El borrachín

Observo al vecino borrachín de la puerta 4 que intenta introducir la llave en la cerradura, mientras se balancea de un lado para otro.

17 DE JULIO DE 2025 · 22:20

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En edificios de principios del siglo XX del Ensanche barcelonés, como el mío donde vivo, los hay que no tienen ascensor.

A cambio, y para consuelo de los que ya tenemos cierta edad, pues hay unas repisitas triangulares en las esquinas de los rellanos que son muy socorridas para aliviarse en el ascenso a pisos superiores.

Sentado en el tercero, observo al vecino borrachín de la puerta 4 que intenta introducir la llave en la cerradura, mientras se balancea de un lado para otro.

Menos dificultad tendría si viniera provisto de la llave correspondiente, porque con el chupete de su hijo poco éxito va a tener.

Mientras, yo tampoco pierdo el tiempo recuperando el tono y dándome en pensar.

Una idea se cruza en mi mente “este mundo es el resultado del éxito de la mentira”.

Aquel engaño primero de Génesis, pues cumplió su objetivo. Maravillados por ese recurso poderoso de la serpiente antigua, pues los hombres y las mujeres ya no hemos renunciado a él.

Es cierto, algo no ha funcionado bien, pero nos aferramos a aquella parte del engaño que sí se cumplió: conoceréis el bien y el mal.

Las consecuencias de muerte nos parecen como algo ajeno a nuestro existir, y nos entregamos como antes de diluvio a “comer, beber y darnos en casamiento”.

Ya sin capacidad para discernir la verdad de la mentira, pues ahondamos en ese recurso de la serpiente astuta convencidos de que la parte de verdad de la mentira ya nos es suficiente.

Así se empuja el mundo…hacia el vacío.

Hemos incorporado la mentira a nuestra existencia como este pobre hombre está convencido de que conseguirá abrir la puerta con un chupete.

Me despido de él y reemprendo el ascenso, no sin andes darle un consejo.

Insista, insista, que al final lo conseguirá

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cuentos - El borrachín