“La Biblia dice que la deuda es una forma esclavitud, y los intereses un medio de opresión”
La última década ha vivido un empeoramiento de las condiciones de trabajo que afectan las “relaciones familiares”, dice Jonathan Tame. El futuro más cercano, probablemente, será moldeado por la ‘gig economy’ y el reequilibrio del capitalismo global.
CAMBRIDGE · 12 DE MARZO DE 2020 · 12:15
¿Cómo ha cambiado el desarrollo de la economía en Europa en los últimos diez años? La crisis financiera de 2008, su impacto en las familias, las altas tasas de desempleo en muchas regiones, el surgimiento de nuevas tecnologías y la ‘gig-economy’ (economía de bolos, para algunos)...Muchos cambios en los últimos años y muchos interrogantes sobre cómo será nuestra economía globalizada en el futuro.
En el marco de la serie de entrevistas sobre la última década, ‘La década en resumen’, Evangelical Focus ha conversado con el director del Jubilee Centre, Jonathan Tame. Se trata de una organización cristiana de reforma social que ofrece una perspectiva bíblica sobre temas y tendencias contemporáneas en la sociedad.
Pregunta: Jonathan, observando la evolución de la economía en la última década, ¿qué ha cambiado en la forma en que la gente vive ahora en Europa?
Respuesta: En muchos sentidos, creo que hemos acabado donde comenzamos hace unos 12 años. La semana pasada, aquí en Gran Bretaña, los ingresos reales de las personas volvieron al nivel que tenían en 2008, antes de que la burbuja explotase. Al final de la década, también hemos regresado a niveles muy altos de deuda. Pero durante la década, en Europa, los tipos de interés se han mantenido increíblemente bajas, asi como la inflación y el crecimiento económico. En algunas aspectos, las cosas no han cambiado.
La pérdida de derechos es un precio elevado a pagar por el nuevo tipo de consumismo.
Pero también hemos visto que los trabajos se han vuelto mucho más precarios, la productividad y los salarios se han estancado. La crisis del euro alrededor de 2012-2013, empujó el desempleo a niveles muy altos y la recuperación ha sido desigual. Algunos países han vuelto a tasas de empleo muy altas, pero en el sur los niveles de desempleo se han mantenido realmente estancados, especialmente para los jóvenes. Así que hay una experiencia bastante variada en diferentes partes de Europa.P: Hablas de trabajos precarios y salarios bajos. Un ejemplo de eso es una película, muy elogiada en el Reino Unido, Sorry We Missed You. Es una historia sobre un hombre que comienza a trabajar como repartidor en una de las nuevas empresas tipo Amazon, Uber ... ¿Qué ‘maldiciones’ conllevan estos nuevos empleos vinculados a las apps de teléfonos móviles y las ‘necesidades’ de los clientes de tener todo lo más rápido y barato posible?
R: Sí, ha sido muy interesante ver cómo en la última década la combinación de las nuevas tecnologías, especialmente apps de teléfonos inteligentes, y ese alto desempleo al comienzo de la década posterior a la crisis financiera, ha creado las condiciones perfectas para lo que llamamos ‘gig-economy’.
Esta forma de capitalismo se desarrolla donde hay individualismo cultural y economía de mercado. Pero la elección y la libertad del consumidor se están convirtiendo en lo más importante de todo. Así que tenemos compras 24/7, y de alguna manera, aceptamos los contratos ‘malditos’ de cero horas. Y las personas que tienen que ofrecer este servicio son personas que realmente no vemos, son personas invisibles y anónimas. Están trabajando con horarios muy antisociales y, a menudo, no reciben advertencias anticipadas, solo saben cuánde tendrán que ir a trabajar un día o dos antes. Esto hace que el trabajador en esta ‘gig-economy’ ... Bueno, para ser honesto, es un nuevo tipo de opresión.
La pérdida de derechos, la pérdida de libertad, especialmente para las relaciones familiares, que se muestran en la película, es un precio elevado a pagar por este nuevo tipo de consumismo, la nueva forma en que compramos y vendemos. Por tanto, sí, es algo que deberíamos observar muy críticamente.
P: Durante el Foro Económico de Davos 2020, se ha debatido mucho sobre la reforma del capitalismo para que sirva mejor a las personas. Tu trabajo en el Jubilee Center tiene mucho que ver con reflexionar sobre cómo nuestra economía, lugar de trabajo y negocios, podrían ser más relacionales. ¿Hasta qué punto nuestro actual sistema económico global puede ser más relacional?
