Barro del Paraíso

Las primeras cinco centurias de Teresa de Jesús merecen un tributo hermanado en el Cristo. Aquí la primera entrega de este nuevo Blog cultural.

14 DE MAYO DE 2015 · 20:55

Alencart leyendo el poema. / Héctor Rivas,Alfredo Pérez Alencart, 2015
Alencart leyendo el poema. / Héctor Rivas

Las primeras cinco centurias de Teresa de Jesús merecen un tributo hermanado en el Cristo. Aquí la primera entrega de este nuevo Blog cultural

 

DE LO SIEMPRE AMADO

(Homenaje a Teresa de Cepeda y Ahumada)

 

De por vida nos une un reino fuera del tiempo,

un reino que transfiere palabras contra la desesperanza,

alas para nosotros mismos

y para sobrevolar las cicatrices del Diluvio

y ventear aires sin veneno

a los pulmones del albañil que moldeará más barro

del palomar que es dialéctico templo

porque está en nuestro pecho sin coágulos ni fronteras,

fundando moradas humildes, silabeando

el porvenir, albergando al Espíritu invulnerable.

 

:: (Abre tu boca  /  la Vida está en la LLAGA  /  lejos

de los prelados  /  lejos del óbolo  /  a las estatuas) ::

 

Henos aquí, por aires donde aúllan verdades

relampagueadas en la comunión con el Cielo

de la memoria, verdades emparentadas

al terral de la vieja Castilla que aún busca su contento

celebrando con vino casi alado

la muerte con resurrección.

Oh, poderosa realidad

de lo siempre Amado en el horizonte impar

de esta Babel que poco trasuda la sangre del Dios

que nos escarba la salida con átomos salvajes

y palomarcicos

y palomas

que enseñan a volar leguas arriba

picoteando raíces de páramo como pan de cada día

volviéndose plegarias

hasta hallar cobijo en el nidal del retorno,

adobe y tapial contra el exterminio.

 

:: (Viola los estatutos de la muertE  /  húrgale

su nariz  /  y  meteorízala hasta que diga ay, ay, ay) ::

 

Del palomar del pueblo salen latidos que nos relajan,

no porque tengamos astilladas las alas

sino por el oleaje de revelaciones

de la sangre iluminada en cánticos para el Cielo

que destella cuando Teresa, nuestra hermana, tan alta vida

espera apoyada en sus últimas lágrimas

y en las manos del destierro.

Ay, palomita de las oraciones

que más cuentan, paloma pieldivina

deleitosamente prisionera nidificando la llama que no quema,

aléjate de las aves agoreras

y camina por zonas de tolerancia o vuela con el peso neto

de tu declaración de ardiente fe

y aléjate siguiendo la medialuna de tu temblor,

aléjate de las aves de rapiña

y no mudes los Evangelios por peste de idolatrías,

por corazones que palpitan a medias,

por escenificaciones de amor deshabitado, insipidez

tras insipidez tras insipidez.

 

:: (Apasionada travesía por tierras del Tormes y el Adaja /

Guardiana / danos tu sonrisa / para esta Reconciliación) ::

 

Pronunciamos la Palabra

alquimiándola en el sistema solar del éxtasis, en las arterias

de la perduración antítesis del mundo,

en el mimbral de las ternezas a la intemperie,

en la relojería de Enigmas  /  Misterios  /  Milagros

mordedura del Hacedor a precio de rescate soltando perdón

contra historietas de brujas hechizándonos las venas.

 

No más inquisiciones.

Henos aquí para dar 67 besos a la Dueña de los palomarcitos

místicamente prendada del nazareno,

a quien alimenta de su puchero, mientras transita sures

o Reforma uno y otro palomar, como el mantenido

desde de la infancia, muriendo sin morir

en el connubio que se le volvió eterno.

 

:: (Deshuesada tu carne / Espíritu eres = Espíritu serás /

Cepeda & Ahumada / Ávila + Alba de Tormes) ::

 

(*) Poema leído durante el VII Encuentro Anual de la Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos (Adece), cuya primera jornada, el viernes 8, se dedicó a rendir un tributo evangélico a Teresa de Ávila, a cargo de la escritoras Asun Quintana, Isabel Pavón, Beatriz Garrido y Olga Moros. Alencart leyó su texto el sábado 9, durante la presentación del libro “La muralla invisible. Justas literarias con motivo del V centenario de Teresa de Ávila”, donde se recoge su homenaje, escrito en 2009 y publicado por vez primera en su libro “Cartografía de las Revelaciones” (Verbum, Madrid, 2011).

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