Una personalidad extraordinaria
En demasiadas ocasiones, estamos preocupados por lo que otros dicen o hacen.
27 DE OCTUBRE DE 2025 · 12:00
«Cuando se fueron los enviados, Jesús comenzó a hablarle a la multitud acerca de Juan: «¿Qué salieron a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?». (Lucas 7:24)
Cuando Jesús habló de Juan el Bautista, les dijo a todos que no debían esperar que él fuera como una caña que sacude el viento para llevarla de un lugar a otro. Juan era mucho más que eso. No importaba lo que los demás dijeran o hicieran, él seguía al Señor de una manera inquebrantable, absoluta, radical. Solo quería hacer su trabajo como embajador de Dios y presentar al Mesías con un amor y una fidelidad perseverantes, aunque le costara la vida. Esa es la razón por la que Jesús le presenta como el más grande de todos los profetas.
Una gran lección para nosotros que, en demasiadas ocasiones, estamos preocupados por lo que otros dicen o hacen. Dios quiere que seamos nosotros mismos, que no nos influyan los demás de tal manera que renunciemos a ser quienes somos y que hagamos nuestro trabajo para el Señor con ese amor y esa fidelidad inquebrantables que hacen que nuestras acciones tengan trascendencia eterna.
Cuando somos nosotros mismos y los vientos no son capaces de sacudirnos, encontramos nuestro lugar en el mundo.
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Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Una personalidad extraordinaria