Los roles de género en el orden de la Creación

Presentaré los argumentos a favor de que el orden creativo de Dios en el comienzo incluía la igualdad, la diversidad y la unidad.

26 DE SEPTIEMBRE DE 2017 · 07:00

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Introducción

Una parte importante del debate con respecto al rol de la mujer en la Iglesia consiste en si las distinciones entre el hombre y la mujer formaron parte del orden creativo de Dios en el comienzo. En los artículos anteriores he presentado las dos partes del argumento, pero en este artículo sólo presentaré los argumentos a favor de la opinión de que el orden creativo de Dios en el comienzo incluía la igualdad, la diversidad y la unidad. Este artículo es un resumen, con algunos añadidos, del libro de Wayne Grudem, Evangelical Feminism & Biblical Truth: An Analysis of More than 100 Disputed Questions (Wheaton, IL: Crossway, 2012), 29-48.

 

Argumentos a favor de las distinciones entre los hombres y las mujeres en la Creación.

1. Orden: Adán fue creado primero, Gen 2:7, 18-23.

  • Puede que los lectores modernos no vean ninguna importancia en el orden de la Creación, pero al menos en dos ocasiones Pablo demuestra que lo consideraba importante con respecto a las relaciones entre el hombre y la mujer: 1 Tim 2:12-13; 1 Cor 11:8.
  • En otras ocasiones donde la Biblia utiliza una prioridad cronológica para demostrar superioridad y/o autoridad: Sal 90:2; Prov 8:22-31; Jn 1:15, 30; 8:52-53, 58.
  • Algunos argumentan en contra de esto que los peces, las aves y los animales terrestres deberían tener autoridad sobre los humanos puesto que fueron creados antes que ellos, pero esta objeción sólo tendría sentido si los humanos hubiesen sido “hechos de” estos animales para convertirse en sus “ayudas idóneas.” La obra creadora de Dios alcanza su clímax con la creación de los seres humanos en Gen 1:26-30, y en el contexto de esta obra culmen es que la mujer es “hecha del” hombre como su “ayuda idónea.”

2. Representación: Adán, y no Eva, tenía un rol único a la hora de representar a la raza humana.

  • Gen 2:16-17 dice que cuando Adán comiese del árbol de la ciencia del bien y del mal, todos morirían, pero en Gen 3:6 es Eva la que come primero. Sin embargo, 1 Cor 15:22 dice claramente que en Adán todos mueren (de la misma manera que en Cristo todos son vivificados).
  • Rom 5:12-21 y 1 Cor 15:45-49 establecen numerosos paralelos entre Adán y Cristo, y sin embargo no se establece ningún paralelo entre Eva y Cristo. Adán, por lo tanto, representaba a la raza humana de un modo que Eva no lo hacía.

3. Poniéndole nombre a la mujer: Adán le puso el nombre a Eva: Gen 2:23; 3:20.1

  • En Gen 1-2, la persona que le pone nombre a las cosas creadas es el que tiene la autoridad sobre las mismas: Dios le pone nombre a su creación y Adán les pone nombre a los animales. Esto es coherente con el uso generalizado de “nombrar/llamar” en la Biblia, en que los padres, los reyes, los guerreros, etc., “nombraban/llamaban” a sus hijos, a sus súbditos y a los territorios que conquistaban, etc. (ex., Gen 4:17, 25-26; 26:17-22; 41:45; 2 Rey 23:34; 24:17).
  • En Gen 2:23 y 3:20 el verbo “llamar/nombrar” (heb: קרא ) se usa en el contexto de poner nombre. Contextualmente este verbo se ha usado a lo largo de Gen 1-2 donde la persona en autoridad “llama/nombra” lo que está bajo su autoridad: Dios “llama/nombra” al día, la noche y a los mares en Gen 1:5, 8, 10; Adán “nombra/llama” a todas las criaturas vivientes en Gen 2:19-20.
    • Una distinción importante se debe hacer entre lo que podríamos llamar nombramiento “privado” y “público”: el primero se trata de la percepción personal que uno tiene del carácter de otra persona (ej., cuando Hagar “nombra/llama” a Dios en Gen 16:13) mientras que en el segundo caso se provee la identidad esencial de la otra persona (ex., cuando Dios le cambia el nombre a Abram y a Sarai en Gen 17:5, 15). Los nombres “privados” no se convierten en el nombre del individuo en cuestión, mientras que los nombres “públicos” sí.2

  • Eva no le pone nombre a Adán en Gen 2:23; 3:20.

