“Necesitamos ver la naturaleza como una bendición de Dios, no como un estorbo al desarrollo”

Miguel Wickham analiza las implicaciones del informe de expertos en clima (IPCC) que avisa de graves consecuencias para la habitabilidad si siguen aumentando las temperaturas a causa de la acción humana.

Daniel Hofkamp

ESPAÑA · 17 DE AGOSTO DE 2021 · 16:30

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Imagen de Myles Tan en Unsplash.

El sexto informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático avisa de las consecuencias alarmantes de un incremento del calentamiento global en el siglo presente. Los científicos expertos en clima dan por hecho que esta subida de temperaturas está alimentada por la acción del hombre, por lo que plantean la necesidad de reducir las emisiones de CO2 cuanto antes para que los peores escenarios no se cumplan.

La científica atmosférica Katharine Hayhoe, jefa científica del Nature Conservancy, explica en un artículo en Time las conclusiones principales del sexto informe, en el que han participado decenas de expertos de todo el mundo. “El cambio climático es real, es causado por el hombre y grave. El poder de este nuevo informe radica en la crudeza con la que se presentan estos hallazgos”, expone.

“Necesitamos ver la naturaleza como una bendición de Dios, no como un estorbo al desarrollo”

El informe es muy claro al mostrar el impacto climático que ya se percibe en fenómenos como la desertificación, el aumento del nivel del mar o el incremento de las temperaturas, que estaría provocando que ciertos fenómenos meteorológicos sean más extremos y frecuentes.

Sin embargo, todavía estamos a tiempo de evitar lo peor. Para ello, será necesario un cambio profundo hacia un consumo más sostenible, y la implicación de empresas y gobiernos en una reducción drástica de las emisiones que aceleran el calentamiento global.

“Necesitamos ver la naturaleza como una bendición de Dios, no como un estorbo al desarrollo”

Conversamos con Miguel Wickham, coautor del libro “Ecología y cambio climático, una reflexión cristiana”  y divulgador cristiano sobre temas de ecología y cuidado de la creación, para conocer su opinión sobre el sexto informe del IPCC.

 

P. El IPCC advierte que la situación es preocupante. ¿Qué debería cambiar para que no se cumplan las previsiones más catastrofistas?

R. Ya no es ‘preocupante’. La situación ahora es dramática. El informe, 6º desde  presentado la semana pasada por el IPCC es fruto del Grupo de Trabajo I, dedicado única y exclusivamente a describir datos y fenómenos, evaluarlos y proyectarlos en escenarios futuros. El Grupo de Trabajo II es el responsable de describir los impactos del cambio climático. Su informe se presentará en seis meses. Por último, el Grupo de Trabajo III se encarga de presentar medidas de mitigación. A pesar de que las conclusiones presentadas la semana pasada no son nuevas, la forma de expresarlas ha cambiado. Se nota un ‘hasta aquí hemos llegado’. Treinta años de rechazo de sus estudios, recomendaciones y conclusiones por parte de los dirigentes mundiales y la industria han colmado la paciencia de los siempre cautos científicos, al ver la situación tan grave. La acción humana antes se describía como causa probable del calentamiento global. Ahora usan la palabra ‘inequívoca’, con los datos mas recientes en la mano.

“La acción humana antes se describía como causa probable del calentamiento global. Ahora usan la palabra ‘inequívoca’”

Hay situaciones dramáticas que vemos todos los días en los medios de comunicación. Lluvias torrenciales en diferentes partes del mundo, por ejemplo en Alemania y ahora el norte de Turquía, y posiblemente, en fechas próximas, con eventos parecidos en otros paises del hermisferio norte, incluyendo España; incendios forestales incontrolables de enorme envergadura en el norte de Siberia, en Canadá, con increibles temperaturas, en Turquía y Grecia, Italia, California (‘Dixie’), Algeria y España, son algunos ejemplos de este año 2021.

Pero los efectos a medio plazo no son tan visibles, y afectarán a los paises, tanto pobres como ricos, creando grandes problemas sociales. Son los efectos del incremento en las sequías en ciertas zonas, con desplazamiento de millones de migrantes del clima’, de las olas de calor mas frecuentes, con efectos graves en la salud de las personas y los animales, de desplazamientos y extinción de fauna y flora y graves alteraciones en los ecosistemas (plagas de medusas en las playas, por ejemplo, que ya hemos visto en la costa oriental de España) y la constante subida del nivel del mar, con la desaparición de los deltas, las playas y las llanuras litorales, con sus zonas turísticas, sus campings y sus naranjos.

