de amor y de venganza,

a ti, en un dado de tahúr al viento

va mi oración, blasfemia y alabanza!»

 

Este que insulta a Dios en los altares,

no más atento al ceño del destino,

también soñó caminos en los mares

y dijo: es Dios sobre la mar camino.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Dios en la poesía religiosa española - Antonio Machado (siglos XIX y XX)