4. El nombrar la raza humana: a los seres humanos se puso el nombre de “hombre” (o “Adán”) y no “mujer”: Gen 5:1-2.

  • En hebreo “hombre” (heb: אָדָם ) tiene al menos cuatro significados posibles: 1) la raza humana en su totalidad; 2) un ser humano en particular; 3) el hombre en contraste con la mujer; 4) el nombre propio de Adán.3 En Gen 1-3 hay muchas ocasiones en las que “hombre” se utiliza en el tercer sentido, es decir, en el sentido de “varón”: Gen 2:22-23, 25; 3:8-9, 12, 20. Por lo tanto, cuando Dios le da nombres a la raza humana en Gen 5:1-2 (hablando de un suceso previo a la caída; cf. 1:27), puede ser importante el hecho de que no le llama “mujer” ni tampoco le da un nombre sin un género concreto, sino que le llama “hombre” (o “Adán”). El contexto podría sugerir que hay un ligero matiz masculino en este acto.

5. La responsabilidad principal: Dios se dirigió primero a Adán tras la caída: Gen 3:9.

  • Está claro en el hebreo que todos los pronombres en Gen 3:9 están en singular masculino (igual que todos los verbos y pronombres en Gen 2:16-17).
  • Aunque Eva fue la primera en pecar, Adán fue el primero que tuvo que dar cuenta de sus acciones delante de Dios. Esto implica que Dios responsabilizó a Adán de una manera distinta a Eva.

6. El propósito de la creación de Eva: Eva fue creada para ser ayuda idónea de Adán y no al revés: Gen 2:18.

  • Es cierto que a veces la palabra “ayudador” (heb: עֵזֶר ) se usa para referirse a Dios en algunos contextos (ej., Sal 33:20; 70:5; 115:9), y por lo tanto “ayudador” no significa necesariamente una persona inferior que asiste a una superior. Sin embargo, el hecho permanece, de que en cada situación el “ayudador” se pone en un rol subordinado al rol de la persona que tiene la responsabilidad principal para llevar a cabo la actividad. Por lo tanto, Eva no está subordinada a Adán en sentido ontológico, sino más bien a nivel funcional.
  • El texto no da a entender que Eva era de ayuda a Adán en una o dos maneras, sino que la razón por la que fue creada era para que fuera ayudante de Adán. Esto es lo que Pablo escribe en 1 Cor 11:9: “El hombre no fue creado para la mujer, sino la mujer [fue creada] para el hombre”. Esta es una declaración ontológica que implica una diferencia funcional entre Adán y Eva.
  • Sin embargo, la subordinación funcional a Adán no puede incluir subordinación ontológica puesto que en el mismo versículo (Gen 2:18) se dice que Eva era “ayuda idónea” (Heb: כְּנֶגְדּֽוֹ ). Esto es, que ella había sido creada como una ayuda para Adán complementaria e igual a Adán en esencia.

7. Conflicto: la maldición de Gen 3:16b trajo la distorsión de los roles previos, pero no supuso la introducción de unos nuevos.

  • Otras maldiciones mencionadas en Gen 3:16-19 que afectaban a Adán y a Eva atestiguan del hecho de que las maldiciones distorsionaban los roles previos. Por ejemplo, el rol principal de Eva de criar a los hijos (Gen 3:20; cf. 1 Tim 2:15) es maldecido con dolores (Gen 3:16a) y el rol principal de Adán, que era el trabajo (Gen 2:15; cf. 1 Tim 5:8), es maldecido con espinos y cardos (Gen 3:17-19).4
  • Esto sugiere que la maldición mencionada en Gen 3:16b, “Tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti,” es una distorsión de los roles previos más que la introducción de unos nuevos. En otras palabras, el “deseo” pecaminoso que Eva tendría de dominar a Adán (cf. Gen 4:7) es una distorsión de su rol como ayuda (Gen 2:18) y el “enseñoreamiento” de Adán sobre Eva (heb: משׁל ) es una distorsión de su rol como siervo-líder (Ef 5:25-33).
  • Se debería notar, con atención, que Gen 3:16b habla de una distorsión de los roles originales en la Creación, y que por lo tanto no debería interpretarse como si los hombres y las mujeres debieran relacionarse de esta forma. Esto es precisamente lo que Dios procura deshacer a través del poder del evangelio (ver abajo).

