Venciendo las dificultades

“El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva”. (Juan 7:38)

Siempre que veo un río recuerdo esas palabras del Señor Jesús cuando explicó que de aquellos que creemos en Él, de nuestro interior, surgirían ríos de agua viva. 

A veces pensamos que son torrentes y no ríos, es decir, fuerzas de agua que arrasan absolutamente con todo, y creemos que nuestra vida cristiana debe ser así: que no importan los problemas ni las dificultades, ¡vamos a arrasar con todo! Y no. Realmente somos como ríos que necesitan serpentear, que a veces no pueden vencer una dificultad, pero sí podemos rodearla y, de esta manera, sortearla, porque Dios está con nosotros y nos está guiando en todas las decisiones, incluso cuando nos equivocamos.

Cuando veas el curso de un río, fíjate en cómo va encontrando su lugar, y así comprenderás cómo Dios trabaja dentro de nosotros. No tanto a través de nuestras acciones en primer lugar, sino por las reacciones ante muchas situaciones en las que (aparentemente) no sabemos qué hacer. Así que no te preocupes, confía en el Señor, porque Él te guiará ayudándote a rodear y a vencer cualquier tipo de dificultad para que puedas seguir tu camino con Él viviendo de una manera diferente.

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