R: Para hacerlo más relacional, creo que necesitamos hacerle preguntas difíciles al capitalismo. El capitalismo significa diferentes cosas para diferentes personas, y no estoy hablando de la idea de una economía empresarial, la libertad de iniciar negocios y el comercio. Sino más bien, tenemos que pensar por qué se llama así al capitalismo. Los propietarios del capital están situados en la cima de la pirámide, y todo el sistema capitalista está orientado a proporcionar rendimientos financieros a los propietarios del capital. Y este sistema está perdiendo su legitimidad, y la gente lo está cuestionando. Incluso las personas en los niveles más altos de este sistema realmente están comenzando a preguntarse si cumple el propósito. Nosotros llevamos bastante tiempo diciendo esto, en el Jubilee Centre.
Pensando en cuáles son las alternativas, desde 1989-1990, hemos dicho que el comunismo ha fallado, por lo que deja al capitalismo como el único escenario que queda sobre la mesa. Hablamos sobre "el fin de la historia" y demás, pero lo que hemos visto desde entonces es un desarrollo bastante feo de esta única alternativa. Y la gente no está segura de querer seguir siendo parte de ello. Pero no parece haber ninguna alternativa cercana.
La deuda es muy peligrosa, especialmente a largo plazo.
Parte de lo que tenemos que hacer es pensar en todo esto, y la Biblia nos da algunos conceptos y marcos realmente buenos para hacerlo. Poner a las personas primero, y particularmente, las relaciones. Una forma en que podemos pensar en esto es hablando de la idea de una ‘economía de partes interesadas’. Al final, cada negocio organizacional tiene un conjunto de partes interesadas, diferentes personas involucradas en la producción de un bien o servicio, o en la administración de una escuela o un hospital, por ejemplo. Son diferentes partes interesadas que tienen diferentes roles. Y la persona en el negocio, las personas que proporcionan el capital, es una de las partes interesadas más. Cuando miramos toda esa organización, que existe para un cierto propósito, y miramos las contribuciones y los beneficios para todos estos interesados, y comenzamos a pensar en las relaciones entre ellos, entonces podemos comenzar a imaginar cómo podemos hacer camnbios en esta nueva forma de ver la economía.También hay algunos cambios de política radicales y de gran alcance que podrían hacer los gobiernos para cambiar drásticamente el sistema. Uno de ellos es eliminar la preferencia fiscal por la deuda, debido a que la mayoría de los sistemas impositivos dan preferencia a la deuda, realizando pagos de intereses con gastos deducibles. Así incorporamos al sistema esta tendencia a endeudarse. Si eliminamos esa ventaja, que es una simple decisión política, se daría un cambio. Pero tendría que hacerse a nivel global.
P: Muchos de nosotros que no somos expertos en economía no entendemos completamente cuáles son las consecuencias de la deuda para la vida normal de las familias. ¿Podrías explicarnos esto brevemente?
R: La cuestión es que hemos llegado a ver la deuda como una conveniencia, y los pagos de intereses como simplemente el precio de esa conveniencia. Pero la Biblia usa un lenguaje muy diferente en torno a eso. Dice que la deuda es realmente una forma de esclavitud, que el prestatario es el esclavo del prestamista. Y habla del interés como medio de opresión. Y es así, con mucha frecuencia, las personas más pobres, quienes tienen menos que ofrecer como garantía para sus préstamos, pagan las tasas de interés más altas.
Hay varias razones por las cuales la deuda es tan perjudicial y tan peligrosa. La mayoría de las personas piden dinero prestado asumiendo que todo irá bien en el futuro y que podrán pagar en el futuro el interés que acuerdan. Pero a menudo la gente llega a un lugar de desesperación y la deuda es el último recurso. Hay una estadística muy aterradora, al menos aquí en Gran Bretaña: alrededor de un tercio de todos los hogares no tienen ningún ahorro. Sin ahorros para un pago inesperado, una demanda o si se está enfermo y no se puede trabajar por un tiempo... Por lo tanto, las personas tienen que pedir prestado, no tienen un colchón de ahorros. Esa es una tendencia muy preocupante.
Así que la gente asume que todo va a salir bien y que podrán seguir haciendo pagos, pero la vida no es así. La vida sube y baja: los accidentes ocurren, las personas pueden perder un trabajo inesperadamente y, de repente, ya no puedes hacer frente a esos pagos. Por lo tanto, la deuda los hace muy vulnerables, y debido a que la mayoría de la deuda ahora es muy anónima, no se puede ir a la persona a quien se le debe el dinero porque no hay una persona como tal. Solo hay una institución sin nombre y sin rostro a la que no se le puede decir: “Estoy teniendo un momento difícil, ¿puedo retrasar el pago por un mes o dos?”.