8. Restauración: la salvación en Cristo restaura el orden creativo original.

  • El Nuevo Testamento no habla de la desaparición del orden original en la Creación, sino más bien de su restauración. El llamado primario de la mujer en relación con su marido es la de someterse gozosamente a él, tal y como la Iglesia se somete gozosamente a Cristo (Ef 5:22-24, 33; Col 3:18; 1 Pd 3:1-6). El llamado principal del marido en relación con su mujer es la de liderarla de manera sacrificial (Ef 5:25-33; Col 3:19; 1 Pd 3:7). Esto es, el “deseo” de la mujer y el “enseñoreamiento” del hombre se anulan en Cristo.

9. Misterio: el matrimonio es una imagen de la relación entre Cristo y la Iglesia: Ef 5:23-33.

  • El lenguaje de Pablo es claro en Ef 5:23-33: la mujer se somete a su marido como la Iglesia se somete a Cristo (v. 24). El marido ama a su mujer y se da a sí mismo por ella del mismo modo que Cristo ama y se da a si mismo por la Iglesia (v. 25). Esta relación de sumisión y amor sacrificial es una imagen de la relación entre la Iglesia y Cristo.
  • La relación entre Cristo y la Iglesia no varía según las culturas y las generaciones, y por lo tanto la relación entre el marido y la mujer tampoco varía en este sentido.

10. Trinidad: la igualdad, la diversidad y la unidad entre los hombres y las mujeres reflejan la igualdad, la diversidad y la unidad que hay en la Trinidad.

  • 1 Cor 11:3 dice que la “cabeza” (gr: κεφαλή) de la mujer es su marido y que la “cabeza” (gr: κεφαλή) de Cristo es Dios. La palabra “cabeza” se usaba en la literatura griega antigua para referirse a una persona que tenía una posición de autoridad sobre otra, y este es el significado aquí.5 El paralelo que Pablo establece entre la mujer y el hombre, y Cristo y el Padre es importante porque demuestra que puede haber igualdad y diferencias entre dos personas al mismo tiempo.
  • Algunos han intentado argumentar que el uso que Pablo hace de “Cristo” en 1 Cor 11:3 implica que Pablo se está refiriendo a la sumisión encarnada de Cristo al Padre, y no a su sumisión eterna.6 Sin embargo, esto no armoniza con el uso que Pablo hace de “Cristo” en otras partes de la Biblia; por ejemplo en Fil 2:5 donde Pablo utiliza la palabra “Cristo” para referirse al estado de Jesús antes de encarnarse. Además, el verbo en la frase “Dios es la cabeza de Cristo” se omite y depende de su aparición previa en el versículo en el que aparece en presente (“Cristo es la cabeza del varón”). Si Pablo se estuviera refiriendo a la sumisión momentaria y encarnada de Cristo, en contraposición a su sumisión eterna, podríamos suponer que Pablo debería haber usado un verbo en pasado (ej., “Dios era la cabeza de Cristo”).
  • La Biblia habla de la relación entre el Padre y el Hijo:
    • Por un lado son iguales: Jn 1:1; 1 Cor 8:6; Ap 5:13.

    • Por otro lado hay una diferencia clara en cuanto a que el Padre siempre asume el rol activo (enviando, engendrando, etc.) y el Hijo siempre asume el rol receptivo (siendo enviado, siendo engendrado, etc.): Jn 1:18; 5:19-20, 30; 6:38, 57; Hch 2:33-36; 10:5-7; Heb 1.3. El Hijo se sienta a la diestra del Padre (Rom 8:34; Heb 1:3, 13; 1 Pd 3:22), nunca al revés; el Hijo somete tanto su reino como su persona a la del Padre (1 Cor 15:24-29), nunca al revés.

    • Estos roles nunca se revierten en la Biblia, y esta es la relación que Pablo usa para ilustrar la relación entre el marido y la mujer.

