No matarás

Cómo obedecer el espíritu del sexto mandamiento.

24 DE FEBRERO DE 2018 · 22:40

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Foto: Pixabay.

El sexto mandamiento sigue vigente para el pueblo de Dios. Aunque el Decálogo no puede justificarnos delante de Dios, los diez mandamientos sirven como una regla de vida.

¿Y qué dice el sexto mandamiento?

Respuesta: No matarás.

Quiero hablar sobre tres formas en que podemos matar a nuestro prójimo.

1.- Matar el cuerpo de tu prójimo

La interpretación más obvia y literal del sexto mandamiento es la de no acabar con la vida de nadie. La vida humana es sagrada porque Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza.

El Señor ya advirtió en los días de Noé, “El que derrama sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre” (Génesis 9:6).

El apóstol Juan recalca que Caín “era del maligno” porque mató a su hermano Abel (1 Juan 3:12). No nos toca a nosotros matar a nadie porque Dios no entregó “la espada” (la pena capital) a ningún individuo sino al estado (Romanos 13:4).

No tenemos ningún derecho de tomar la ley por nuestras propias manos.

2.- Matar la reputación de tu prójimo

La mayoría de los cristianos sabe que matar es malo; no obstante, algunos pueden llegar a matar la reputación de sus hermanos en la fe. Tener la boca grande es una terrible obra de la carne. Hace muchísimo daño y frecuentemente produce divisiones en el seno de la congregación.

Hay que proteger y defender la honra de todos los hijos de Dios. Son nuestros hermanos y hermanas en la fe. No podemos permitir que nadie hable mal de uno de los nuestros.

“De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas” (Proverbios 22:1). Somos llamados a cubrir la desnudez de nuestros hermanos (Génesis 9:23).

 

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3.- Matar el alma de tu prójimo

Es posible matar el alma de tu prójimo si le das un mal ejemplo o si le invitas a pecar contra el Señor.

En este tercer sentido del mandamiento, los falsos profetas son bien peligrosos porque siembran veneno en los corazones de sus oyentes. Derraman mucha sangre inocente.

Es por esta razón que las Escrituras condenan a tales ministros de manera contundente y pública. Semejante denuncia es un acto de amor hacia Dios y hacia su pueblo. Hace falta que alguien defienda a las ovejas del Señor para que no sean engañadas.

Aplicación

El cristiano no simplemente cumple con el sexto mandamiento en el sentido negativo de la palabra. Es decir, no va a matar el cuerpo ni la reputación ni el alma de su prójimo. Pero va a hacer todo lo contrario en obediencia al Espíritu de Cristo.

¿Qué quiere decir con esto? Que el cristiano va a hacer todo lo posible para bendecir el cuerpo, la reputación y el alma de sus hermanos en la fe.

Por ejemplo, el discípulo no solamente se conforma con no decir nada negativo acerca de su hermano; sino aprovecha cada ocasión para hablar bien de sus compañeros en la fe, hablando maravillas de ellos.

Así que, ¡no matarás!

No mates el cuerpo de tu prójimo.

No mates su reputación.

No mates su alma.

Protege su cuerpo.

Defiende su reputación.

Edifica su alma.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Brisa fresca - No matarás