Estoy agradecido por el respeto del Papa Francisco a los cristianos evangélicos

En 2010, mi esposa y yo nos trasladamos de Brasil a Italia para fundar una iglesia evangélica en Roma y un movimiento que ora por un avivamiento del cristianismo bíblico en Europa.

Hasta hoy persisten importantes diferencias teológicas entre católicos y protestantes. Estas diferencias han dado lugar a actitudes de desprecio mutuo en diversos momentos de la historia.

A la luz de estas tensiones históricas, con ocasión de la muerte del Papa Francisco me gustaría honrar la postura de respeto y aprecio que mantuvo hacia los cristianos evangélicos.

Mientras el Papa anterior seguía hablando de ‘sectas protestantes’, el arzobispo Bergoglio entabló amistad con varios pastores de Buenos Aires.

Tras ser elegido Papa en 2013, visitó una iglesia pentecostal en Caserta, en la región de Nápoles, para pedir perdón por la persecución sufrida por los evangélicos en Italia en décadas anteriores.

Entre sus diversos esfuerzos, celebró una reunión con 11 pastores evangélicos en 2020. Esa tarde, Francisco pasó más de dos horas charlando con nosotros. Fue una oportunidad para hacerle algunas preguntas, como por ejemplo cómo los cristianos evangélicos han contribuido a su vida y a su camino de fe.

Nos contó que creció en un contexto en el que se decía que todos los protestantes irían al infierno. Pero también contó la anécdota de cuando, a los cuatro años, paseaba con su abuela y se les acercaron dos ministros del Ejército de Salvación. Su abuela le dijo: son protestantes, pero son buenos. Francisco dijo que esa fue la primera semilla en su corazón que le permitió verlos con otros ojos.

Esa tarde, Francisco también dijo que cuando sabía que un creyente católico había empezado a asistir a una iglesia protestante, no se lo impedía. Al contrario, llamaba al pastor y le decía: cuida de ella. Ahora es tu oveja. Es mejor que vaya a una iglesia evangélica que a ninguna.

Oro para que el ejemplo de Francisco siga animando a los cristianos de distintas tradiciones a cultivar la humildad y el respeto mutuo. Los evangélicos defendemos la verdad de las Escrituras y, por esa misma razón, valoramos la enseñanza de nuestro Señor Jesús:

'Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros. Como yo os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros". Juan 13:34-35