  • Todos estos argumentos demuestran que la diferencia en rol no se equipara a la diferencia en valor esencial. De hecho, la diferencia en los roles es tan bonita y buena como la Trinidad misma.

 

Conclusión

Como estos diez argumentos prueban, hay evidencia más que suficiente para concluir que el liderazgo masculino y la sumisión femenina formaban parte del diseño original de Dios en la Creación. No obstante, con que uno sólo fuera convincente bastaría para argumentar que esto es así, lo cual es muy difícil para la postura igualitaria - quizás unos argumentos podrían ser refutados o invalidados, pero es bastante improbable que eso pueda hacerse con estos diez. La igualdad, la diversidad y la unidad entre el hombre y la mujer no fueron insertados en la sociedad humana después de la Caída (ej., Gen 3:16b) sino que formaban parte del buen diseño de Dios en la Creación (Gen 1:31) y encuentran su fuente definitiva en la Trinidad.7

 

Notas

1# Para considerar la perspectiva contraria, véase George Ramsey, “Is Name-Giving an Act of Domination in Genesis 2:23 and Elsewhere”? CBQ 50 no 1 (1998): 24-35. Ramsey argumenta que llamar (o poner un nombre) es un acto de discernimiento o de percepción a la hora de determinar la esencia de algo más que un acto de dominación. Esto parece un razonamiento válido en sí mismo, pero ¿tener la competencia de identificar algo o a alguien no implica también algún tipo de superioridad y/o autoridad, en cierto sentido? ¿Y qué de los otros ejemplos en la Biblia de “poner un nombre” que claramente demuestran la autoridad (ej., Dan 1:7)? Cf. los comentarios de Wayne Grudem: “El punto no es que el acto de nombrar implica algún tipo de control o de ejercicio de poder sobre alguien (como si fuera un poder mágico). El punto es que la autoridad para dar el nombre en sí mismo supone que la persona que da el nombre ya tiene esa autoridad por encima de la persona o cosa que lo recibe” (Evangelical Feminism, 33).

2# Grudem argumenta que “Eva” era su nombre privado, mientras que “mujer” (o “varona”) era su nombre público.

3# BDB, s.v. אָדָם .

4# Quizás sería más preciso decir que la capacidad y la responsabilidad principal de la mujer es dentro del hogar (1 Tim 5:9-10; Tito 2:3-5), lo cual se centra en dar vida (Gen 3:20), cuyo emblema es la preñez (Gen 3:16a) mientras que la capacidad y la responsabilidad principal del hombre se encuentra fuera del hogar, centrándose en la protección y la provisión para la familia (1 Tim 5:8; 1 Pd 3:7), cuyo emblema es labrar la tierra (Gen 2:15; 3:17-19). A la distorsión de estos roles se le llama “oprobio” en Is 4:1, y la Biblia jamás anima a la reversión de los mismos.

5# Que yo sepa, el artículo de Wayne Grudem sobre el uso de la palabra “cabeza” en la literatura griega antigua jamás ha sido refutado. El primer artículo se publicó como Wayne Grudem, “Does ΚΕΦΑΛΗ (“Head”) mean “Source” or “Authority over” in Greek Literature? A Survey of 2,336 Examples,” TrinJ 6 n.s. (1985): 38-59. Concluyó que de los 2,336 ejemplos estudiados, ninguno significa “origen” (lo cual es terrible para el argumento igualitario). Luego respondió a las críticas sobre su artículo en “The Meaning of Kephale (“Head”): A Response to Recent Studies,” 425-468 in Recovering Biblical Manhood & Womanhood: A Response to Evangelical Feminism, ed. John Piper and Wayne Grudem (Wheaton, IL: Crossway Books, 2006).

6# Ex., Gordon Fee, “Praying and Prophesying in the Assemblies: 1 Corinthians 11:2-16,” 142-160 in Discovering Biblical Equality: Complementarity without Hierarchy, ed. Ronald Pierce and Rebecca Merrill Groothuis (Downers Grove, IL: InterVarsity Press 2004), aquí 152.

7# Me gustaría agradecer a Daniel Moríñigo por traducir este artíuclo. He hecho algunos cambios ligeros al texto así que cualquier error ortográfico debe considerarse mío.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - ANDRÉS MESSMER - Los roles de género en el orden de la Creación