Colaboración Cristiana por Ucrania: un informe desde Cracovia
Líderes cristianos de 22 países europeos se reunieron para abordar la situación de la guerra de Ucrania y la crisis de refugiados.
CRACOVIA · 01 DE JUNIO DE 2022 · 12:59
Durante los primeros 90 días de la Guerra de Ucrania, más de 6 millones de refugiados huyeron a través de las fronteras de Ucrania hacia los países vecinos, así como a otros lugares de Europa y de todo el mundo. Otros 7 millones de desplazados internos fueron evacuados de este a oeste, lo que convierte a este en el mayor movimiento de personas en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Los días 19 y 20 de mayo de 2022, 72 líderes cristianos de 22 países europeos se reunieron durante 24 horas en Cracovia para centrarse en la guerra de Ucrania y la crisis de refugiados. Entre ellos se encontraban quince líderes ucranianos que explicaron sus necesidades tanto dentro como fuera de su país.
La Colaboración Cristiana por Ucrania busca permitir que organizaciones, denominaciones e iglesias colaboren en beneficio de servir, apoyar y alcanzar a los ucranianos. El resultado deseado de esta reunión inicial en Cracovia era que sirviese como catalizador para una colaboración a largo plazo, que permitiera compartir más recursos, experiencias y lograr mejores resultados. Nuestro equipo central deseaba ver una mayor unidad y el desarrollo de asociaciones que afronten los desafíos de la crisis actual y aporten claridad al detectar necesidades que se mantengan a largo plazo en el futuro.
El motivo de la reunión
Durante la crisis, las agencias misioneras y las iglesias han respondido principalmente a través de estructuras denominacionales y organizativas, pero se necesita una mayor colaboración para manejar la complejidad y el alcance de esta crisis humanitaria masiva. Además, la mayoría de los fondos y la energía han respondido de manera reactiva para dar alivio a corto plazo, en lugar de prepararse de manera proactiva para las necesidades a largo plazo.
Esta reunión estratégica se inició para generar un clima de confianza y trazar la visión para una colaboración sostenible a largo plazo. Los cinco países que reciben la mayoría de los refugiados (Polonia, Rumania, Moldavia, Hungría y Eslovaquia) están abrumados y los líderes admitieron que se ha superado su capacidad para manejar el flujo de mujeres y niños en su mayoría, con altos niveles de trauma. Ellos expresaron esta necesidad:
“Necesitamos un paraguas para reunir nuestros recursos y experiencias, para que podamos colaborar juntos. En Polonia, nos hemos dado cuenta de que la tarea es demasiado grande. Nuestros recursos locales se han terminado. La gente está al borde del agotamiento. Financieramente, estamos en el límite. El trabajo que estamos haciendo es solo una gota en el mar. Si no cooperamos en Polonia y en un nivel mucho más amplio, no podremos cumplir con la tarea que tenemos por delante. Crear una plataforma nacional para la cooperación y una plataforma internacional es el siguiente paso. ¡Vemos la necesidad y realmente estamos pidiendo vuestra ayuda! No queremos competir entre nosotros, sino que queremos ser buenos administradores de los recursos que pueden traer de sus países, sus iglesias”. (Rafał Piekarski, Ministerios PROEM)
La crisis actual exige una red multidisciplinaria capaz de atender las necesidades de múltiples capas del individuo, la familia, la comunidad y la nación. Por esta razón, la Colaboración Cristiana por Ucrania invitó a líderes del mundo empresarial y financiero, especialistas en educación, defensores contra la trata de personas, profesionales de la salud mental, plantadores de iglesias y líderes pastorales y teológicos para representar a estos sectores y alentar a las iglesias locales y organizaciones benéficas cristianas a considerar compartir sus experiencias y recursos.
Enfoque y resultados de la reunión
Muchos de los líderes que asistieron a la reunión de la Colaboración Cristiana por Ucrania en Cracovia nunca se habían conocido antes, incluso algunos que acudieron del mismo país, ya que las diferencias geográficas, organizativas y denominacionales impedían previamente la cooperación de algunos grupos. Una parte vital de la reunión fue escuchar la perspectiva de los líderes ucranianos y permitir su conexión con el mundo evangélico europeo y occidental.
