España no es un estado aconfesional
Todos los gobiernos de nuestra joven democracia española han contemporizado con la iglesia católica romana, ofreciéndole concordatos y prebendas de todo tipo para contentarles.
12 DE MAYO DE 2025 · 12:30

Aún y respetando el sentimiento religioso de los creyentes católicos, consideramos que la exagerada saturación informativa sobre la muerte del anterior Papa y la elección y proclamación del nuevo Primado de Roma está siendo un auténtico hartazgo. No dudamos del perfil humanitario y también mariano del nuevo Papa León XIV. Pero una vez más queda demostrado de manera indiscutible el poder político religioso de la iglesia católica romana en buena parte del mundo y especialmente en el sur de Europa.
No importa si el gobierno es de izquierdas o de derechas, todos rinden total pleitesía y sumisión a la iglesia católica romana. La 1 de TVE ha informado mucho más intensa y continuamente que el resto de las televisiones generalistas en su mayoría de confesionalidad católica. Esa enorme cobertura mediática está produciendo un avivamiento de carácter religioso populista en la Iglesia católica en estos días.
Para mucha gente con ciertas inquietudes religiosas, la pompa, el boato y la liturgia católica en su puesta en escena le inspira más orden y fascinación y también una aparente seguridad respecto de la iglesia católica comparada con otras confesiones, creyendo que esta es la verdadera iglesia como custodia y garante del cristianismo verdadero, por supuesto que la inmensa mayoría de la gente desconoce sus orígenes históricos a partir del siglo V, que por cierto no tiene nada que ver con los orígenes del cristianismo que nos narra el Nuevo Testamento en los Evangelios y en el libro de los Hechos de los apóstoles, en contraste con toda la parafernalia de la curia romana.
Tiempo y espacio me faltarían para datar todas las falsedades históricas y doctrinales de la iglesia católica romana. Entre otras obras de gran interés al respecto, recomiendo encarecidamente la magistral obra enciclopédica de D. Jose Grau, titulada Catolicismo Romano (Certeza).
Después de la adopción progresiva del cristianismo por el imperio romano como religión oficial a partir del año 313 tras la promulgación del edicto de Milán por Constantino I el Grande, el nombramiento de obispos en las principales ciudades del imperio fue otorgándoles un estatus cada vez más prominente como autoridades eclesiásticas influyentes y que durante la caída del imperio romano se fueron convirtiendo en auténticos jerarcas políticos por la descomposición y la anarquía que se estaba produciendo en todo el imperio. La sacralización de dogmas y misterios y la integración de un sincretismo pagano cristianizado desnaturalizaron totalmente las esencias de la fe cristiana, incluyendo tradiciones humanas y elevando el magisterio de la iglesia por encima de la autoridad de la Palabra de Dios. El culto a María se instituyó a partir del siglo V (la mariolatría) fue en el Concilio de Éfeso, donde se proclamó a Maria como madre de Dios (Theotokos). Y estas atribuciones deificaron a Maria como corredentora otorgándole asignaciones supuestamente divinas totalmente inexistentes en las Sagradas Escrituras respecto de ella.
A todo esto le siguió el culto a los santos y los difuntos y por supuesto la entronación del obispo de Roma, por ser la capital del imperio, y al que se le consideraba cariñosamente como “il papa” título que se le daba popularmente al obispo de Roma y que después se sacralizo, y se inventó la leyenda de que este era a su vez el sucesor de San Pedro como primer papa de Roma, tergiversando la declaración del apóstol sobre la mesianidad de Cristo (Mateo 16:16-18). De esa manera la figura del Papa se constituía en el vicario (sustituto) de Cristo en la tierra, divinizando su figura y convirtiéndose esta cuestión en un auténtico sacrilegio. A todo esto hay que añadirle las indulgencias papales a través de pagos y de obras de caridad para obtener la salvación del alma, etcétera.
Desde luego que todavía nos dejamos en el tintero un sinfín de cuestiones que desacreditan rotundamente a la iglesia católica romana como la supuesta iglesia de Cristo en la tierra. Y todo ello pasándonos por alto infinidad de infamias y atrocidades históricas tanto en el papado como en la curia romana a través de los siglos.
En comparación con el empacho que estamos viviendo con las coberturas informativas con respecto a los Papas que se mueren y a los que se designan de nuevo en el cónclave cardenalicio, tenemos que señalar por contraste, que por ejemplo, el día de la Reforma Protestante (31 Octubre) en España no la anuncia ninguno de los medios de comunicación social, siendo más de media Europa protestante y que tal efeméride es de una gran importancia histórica para la emancipación del libre pensamiento en muchos aspectos, que sin duda fueron las semillas del nacimiento de la democracia en Europa y por extensión también en el mundo en general, pero para los medios y los gobiernos de turno esta cuestión no vende y tampoco es de la simpatía vaticana. Está claro que existe un velado, por no decir un declarado antiprotestantismo en España, aunque se pretenda disimularlo.
Es indudable que en el caso católico aunque sea nominalmente, es una cuestión de interés político por parte de los diferentes gobiernos de nuestro país para captar votos por la afiliación sociológica de la gente y los partidos son capaces de vender su alma al mismo Diablo para captar votantes a costa de lo que más convenga. Todos los gobiernos de nuestra joven democracia española han contemporizado con la iglesia católica romana, ofreciéndole concordatos y prebendas de todo tipo para contentarles.
Nuestra conclusión final es que… ¡nos están engañando, España no es un Estado aconfesional!
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Actualidad - España no es un estado aconfesional