Hacer memoria para luchar contra la intolerancia
Yessica San Román, del Centro Sefarad, explica cómo el Día Internacional de la Memoria del Holocausto no sólo es el recuerdo de un hecho histórico, sino un antídoto hacia el antisemitismo y otras formas de racismo o xenofobia.
MADRID · 27 DE ENERO DE 2016 · 19:50
Cada 27 de enero se celebra el Día Internacional de la Memoria del Holocausto. En 1945, este día fue liberado el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau en 1945.
Este día, la comunidad internacional mira al pasado reciente. Hace sólo 71 años que ocurrió una de las mayores barbaries, con el exterminio sistemático de judíos, gitanos y personas “non gratas” para el régimen nazi.
“Ese lugar fue el paradigma del mal”, cuenta a Protestante Digital Yessica San Román, del Centro Sefarad, institución pública española encargada de fomentar el conocimiento de la cultura sefardí en la sociedad española y la cooperación con la sociedad israelí.
Esta semana es especial para Centro Sefarad, que ha programado diversos actos. En algunos de ellos cuentan con la visita de supervivientes de Auschwitz, que transmiten lo que vivieron en carne propia. “Dan charlas en colegios, institutos, visitan ayuntamientos... De esta forma mantenemos viva la memoria de las víctimas del Holocausto”, explica San Román.
Actos que tienen un amplio respaldo institucional. Hoy el Senado recibía la visita de un superviviente, Moshé Haelión, que el martes también ha visitado Ávila. “Había muchísima expectación por escuchar su historia”, cuentan desde Centro Sefarad, convencidos de que estos testimonios ayudan a combatir la ignorancia y los prejuicios que todavía siguen presentes en la sociedad.
COMBATIR EL ANTISEMITISMO
Una sociedad en la que asoma la sombra del antisemitismo en más de una ocasión. El pasado año aumentó sensiblemente el número de judíos que se marchó de Europa, ante el aumento de ataques hacia su comunidad.
En España ha sido “muy positivo” el trabajo institucional que se ha hecho en los últimos años, por ejemplo, aprobando la nacionalidad para los descendientes de los judíos expulsados en 1492. “Es un acto de justicia. Hay muchos sefardíes que, sin necesitar la nacionalidad, la piden porque es una manera de cerrar una herida histórica. Lo que me cuentan muchos sefardíes es su alegría por ello”, explica San Román.
Otra de las estrategias es no dejar al olvido lo que la historia nos enseña. “La transmisión del Holocausto es, en sí misma, lucha contra el antisemitismo y contra cualquier forma de intolerancia, racismo o xenofobia”, consideran desde Centro Sefarad. “Encuentro mucho antisemitismo basado en prejuicios. Y es difícil luchar contra los prejuicios, ya que no siempre se encuentran razones intelectuales” para el odio.
Por ello, iniciativas como las de estos días son importantes. La acogida por parte de la gente, dice San Román, es muy positiva “tanto a nivel institucional como educativo. Los profesores nos dicen que es una de las experiencias más enriquecedoras para los alumnos, que reaccionan a este asunto de forma muy agradecida y se implican”.
Centro Sefarad extiende por ello el Día de la memoria del Holocausto, con actos culturales e institucionales para el jueves y durante todo el fin de semana.
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