Dos poemas inéditos de Noa Alarcón
Una muestra de la vertiente lírica de la escritora madrileña residente en Cataluña, quien forma parte del Consejo Asesor de Tiberíades.
28 DE MARZO DE 2019 · 20:00
Dejamos conocer una muestra de los poemas de Noa Alarcón (Madrid, 1983), escritora y traductora especializada en lenguas antiguas y teología.
Estudió Filología Hispánica en la Universidad Complutense de Madrid y Filología Hebrea en la Universidad de Barcelona, especializándose en hebreo bíblico. Desde 2009 escribe artículos sobre arte y cultura en Protestante Digital y otros medios.
Tiene publicados los libros de relatos Apocalipsis cotidianos (2010) y Cinco monstruos (2012); las novelas Redención (2016) y Ernestina y los espíritus (2018). También Árbol plantado a la orilla de un río: Un estudio devocional y poético sobre Salmos.
Está casada con el escritor Daniel Jándula y tienen dos hijos. Forma parte del Consejo Asesor de TIBERÍADES, Red Iberoamericana de Poetas y Críticos Literarios Cristianos.
Estos poemas formarán parte de la antología POETAS DE TIBERÍADES, a editarse próximamente.
EN SILENCIO Y EN ESTRUENDO
Exquisito y extravagante,
arrojas un rayo de luz diminuto donde solo mi ojo puede verlo.
Alumbras un átomo magnífico
(me alumbras a mí, de pasada).
Nadie más lo ve.
Es algo entre tú y yo,
un juego infinito que
ahora sé
durará más que los siglos.
Tiras la luz, yo la recojo;
la volteo, la retuerzo,
la devuelvo hecha otra cosa.
Charlamos de detalles
sobre lechos infinitesimales
a veces en silencio
y a veces en estruendo.
No te encuentro nunca donde te dejé,
sino en otro hueco,
otra textura,
cargado de esa luz atómica tuya.
No pasa nada:
yo tampoco estoy donde me encontraste.
HIGUERA
Algún día moriré y de todo esto
no quedará nada:
ni del cuarto de baño ordenado,
ni la obsesión por limpiar el polvo,
ni del televisor ese grande,
con sus grandes canales llenos
de grandes rostros sonrientes;
no quedarán vacaciones por Europa,
ni pasajes a Tailandia.
Mis huesos no se llevarán el feng-shui
ni el zen
ni a la japonesa esa que te dice que ordenes tu cuarto
(como tu madre).
Se llevarán consigo la brisa
entre las ramas de la higuera
y nada más.
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