La Reforma Protestante: impacto y valores

El siglo XVI es la época de la Reforma Protestante, históricamente el inicio de dicha revolución religiosa se produce el 31 de octubre de 1517, cuando Martin Lutero, un fraile agustino, profesor de teología en Wittenberg, colgó las 95 Tesis en la puerta del castillo de Wittenberg denunciado la corrupción y los desvíos doctrinales de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Atacaba la predicación de la iglesia y la venta de indulgencias como mecanismo para liberar a las almas del purgatorio y conseguir así beneficios económicos para la reconstrucción de la Basílica de San Pedro.

La corrupción de la venta de indulgencias fue el detonante para iniciar una controversia contra la iglesia del momento, pero este espíritu reformador de cambiar la iglesia no vino solamente de Martín Lutero, sino que siglos atrás hubo muchos personajes históricos y grupos religiosos que pretendieron cambiar la iglesia desde dentro, como, por ejemplo: Cluny (s. X), Císter (s. XI), los Cátaros/Albigenses (s. XI), los Valdenses (s. XII), etc.

Aparte de estas personas con espíritu reformador, es esencial comentar la importancia que tuvo el surgimiento del Humanismo y del Renacimiento, estas corrientes filosóficas prepararon el camino para la Reforma. Grandes humanistas como John Colet (1467-1519), Erasmo de Rotterdam (1466-1536) y Johannes Reuchlin (1455-1522) contribuyeron en fundamentar las bases para el surgimiento de la Reforma, donde se fomentaba el estudio de la Sagradas Escrituras en el idioma original, así como la historia de los cristianos primitivos. Este último hecho llevó a estos humanistas a valorar negativamente el desvió de la iglesia medieval con respecto a la época de los apóstoles¹.

Martín Lutero no deseaba crear una nueva iglesia, sino reformar la iglesia de la época, eliminando toda la corrupción que durante siglos fue acumulando. En abril de 1521 se produce la ruptura definitiva de la Reforma a través de la Dieta de Worms, donde Lutero fue excomulgado por el papa. Las palabras del reformador frente a la decisión del papa fue la siguiente:

Estoy sometido a mi conciencia y ligado a la palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable. (Dios me ayudé. ¡Amén!).²

Tras estos acontecimientos, queda establecida oficialmente la Reforma Protestante, que no fue el único foco reformador en Europa, le siguieron otros grandes reformadores como el caso de Juan Calvino³, el reformador de Ginebra que inició el pensamiento calvinista.

La Reforma desarrolló diversos valores, pero hay dos que son sumamente importantes para el pensamiento protestante:

1. Una nueva espiritualidad. Volver a los fundamentos de la Iglesia Primitiva del primer siglo. Y las 5 Solas de la Reforma son esenciales en este aspecto: Sola Scriptura, Sola Fide, Sola Gratia, Solus Christo y Soli Deo Gloria. Estas declaraciones pusieron un antes y un después en la historia del cristianismo, gracias a esta contribución, nacieron las iglesias protestantes que se diferencian notablemente de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Manuel Díaz Pineda lo expresa así:

El siglo XVI es por tanto el siglo de la espiritualidad evangélica, la vuelta a los textos del Antiguo y Nuevo Testamento y a una adoración en espíritu, interior y no externa. Tal espiritualidad se centraba en el conocimiento, la práctica del Evangelio y la vuelta a las Sagradas Escrituras y a la antigüedad. Se estudiaban las lenguas y los textos antiguos, volviendo a las fuentes primitivas de las ciencias y la espiritualidad. Una espiritualidad de ruptura abriéndose a la modernidad que no residía en traer nuevas formas litúrgicas, nuevas maneras de buscar el rostro de Dios, sino en volver al primitivo Evangelio.⁴

2. La educación: Durante la Época Medieval y gran parte de la Moderna, los sectores más sencillos y humildes de la sociedad no tenían acceso a una educación digna. Por ello, el índice de alfabetismo era muy elevado. Uno de los grandes desafíos de la Reforma fue la traducción de la Biblia en el idioma del pueblo. Lutero realizó un excelente trabajo al traducir la Biblia al alemán y a partir de este momento fueron traduciéndose en las diferentes lenguas vernáculas de Europa⁵. Para que las personas conozcan la Palabra de Dios, era necesario que sepan leer y escribir, por eso se debía luchar de alguna manera con el analfabetismo. Los reformadores protestantes fueron uno de los grandes impulsores del sistema educativo del siglo XVI en Europa. Por ejemplo, Calvino fundó diferentes colegios en Ginebra con el propósito de formar buenos ciudadanos. Por último, Lutero consideró fundamental la educación desde el hogar y los padres como los máximos responsables, resaltando así la importancia de cada creyente frente a su familia y la sociedad.⁶

En resumen, como dijo Jesús Logroño: “La Reforma buscaba una purificación de la religión y un regreso a la libertad de conciencia”.⁷ La Reforma Protestante del siglo XVI cambio la historia del cristianismo y de la humanidad. Gracias a un hombre que no se conformó a su siglo, sino que fue capaz de levantarse para defender la verdad y la libertad de conciencia. Sin darse cuenta, transformo Europa y inició una revolución religiosa que bendijo de una forma grandiosa a los cristianos del pasado, presente y futuro.

Notas