Ave María

El pueblo evangélico español tuvo el honor de recibir la visita del renombrado telepredicador Kenneth Copeland. Durante 15 días pudo realizar diversas actividades evangelísticas en este país.

Kenneth procedía de una familia protestante que se remontaba a unos antepasados irlandeses de varios siglos atrás. Presumía orgulloso de dar digna continuidad a la tradición familiar.

Como colofón de su estancia en nuestro país se le llevó a visitar a la evangélica más anciana, una abuela centenaria llamada Gumersinda. Esta mujer de edad tan avanzada estaba afectada de demencia senil.

Su familia recibió orgullosa al predicador y le condujeron hasta su habitación. Nada más entrar, la mujer se incorporó en la cama pronunciando invocaciones marianas del estilo “Santa María, madre de Dios; ruega por nosotros, pecadores; ahora y en la hora….”

Sin dejarle terminar el Ave María, la familia la distrajo haciéndole reparar atención a tan digna visita. Intentaron disculpar a la anciana explicando al predicador que su memoria reciente estaba afectada por la enfermedad, que siempre fue una evangélica ejemplar. Kenneth fue todo lo correcto que pudo reduciendo la incomodidad de la familia.

Ya de vuelta a su país, saliendo del avión, Kenneth se sintió satisfecho de tener un pasado tan definido y pulcro, el cual despejaba cualquier duda en cuanto a su destino eterno y el de su familia.

Al pasar la aduana le sonó el móvil con una agradable noticia: su nieto Andrew de 15 años le invitaba a su próximo bautismo.