Corriendo hacia Jesús

«Él, arrojando la capa, dio un salto y se acercó a Jesús». (Marcos 10:50)

Cuando Jesús llama a Bartimeo para sanarle, el evangelista nos dice que este arrojó la capa, se levantó de un salto y se acercó a Jesús. Corrió hacia él. 

Parecen tres actos muy sencillos, pero pueden enseñarnos decisiones clave en nuestra vida, porque para comprometernos realmente con el Señor Jesús, necesitamos seguir el ejemplo de ese mendigo:

- Arrojar lejos todo lo que nos estorba. 

- Levantarnos porque él nos devuelve nuestra dignidad.

- Correr hacia Él.

Parece algo obvio y muy sencillo, pero esos tres pasos transformaron la vida de Bartimeo y lo mismo pueden hacer con la nuestra. 

Tenemos que dejar de apegarnos a las cosas, la vida es mucho más que aquello que poseemos y, a veces, esas cosas nos impiden acercarnos al Señor. Necesitamos dejar de vivir postrados como si no hubiera esperanza, porque él puede y quiere restaurarnos, y tenemos que correr hacia Jesús. 

Cuando vivimos de esa manera, toda nuestra vida es transformada.