“Necesitamos ver la naturaleza como una bendición de Dios, no como un estorbo al desarrollo”

La desertificación es una de las consecuencias más preocupantes del aumento de temperaturas a nivel global. / Wesley Tingey, Unsplash

Otro efecto preocupante que se predijo hace años es el posible cambio en la corriente del Golfo en el Atlántico norte. Esta circulacion parte de un sistema global de transporte de agua fría y caliente por el globo terráqueo, desplaza enormes cantidades de calor a latitudes del norte, haciendo posible un clima templado en europa occidental, así facilitando su desarrollo en los últimos miles de años. El calentamiento global incrementa el deshielo del oceano ártico, se vuelve mas dulce el agua en esa zona, y por diferencias en la densidad el agua salada y dulce se ralentiza la corriente. Si esta se para, puede haber, en un contexto mundial de calentamiento, un enfriamiento abrupto de la europa occidental, y alteraciones graves en el clima.

Las reservas de CO2 y metano atrapadas en el permafrost de la tundra canadiense pero especialmente siberiana son tambien de gran preocupación. El deshielo puede librar estos depósitos a la atmósfera, multiplicando el efecto invernadero.

La region amazónica produce enormes cantidades de lluvia y oxígeno, con impacto mundial. Los bosques aborben 25% del C02 producido por el hombre. La destrucción de los bosques por el hombre para crear más campos para la ganadería, la agricultura en general y los recursos energéticos y minerales, junto con la reducción de las lluvias, puede convertir esta zona en sabana. Estamos a tiempo para revertir la situación, pero no parece que el gobierno brasileño se haya dado cuenta. Aqui hace falta ver la naturaleza como un recurso y bendición de Dios, para administrarlo bien, no como un estorbo al desarrollo.

“El modelo energético actual nos lleva a costes económicos tan graves que solo pueden resultar en un incremento de la pobreza”

En España el cambio climatico afectará dos pilares de la economía, en cuanto a las exportaciones, si no se invierten en otras alternativas. El turismo y la agricultura son vitales en la actual composición del PIB.  La dependencia energética en las energías fósiles de otros países y la reducida producción hidroeléctrica, con una reconversion a energías renovables muy prometedora pero muy incipiente y por ello costoso ahora, se refleja en las subidas recientes del coste de la electricidad. Hasta ahora siempre que ha crecido el PIB (medidad de la riqueza) se relacionaba con el crecimiento del uso de la energía. Pero esto ya no es así. El modelo energético actual nos lleva a costes económicos tan graves que solo pueden resultar en un incremento de la pobreza, inestabilidad social y un incremento global de los conflictos entre países por los recursos energéticos, minerales, y del agua.

“Necesitamos ver la naturaleza como una bendición de Dios, no como un estorbo al desarrollo”

Las energías renovables no suplen todavía la demanda energética, por lo que las emisiones de CO2 continúan siendo excesivas. / Kai Gradert, Unsplash

La ciencia avala irrefutablemente a los científicos del IPCC, los ‘profetas’ de hoy que observan el gemir de la naturaleza, y que han sido rechazados constantemente, como los profetas del Antiguo Testamento. Se plantea un dilema, seguramente el más grande al que se ha enfrentado la humanidad: asimilar la información y actuar en consonancia o desoír la ciencia una vez más y ‘cerrar la puerta de casa con la llave dentro mientras fuera se quema todo’.

En resumen: hace falta un cambio radical en la forma de vivir de todos, que no puede solo venir de los cambios en el estilo de vida de las personas, que es importante y visible, sino que solo tendrá su efecto profundo si es liderado y acordado con decision por los gobiernos. Recientes actitudes de los líderes politicos, como el negacionismo de la Generalitat de Catalunya, hablando de la necesidad de ampliación del aeropuerto del Prat y de que con el calentamiento habrán mas turistas, demuestra el grado de ignorancia y valentía política de los dirigentes. El gobierno nacional tambien demuestra la misma falta de comprensión del problema, ofreciendo bonitas palabras, pero sus débiles y contradictorias acciones reflejan poco convencimiento de la necesidad de cambios profundos.

 

P. ¿Hay aspectos prácticos que como ciudadanos podamos realizar para evitar que la situación empeore?

R. Es evidente que muchos ciudadanos tienen conciencia de este problema. El uso del trasporte colectivo, el coche híbrido o eléctrico, el uso de la bicicleta, el reciclaje, está en aumento, y los programas educativos incluyen de una forma importante los temas de sostenibilidad y la necesidad de cambios en la forma de vivir. El Profesor de la Universidad de Hamburgo, el doctor Detlef Stammer, director del Centro de oceanografía, percepción remota del sistema terrestre y asimilación climática acoplada, dice que debemos hacer esta pregunta constantemente: “¿Cómo podemos vivir de forma sostenible?”.

