La seguridad de salvación

¿Estás disfrutando de una entrada amplia y generosa en el reino de Dios?

27 DE ENERO DE 2019 · 08:00

,

Una cosa es entrar en el reino de los cielos. Otra cosa es disfrutar de una entrada “amplia y generosa” (2 Pedro 1:11). 

En su última carta redactada poco antes de ser martirizado por la fe (2 Pedro), Pedro quería que los hermanos gentiles de Asia Menor experimentasen la seguridad de su salvación en Cristo. Y el apóstol utilizó dos argumentos principales para fortalecer a los creyentes en este sentido.

 

ARGUMENTO 1: LA OBRA DE CRISTO

En primer lugar, el apóstol arranca (1:1-4) hablando sobre todo lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo. Nos demuestra que la salvación es enteramente del Señor apelando a cinco sustantivos clave:

  • Justicia (v. 1).
  • Fe (v. 1).
  • Conocimiento (v. 2).
  • Vida (v. 3).
  • Piedad (v. 3).

La base de todo es la perfecta justicia del Señor Jesucristo. En la cruz del Calvario el Salvador compró nuestra fe, conocimiento salvador de Dios, vida espiritual y piedad (santificación). Sin la justicia del Hijo de Dios, no podríamos ser salvos. 

Y lo más importante para Pedro, a diferencia de la teología católico-romana, es que la obra de Jesucristo es todo suficiente para salvarnos. No hace falta añadir nada a Cristo. Bien explica el pescador de Galilea, “Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder” (1:3). ¡No algunas cosas ni muchas cosas sino “todas” las cosas!

¿Por qué Pedro empieza así? Porque sabe que es imposible experimentar la seguridad de la salvación sin contemplar la obra consumada de Cristo.

 

ARGUMENTO 2: EL ESFUERZO DEL CREYENTE

En segundo lugar (1:5-9), Pedro espera que los cristianos sean diligentes en las cosas de su santificación, esforzándose para crecer en el fruto del Espíritu. Según nuestro hermano, un creyente negligente no puede estar andando en el gozo de su salvación.

Es importante aquí hacer una distinción entre la salvación y la santificación. Donde la salvación es enteramente por la gracia del Señor, la santificación sí exige nuestra colaboración. Ahora bien, nadie va al cielo por ser más o menos santificado sino por estar en el Señor Jesucristo. Pero Dios ha unido la seguridad de la salvación y nuestra santificación de tal modo que no se pueden separar. 

En términos sencillos: un cristiano que no está abundando en virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor no está siendo diligente y por lo tanto, no experimentará la seguridad de la salvación. Tiene que arrepentirse de su tibieza espiritual y volver a andar bien delante de Dios.

 

LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN

Después de desarrollar sus dos argumentos –la obra de Cristo (1:1-4) y el esfuerzo del creyente (1;5-9)- Pedro concluye esta sección diciendo, “Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (1:10-11).

¿Cómo podemos “hacer firme” nuestra vocación y elección si dependen de Dios? Porque Pedro está hablando en términos subjetivos. La elección de Dios nunca cambia. Si somos de Cristo es porque Dios nos escogió antes de la fundación del mundo. Sin embargo, a veces no nos sentimos elegidos a nivel personal.

Para poder disfrutar de esta “amplia y generosa entrada en el reino eterno”, esto es, para alegarnos en la seguridad de nuestra salvación; hay que tener presente que nuestra salvación está exclusivamente en el Señor Jesucristo. Pero también, hay que esforzarnos a nivel individual para crecer en el fruto del Espíritu. 

Una vez más, nuestro crecimiento en el fruto del Espíritu no nos salva (los protestantes no creemos en la salvación por obras); solamente Cristo salva. Pero sí estamos convencidos de que sin dicho crecimiento, no podemos disfrutar de la seguridad de la salvación.

Así que, para acabar hoy te pregunto: 

¿Estás disfrutando tú de esta entrada amplia y generosa? 

¿Has confiado de todo corazón en el todo suficiente Cristo? 

¿Estás avanzando en tu santificación?

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Brisa fresca - La seguridad de salvación