En memoria del Dr. Juan E. Stam Bowman (1928-2020)

Un artículo de Jaime Adrián Prieto Valladares.

21 DE OCTUBRE DE 2020 · 18:30

Juan Stam.,
Juan Stam.

El que testifica estas palabras, dice: “Sí, vengo pronto.” Amén. Ven Señor Jesús.” (Apocalipsis 22:20). Estas son las últimas palabras de exclamación que salieron de la boca del visionario de Patmos y también de Juan Stam el visionario del Carmen de Guadalupe. El Dr. Juan E. Stam Bowman falleció el viernes 16 de octubre en horas de la noche. Y al pensar en su testimonio, de inmediato recordamos las últimas palabras de su extenso comentario (4 tomos) al libro de Apocalipsis. Aquí Juan nos ha recordado las palabras de Jesús: “Sí, vengo pronto”. Presentándose como principal testigo, Jesús, ha sellado el libro de la profecía y nos desafía a rendir cuentas a la profecía del libro. Maranata. “Amén. Ven Señor Jesús.” Ha sido la respuesta también de Juan Stam, que se ha unido a la voz del vidente de Patmos y a la multitud de seguidores y seguidoras de Jesucristo aquí y en lugares celestiales. A través del “Maranata”, como dice Juan Stam citando a Biguzzi, culmina la gran eucaristía de todos los siglos uniendo el pasado, el presente y el futuro.

Juan nació el 5 de agosto de 1928 en Paterson, Nueva Jersey y era el tercero de una familia compuesta de cinco hermanos y dos hermanas. Sus padres fueron Jacob Stam y Deana Bowman Brolsma, descendientes anglosajones reformados de Holanda que migraron a los Estados Unidos a fines del siglo XIX. Después de sus estudios teológicos en Wheaton College (Illinois) y en la Universidad de Columbia, Juan Stam se casó con Doris Emanuelson en junio de 1954 y a finales de ese mismo año viajaron como misioneros hacia Costa Rica bajo el auspicio de la Misión Latinoamericana. Fue en Santa Cruz de Guanacaste bajo el calor tropical de este pueblo fronterizo con Nicaragua, que Juan y Doris visitaron las casas humildes de los campesinos predicando la Palabra de Dios. A veces se desplazaron en moto, a caballo o a pie para convivir con familias pobres y conocer el sufrimiento de familias nicaragüenses que huían de la dictadura somocista. Fue en Santa Cruz, que comieron biscochos de maíz, arroz con leche, tamal asado, tortillas con bebidas como chicheme y horchata, en medio del ambiente ganadero de la sabana costarricense. Se trasladaron al Valle Central en San José en 1957, después de dos años de trabajo pastoral en Santa Cruz y se dedicaron a la docencia en el Seminario Bíblico Latinoamericano. Juan enseñó en el área de teología sistemática y Doris enseñando la lengua bíblica griego.

Después de seguir de cerca el trabajo teológico, pastoral y evangelístico de Kenneth Strachan a través de América Latina, Juan junto con toda su familia, es decir Doris y sus hijos Roberto, Rebeca y Richard viajaron a Suiza (1961-1963). Juan realizó sus estudios doctorales en la Universidad de Basilea a los pies de los maestros Karl Barth (1886-1968), Bo Reicke (1914-1987) y Oscar Cullman (1902-1999); a través de la experiencia ecuménica y su pasantía en Europa profundizó su teología reformada y su práctica ecuménica respecto a la Iglesia Católica. A su regreso participó activamente en la latinización de la Misión Latinoamericana en un momento clave del Seminario Bíblico Latinoamericano, donde emergieron las diferentes teologías que procuraban dar una respuesta a las crisis del continente Latinoamericano. Su segunda pasantía para realizar estudios de posgraduación fue en el año 1972 cuando viajó a Alemania para estudiar en la Universidad de Tubinga con los profesores católicos Karl Rahner (1904-1984) y Walter Kasper (1933), y con los teólogos luteranos alemanes Jürgen Moltmann (1926) y Ernst Käsemann (1906-1998).

Un kayrós importante en su caminata pastoral, bíblica y teológica son los años finales de los setenta cuando se comprometió con los pueblos centroamericanos y del Caribe en tiempos de la revolución. El compromiso fue teórico, pastoral y bíblico pues lideró en Costa Rica los comités de apoyo a los migrantes nicaragüenses y de solidaridad con el pueblo de Nicaragua en el plano político-social; a la vez acompañó con estudios bíblicos y teológicos el proceso revolucionario vivido en Nicaragua después del triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional en 1979. En el ambiente universitario costarricense fue muy conocido en la Universidad de Costa Rica desde los años setenta y como docente de la Escuela Ecuménica Ciencias de la Religión desde la fundación de la Universidad Nacional en el año 1973 hasta su jubilación en el año 1995. 

