Cristianos esclavos en hornos de ladrillo en Pakistán

La Comisión pro Derechos Humanos de Pakistán, cree que existen entre tres y ocho millones de obreros bajo servidumbre, una forma técnica y eufemística de definir la esclavitud en la que viven.

El informe realizado por observadores de derechos humanos titulado Formas de Esclavitud en Pakistán, resalta que en relación con el porcentaje de la población, una gran mayoría de los obreros bajo servidumbre en el país, son cristianos.

FÁBRICAS DE LADRILLOS

Los obreros de los hornos de ladrillos pasan sus vidas bajo condiciones extremas. Además de las duras condiciones de trabajo, muchos de ellos sufren quemaduras y a menudo pierden sus vidas.

Los dueños de los hornos no les proveen servicio médico, ya que no se les consideran empleados cubiertos por ninguna clase de seguro médico. Los sueldos son tan pobres que apenas pueden sobrevivir.

Las empresas que dirigen las fábricas ponen a trabajar a todos los miembros de la familia, incluso a las mujeres y a los niños. Las violaciones a las mujeres es algo común y los hombres se ven impotentes ante la falta de defensa legal.

Estos obreros viven en locales pertenecientes a la fábrica, donde las condiciones higiénicas son lamentables. Por ejemplo a los niños o no se les permite ir al colegio porque trabajan, o los padres no pueden permitírselo.

ESCLAVOS DE POR VIDA

La mayoría de los obreros de hornos de ladrillos, son hechos "esclavos" por medio del sistema paishagee, en el que se les adelanta un dinero por adelantado para poder sobrevivir, sin que el obrero pueda marcharse hasta que lo haya devuelto.

Pero lo normal es que les aumenten la deuda al cobrarle intereses desorbitados o por medio de una nueva "financiación". Con sueldos míseros, los obreros endeudados quedan esclavizados de generación en generación. Cualquier intento de escapar de los hornos, resulta en vejaciones, castigos físicos, y un nuevo aumento de la deuda e incluso la muerte.

La Ley paquistaní de abolición del trabajo en condiciones de servidumbre ordena sobre el papel que "Nadie puede adelantar un pago" y que "toda obligación del obrero bajo servidumbre debe ser eliminada". Sin embargo, esta práctica sigue sin disminuir.