El programa del encuentro permitió múltiples oportunidades para explorar las posibilidades de colaboración por países y regiones y por áreas de especial interés. Se pidió a los 72 participantes que seleccionaran, en función de su experiencia e interés para desarrollar estrategias para compartir recursos a nivel regional, una de las cinco Áreas de Ministerio Central:
1. Ayuda y reconstrucción: coordinación y priorización de recursos (financieros, humanitarios) para ser compartidos sabiamente entre iglesias, ministerios y líderes en Europa y Ucrania para necesidades a corto y largo plazo.
2. Bienestar emocional y Familias: equipar la capacitación en atención de salud mental y la atención de trauma para las familias entre las iglesias y los líderes ucranianos en Europa.
3. Generar comunidad e integración dentro de la iglesia local: desarrollar modelos saludables de comunidad dentro de las iglesias existentes y las comunidades ucranianas.
4. Empoderar y equipar al liderazgo: desarrollar recursos para que los líderes ucranianos reinicien y reanuden el ministerio y la misión dentro y fuera de Ucrania.
5. Comunicación y coordinación: establecimiento de una red con recursos clave para los ministerios centrales necesarios para servir, apoyar y llegar a Ucrania.
Dentro de cada una de las cinco áreas centrales, se formaron diez grupos de trabajo para dividir estas áreas en subgrupos manejables. El grupo de Comunicación y Asociación se encargó de conectar las otras cuatro áreas centrales y grupos de trabajo en una plataforma significativa.
Próximos pasos
En los próximos treinta días, se pedirá a los Grupos de Trabajo más pequeños que se reúnan virtualmente y se preparen para un mayor intercambio de estrategias y recursos con los participantes de la Colaboración Cristiana por Ucrania para mantener el impulso de la reunión inicial. Nuestro deseo es que varios de los grupos pasen de la comunicación a una mayor colaboración y cooperación.
En los próximos dos o tres meses, no sabemos las asociaciones potenciales que surgirán o cuántas nuevas redes regionales se unirán, pero se invitará a más líderes (ucranianos, mujeres, iglesias y misiones) a unirse al equipo de impulso de la Comunidad Cristiana por Ucrania. Algunos tendrán el desafío de asumir los roles de liderazgo. Como el espacio, el presupuesto y el tiempo de nuestra conferencia eran limitados, creemos que hay muchos otros hombres y mujeres a quienes Dios está levantando en esta crisis para liderar la respuesta y planificar una acción coordinada para su nación, así como para aquellos que huyen de la guerra y la devastación.
Matthew Paschall (RHP Europa) en representación del Equipo Central de Planificación: Jim Memory (Lausanne Europa/European Christian Mission), Jon Burns (Greater Europe Mission), Barbora Filipova (Josiah Venture), Terry English (Josiah Venture), Horst Engelmann ( Forum Wiedenest), Rafał Piekarski (PROEM).
Participación española
“Algunas de las necesidades que se presentaron son muy concretas”, explicó Rosa Barrachina a Protestante Digital. Entre ellas “la atención a la mujer, muchas de ellas solas y a cargo de su familia, sin saber tampoco qué van a encontrar cuando regresen a su país”, o “la escasez de traductores: se necesitan personas que conozcan la lengua y puedan ayudar en la comunicación”.
Una de las conclusiones del encuentro ha sido la necesidad de una mayor coordinación. “Como embajadores del Reino, debemos coordinarnos para no competir, sino crear una red con protocolos de actuación”, apunta Rosa Barrachina.
En esa unidad es la que se espera trabajar en diversas plataformas desde España, colaborando con estas iniciativas europeas. “Algo común que se ha visto es la unidad de las iglesias para responder a la crisis. Sin importar la denominación, hay un movimiento, y eso es algo bueno que hay que potenciar y aprovechar”, concluye.
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