Pastores, iglesias y organismos evangélicos ante la política
Los cristianos, fundamentalmente los pastores y líderes, tienen el deber de elevar su mirada buscando lo justo y lo honesto, pero superando las perspectivas de los partidos políticos que todos se mueven en busca del poder.
01 DE JULIO DE 2025 · 16:25

A modo de introducción diré que los cristianos y, lógicamente, los evangélicos, estamos en tiempos muy difíciles para la política, tanto de derechas como de izquierdas.
La corrupción se come todas esas políticas sin distinción de color. Lo único que habría que hacer es dar un vistazo a los últimos años con nuestros políticos de diferentes colores e ideas, para darse cuenta de que la corrupción es un cáncer, algo sistémico que daña la credibilidad de los partidos políticos y deja a España sin alternativas honestas de cara al futuro.
Nos da miedo. Es verdad que los pastores e iglesias u otras organizaciones religiosas están en su derecho de preocuparse por la política, el situarse en contra de todo tipo de corrupción, robo o saqueo de lo público.
Quiero mostrar que para pastores y líderes evangélicos, así como para organizaciones protestantes, hay dos formas de situarse ante la política tan cargada de corrupción y robo.
Una es la de ver la realidad desde la adhesión a alguno de los partidos políticos de turno. Hablar tomando partido desde el color político preferido.
Dar mensajes o arengas a todos los fieles desde la derecha o de la izquierda en la que se vinculan los partidos de turno, con lo cual se va a violentar a la mitad de las congregaciones, pues está claro que en ellas hay distintos posicionamientos de los miembros de a pie. Los miembros de las congregaciones están ubicados en la izquierda o derecha de los partidos que luchan por el poder.
Aquí es donde hay que tener mucho cuidado. Yo siempre he pensado que los pastores, líderes o que tienen responsabilidades religiosas en la iglesia u organizaciones, deberían preocuparse seriamente por la política y, como no, por la corrupción, pero buscar la forma de que sus declaraciones, comunicados o mensajes estén por encima de los partidos políticos de turno y situarse en una zona mucho más sublime que yo llamaría ALTA POLÍTICA.
Sería observar y comentar las aberraciones políticas, la corrupción y el latrocinio desde unas perspectivas más generales y mucho más altas que la que nos ofrecen los partidos políticos para evitar trasladar a las congregaciones mensajes que solivianten a algunos al no identificarse con el color político del pastor, y que otros crean que el pastor es de los míos porque defiende mi color político lo cual puede causar problemas entre los propios miembros, malestares que habría que evitar en el seno de las iglesia.
El pastor o líder no tiene por qué ser un orientador político en torno a las políticas de los partidos de turno. Es un gran error, además de contradecir lo que a veces confesamos en torno a la separación de la Iglesia y el Estado.
La iglesia siempre debe tener una perspectiva mucho más alta que la simple lucha por el poder, que el simple desprecio que, a veces, se tienen unos partidos políticos de turno contra otros.
Situarse desde el pensamiento cristiano, sobrevolando a los partidos políticos de turno, se puede entrar en la denuncia al estilo de los profetas y siempre a favor de los más débiles y desprotegidos, pero sin el rencor y la lucha por el poder que tienen los partidos políticos de turno, de manera que los miembros no se sientan arengados desde perspectivas políticas de los propios partidos.
Así, en las congregaciones todos se puedan dar cuenta que, en el fondo, lo que late en la iglesia es una denuncia al estilo profético que no entiende de derechas ni de izquierdas en las que tanta y tanta corrupción se mueve dependiendo del momento político.
Los cristianos, fundamentalmente los pastores y líderes, tienen el deber de elevar su mirada buscando lo justo y lo honesto, pero superando las perspectivas de los partidos políticos de turno que todos se mueven en busca del poder terrenal y en donde se da tanta y tanta corrupción que ensucia los colores de todos los partidos.
Yo diría que habría que respetar mucho más la adhesión a algún partido político de los miembros de a pie, que de los pastores que pueden contagiar sus preferencias en cuanto a los partidos de turno y, en su caso, el disgusto de los que piensan desde otras perspectivas políticas dentro de su congregación.
A eso le llamo yo el que los pastores, líderes de iglesia y líderes de otras organizaciones evangélicas, los que ostentan responsabilidades eclesiales se sitúen en la ALTA POLÍTICA, un poco al estilo profético de denuncia y de mensajes en pro de la justicia y la práctica de la misericordia tal y como lo hacían los profetas.
Ni Jesús ni los profetas se pusieron de lado de uno u otro grupo político o económico, sino que buscaron la verdad, la justicia y se posicionaron en contra de la opresión, de la corrupción y de los ladrones que abusaban de los débiles de la tierra.
Eso es a lo que yo llamo ALTA POLÍTICA asumiendo y trabajando en el ejemplo de los profetas siempre a favor de los más desfavorecidos de la tierra.
Además, los pastores y líderes religiosos, cuando entren en estos temas deberían dar unos mensajes que estuvieran también empapados de la búsqueda de la misericordia y del amor al prójimo más débil.
Yo creo que la política de los partidos de turno, sean del color que sean, son siempre sucias e interesadas simplemente en el poder temporal, aunque siempre pueda haber políticos que trabajen más por la justicia y lo honesto.
Lo cual no implica que todos los partidos políticos sean iguales, sino que algunos pueden tener unos programas u objetivos más en consonancia con la redistribución de los bienes del planetas tierra, con la reducción de la pobreza, con la protección de los extranjeros migrantes, con la lucha contra el racismo, la xenofobia, el soberanismo por amor al prójimo y, en otros ámbitos, a favor de una ética que afecte a la vida de las personas en aspectos bioéticos como el aborto, la eutanasia, el sexo u otros.
De ahí que haya pequeños ámbitos dentro del contexto general que es la lucha por el poder, que puedan dar a los creyentes algunos puntos de opción por un partido u otro.
Sin embargo, el cuidado debe estar siempre en los pastores y líderes religiosos. Éstos, puesto que lo son de toda la congregación con sus distintas preferencias en cuanto a los partidos de turno, deberían moverse mucho más en una neutralidad activa en contra del mal, de la corrupción y del odio que se puede generar en estos ámbitos.
Lo otro sería romper por su parte, siendo profesionales de la religión, esa separación de iglesia y estado que muchos desean y romper la neutralidad de sus enseñanzas al decantarse por un color político.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - De par en par - Pastores, iglesias y organismos evangélicos ante la política