Los tres arcos
Los que más le querían le recomendaron que no dejase de pasar por los tres arcos de triunfo.
01 DE SEPTIEMBRE DE 2022 · 22:10
En su ya cansada juventud creyó que un viaje por el mundo le haría cambiar de vida.
Roma parecía un buen destino, las ruinas antiguas sintonizarían con su ánimo devastado.
Los que más le querían le recomendaron que no dejase de pasar por los tres arcos de triunfo.
Al parecer estos arcos de la época del Imperio, que se encuentran en el Foro romano, aún poseen propiedades benéficas para quienes los atraviesan.
Una superstición como otra en la que puso toda su ilusión.
Ya delante de ellos, después de un largo viaje en avión, se dispuso a avanzar.
Traspasado el primero y girando la cabeza, vio que en la cara interior del arco y siguiendo su curvatura, tenía inscritas unas palabras en latín que decían MAYBE I INIURIAM. QUIZÁ ME EQUIVOQUÉ.
Llegado al segundo arco y una vez traspasado, volvió a girar la cabeza y en la cara interior y siguiendo la curvatura, había una palabra que decía ERRAVI. ME EQUIVOQUÉ.
Alcanzado el tercer arco y también traspasado, giró la cabeza y en la cara interior había inscritas dos palabras que decían ET DEFECED. Y LA CAGUÉ.
Una evolución progresiva, costosa pero triunfante le otorgó un baño de realidad, un cambio de mentalidad que ya no abandonaría de por vida.
Volvió a ser joven.
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