En 1982 ingresó formalmente a la Fraternidad Teológica Latinoamericano (FTL) donde animó con sus continuas charlas y predicaciones temas sobre la hermenéutica bíblica latinoamericana, la creación en perspectiva antiguo- y novo-testamentaria de la misión integral y los desafíos contemporáneos. Su comentario a Apocalipsis es el más extenso y detallado que existe en América Latina y consta de cuatro tomos, el primer tomo fue publicado en 1999 y el último fue publicado en el año 2014. Es una interpretación latinoamericana que procura dar contestación a las grandes preguntas y temores que se suscitaron al terminar el siglo XX e iniciarse el Siglo XXI, tomando en consideración toda la dinámica política, social, económica y eclesial que se vivía en el continente con especial énfasis en los procesos revolucionarios en Centro América y el Caribe. 

La agenda práctica y pastoral de Doris y Juan Stam durante las décadas de los setenta y ochenta fue extenuante: atender espiritual y materialmente a los migrantes pobres que huían de las dictaduras centroamericanas, consolar a los que perdieron a familias enteras, sus seres queridos por el ataque de los ejércitos que sostenían los gobiernos dictatoriales en Guatemala, el Salvador, Honduras y Nicaragua.  Alentar a personas y familias enteras para no perder la esperanza y mantenerse firme en la lucha por la vida. Denunciar el armamentismo proveniente del gobierno de los Estados Unidos en su afán de mantener los gobiernos deshonestos y opresores a través de los cuales se enriquecieron pocas familias y las empresas transnacionales. Fortalecer las organizaciones internacionales, eclesiales y locales promotoras de los derechos humanos y la paz en medio de los discursos de la guerra.

Las notas preliminares del primer tomo al Apocalipsis se distancian de las lecturas fundamentalistas, y describen la acción tiránica de Nerón y Domiciano en el primer siglo d. C., que causaba persecución y muerte a los seguidores de Jesús. Su lectura permite contextualizar la esperanza que viene de Jesús enfrentándose a las fuerzas necrofílicas del sistema imperialista contra los pueblos de Centro América y el Caribe. Juan dice: “Mas que un libro sobre el fin del mundo, el Apocalipsis es un libro sobre Aquel que es el principio y el fin de todo. (…) Leído con los ojos clavados en la bestia, el Apocalipsis inevitablemente será un libro morboso y lúgubre. Si el dragón y sus secuaces son el centro de la historia, somos los más miserables sobre la faz de la tierra. ¡Pero Jesucristo es el centro de la historia y el Señor del futuro! Porque Cristo vive, el llanto se convierte en canto (Ap 5) y la endecha en doxología.” (p. 29).

Juan, ¡cuánto nos hará falta tu presencia física y tu pensamiento que siempre nos desafió seguir radicalmente a Jesús! ¡Cuánto nos faltará tu voz profética, que hizo entre los pueblos y multitudes pobres de Centroamérica su caja de resonancia! Has dejado de lado las grandes urbes de los Estados Unidos, donde bien pudiste dar a conocer tu pensamiento teológico brillante, lúcido y comprometido con los pobres y viniste a vivir aquí en Mata de Plátano, con Doris, tus hijos Roberto, Rebeca y Richard, y nos has mostrado una teología de florescencias tropicales convertidas en bananales, de sabores como el tamal, el gallopinto y el cafecito. Nos hará falta verte Juan, para escuchar contigo los tonos primitivistas de las misas nicaragüense y salvadoreña, para admirar tu rostro iluminado por la sonrisa, y tus labios cargados de nueva inspiración que vienen de la misma Palabra de Dios. Estas cumpliendo tu tarea, … mis ojos recorren tus escritos, … y mis lágrimas recorren mis mejillas, … me has enseñado a amar con pasión la Palabra que viene de Dios y hacerla compromiso vivo con los pobres. 

 

Jaime Adrián Prieto Valladares, teólogo, costarricense, Rector de la Universidad Bíblica Latinoamericana (2001-2005), miembro de la Asociación de Iglesias Cristianas Menonita de Costa Rica, escritor de la FTL. Actualmente profesor del Seminario Anabautista Latinoamericano (SEMILLA) y profesor invitado de la Facultad de Teología y Ciencias de la Religión-AETE en Lima, Perú. 

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