Pero esa preocupación y acción personal debe traducirse y ser acompañada por una presión mas urgente sobre los gobiernos locales, regionales y nacionales a hacer los cambios profundos. Es evidente que esto cuesta, proque a todos nos gusta la libertad del uso del coche particular, por ejemplo.

 

P. ¿Qué responsabilidad deberíamos pedir a empresas, gobiernos, grandes entidades en cuanto al cambio climático?

R. Como he dicho, es esencial la presión sobre los que realmente toman las decisiones grandes. Pero los gobernantes deben de acordar juntos los cambios radicales necesarios, y no con parches como Paris 2015, donde se expresaron voluntades prometedoras, pero no hubieron decisiones legislativas vinculantes, por la negativa de los paises más industrializados y dependientes del modelo energético actual. Los acuerdos deben ser globales. Sorprendentemente fue China, el pais que ahora engloba la mayor parte de la produccion industrial mundial, el que se comprometió a 0 emisiones para el 2040. Pero otros no la han seguido.

“Necesitamos ver la naturaleza como una bendición de Dios, no como un estorbo al desarrollo”

Los compromisos actuales de los países e industrias para reducir las emisiones son insuficientes. / Chris LeBoutillier, Unsplash

P. ¿Es el cuidado de la creación un ámbito en el que los cristianos tenemos que tomar un papel más activo?

R. Por supuesto. El cristiano debe de reflejar un estilo de vida donde su dependencia es en el Creador, el que sostiene la vida. La Biblia en Génesis habla del hombre como mayordomo, cuidador, el ‘jardinero fiel’, de los bienes de Dios, que no suyos propios. Desde principios del siglo XIX, el alejamiento del campo, con la industrialización y concentración en enormes ciudades, hecho posible por el transporte y la importación de enormes cantidades de energies fosiles sólidas, de líquido y de gas, y el uso de la energía nuclear, ha hecho creer al hombre ser Dios. La reciente pandemia nos está haciendo repensar nuestra forma de vivir, pero nos resistimos al cambio, ya que pensamos que seremos más pobres como consecuencia. El cristiano se debe regir por la fe, y por las indicaciones de la palabra de Dios. A veces creemos que el Nuevo Testamento no da importancia al estilo de vida, pero solo debemos leer lo que Jesús no dice en los evangelios y ver su propia forma de vida y fe en el Padre.

“La reciente pandemia nos está haciendo repensar nuestra forma de vivir”

El cristiano debe ser agente de cambio, porque a pesar de los desastres que vemos a nuestro alrededor, está llamado a fijar su vista el ‘las cosas que no se ven, que son eternas’, y centrarse primeramente en el reino de Dios y su justicia, porque ‘las otras cosas (materiales) serán añadidas’ (ver Mateo 6: 24 a 34). Es una vuelta a las prioridades, a centrarnos en lo importante. Y se nos llama a fijarnos en Jesús. En Él está la esperanza del creyente, para hoy, y para el futuro.

Permíteme terminar con un ejemplo que muestra la importancia que Jesús daba a vivir una vida sostenible. En Marcos 8, versos 1 a 10 Jesús muestra su soberanía, su control sobre la naturaleza, su compasión por las necesidades del hombre, y también su actitud hacia lo que sobraba. Los discípulos recogen todo lo que sobra. No se tira nada. Los recursos son usados para satisfacer las necesidades de los hombres, (‘comieron y se saciaron’) pero se utilizan racionalmente.

¡Y Jesús es el que domina la naturaleza! Multiplica los panes y los peces, anda sobre el mar, y con solo Su voz calma la tempestad (Marcos 6: 45-52, Mateo 14. 22-27 y Juan 6: 15-21). Por ello debemos confiar en Él, y reflejar en nuestra vida su forma de verla y vivirla. Una vida sencilla, com dice Rut Valerio (‘Una vida justa y sencilla’, Publicaciones Andamio).

No seamos como los mismos discípulos de Jesus en esos momentos: asombrados, pero que ‘no habían entendido aún el milagro de los panes, porque sus corazones estaban endurecidos’ (Marcos 6:51b y 52).

En última instancia, lo único en que debemios confiar es en las palabras de Jesús, el propio Creador: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán’. Mateo 24:35

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ciencia - “Necesitamos ver la naturaleza como una bendición de Dios, no como un estorbo al desarrollo”

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