Ahora hay más y más organizaciones sin ánimo de lucro de asesoramiento de deuda que tienen ese poder para ir a esas instituciones. De hecho, yo mismo he sido formado como asesor y consejero de deuda, y he visto que si defiendes a alguien que está luchando para pagar sus deudas puedes tener un poco de contacto humano en nombre de otra persona y puedes suspender las deudas y los cargos por intereses hasta que esa persona pueda volver a una posición en la que sea posible pagar.
Pero la deuda es muy peligrosa, y especialmente la deuda a largo plazo. A nivel gubernamental, es aún más peligroso porque gran parte de la deuda se transfiere de un año a otro. Y estamos empujando las cargas dedevolución a las generaciones futuras. Así que estamos gastando los ingresos y la riqueza de nuestros hijos y nietos, lo cual es una profunda injusticia.
P: Pensando en la economía global... China parece haberse convertido en un dragón gigante a medida que las potencias económicas tradicionales pierden fuerza. ¿Cómo cambiará el equilibrio del poder económico en esta nueva década?
R: Esta es la pregunta por la que a los analistas económicos se les pagan grandes cantidades de dinero para que traten de responder. Ha habido bastantes predicciones a principios de esta década y en las últimas semanas al respecto.
Hemos visto el auge de China e India, y sus tasas de crecimiento continuarán siendo mucho más altas que en Europa y el mundo occidental. Habrá un continuo reequilibrio de la economía mundial hacia Asia. A menos que encontremos nuevas formas de aumentar la productividad aquí en Europa, nuestra participación en el PIB mundial continuará disminuyendo inevitablemente. Así que creo que veremos un declive de la influencia y el peso de los países occidentales en algunas de las instituciones mundiales como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las economías asiáticas más grandes tomarán decisiones, o al menos exigirán una mayor participación.
La mayordomía, la generosidad y la justicia son tres grandes principios bíblicos sobre la econocmía.
La influencia de la tecnología será enorme en estas tendencias. La carrera por la computación cuántica también es algo fascinante. Esa es una generación completamente nueva de tecnología de Internet que también puede cambiar el equilibrio de poder. China está gastando una gran cantidad de dinero en la carrera para ser el primer país que pueda implementar la computación cuántica.Por otro lado, las guerras comerciales eran un poco desconocidas hasta la elección de Trump como presidente de Estados Unidos, porque había existido un compromiso bastante grande para tratar de mantener el flujo de comercio libre. El auge del populismo en los últimos años podría significar que aparecieran otras restricciones en el comercio mundial que también podrían afectar el equilibrio de poder de diferentes maneras.
Pero también estamos viendo ahora mismo con el coronavirus la vulnerabilidad de nuestros sistemas económicos altamente globalizados. Justo ahora ves una desaceleración de la economía china. Muchas fábricas han estado cerradas allí, y ofrece oportunidades a corto plazo para los productores europeos. Lecía recientemente acerca de cómo las pocas fábricas textiles británicas que han sobrevivido en las últimas décadas se ven abrumadas por los pedidos, ya que se necesitan fuentes alternativas de producción.
Y luego no debemos olvidar el surgimiento de África, el único continente que continúa creciendo rápidamente en términos de población, y que también están creciendo en riqueza. Creo que la magnitud de la influencia del continente africano aparecerá hacia el final de esta década.
P: En la Biblia encontramos mucho sobre el dinero y cómo usarlo. ¿Cuáles son algunos valores bíblicos que pueden ser útiles para nuestra situación actual?
R: Pienso en tres grandes principios aquí. Uno es la mayordomía, que debemos estar continuamente pensando en cómo administrar todo lo que Dios nos ha dado. Ser agradecidos por lo que tenemos, cuidándolo bien. Eso me lleva al segundo principio, que es la generosidad. Deberíamos ser inclinados a dar. Siempre hay personas que están peor que nosotros. Dar nos ayuda a asegurarnos de que el dinero sea nuestro siervo, no nuestro amo.
Y en tercer lugar, el principio de justicia, con el que la mayoría de las personas estará de acuerdo, aun no siendo cristiano. Justicia en cuanto a cómo se distribuye el dinero y la riqueza. Justicia y asegurar que las personas no sean explotadas u oprimidas. A pesar de nuestra incllinación hacia la justicia, la realidad es que todavía queremos comprar cosas lo más barato posible, y eso significa que hay una presión hacia arriba y hacia abajo en la cadena de suministro en la que estamos participando, si no hacemos las preguntas difíciles sobre las personas involucradas en hacer las cosas que compramos. La mayordomía, la generosidad y la justicia son tres grandes principios bíblicos de los que creo que podemos hablar y compartir con otras personas.
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