Con la soga al cuello... Conversaciones en cabina

Sólo existe una soga, una mano, un hombro fuerte y Alguien que puede sostener tu vida sean cuales sean tus circunstancias, se llama Jesús.

14 DE MAYO DE 2016 · 16:50

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“NO ESPERES A TENER LA SOGA AL CUELLO PARA CLAMAR A DIOS. ÉL NO ES TU ÚLTIMO RECURSO; SINO EL PRIMERO Y EL MEJOR”

Hace unos días estaba más que contenta, había superado una serie de historias y teníamos reunión de mujeres ¡mis maravillosas mujeres! La verdad es que nos juntamos a una hora un tanto intempestiva en la mañana, pero por motivo de las madres más jóvenes…. Y después de un invierno muy largo en todos los sentidos, cuando me levanté y miré por mi ventana, lucía un sol de fábula, no se movía ni una hoja, ni una ola del mar… Y aquí, cuando ocurre algo así, todos nos contagiamos de una especie de epidemia terrible ¡¡¡queremos sol!!!.... ¡¡Por favor!!, nosotros también necesitamos que la maravillosa vitamina D haga su efecto y nos ponemos como locos “cara al sol con la camisa nueva” Así que yo, más contenta que unas castañuelas, abrí el armario y pensé…Miré y… Decidí ponerme de blanco y de verano, un tanto al estilo ibicenco.. ¿Y los pies?.... ¡Por supuesto! Lo más descalzos que pudiera. Entonces me miré las uñas y me dije… Esto hay que arreglarlo; así que pillé un esmalte que destacara bien en tonos coral y…. ¡Allá que me dirigí a nuestra reunión de mujeres de la mañana! No tenía castañuelas físicas, pero iba cantando por dentro con toda mi alma; aunque me había olvidado bastante de aquello que nos repetía hasta el cansancio mi abuela… ¡Hasta el cuarenta de Mayo no te quites el sayo! Y más en esta bendita tierra mía. Pero ya estaba más que aburrida de todo y, me colgué mi bolso en decorados étnicos y, como de costumbre, al estilo Mary Poppins, me tiene que caber de todo y sufro cuando tengo que ir ”bien vestida” y con un bolsito al estilo Chanel… No me cabe nadaaaaaa……

Y llegamos a la reunión con un sol radiante y yo me miraba mis uñas coral, todo mi atavío ibicenco y miraba para el sol y, no podía parar de sonreír.

Comenzamos la reunión, oramos todas, cantamos y disfrutamos muchísimo estudiando la Palabra con algo que sólo las mujeres sabemos hacer, Sí!… ¡Ya lo sé!.. Somos una especie de pulpitos de ocho brazos y con mil compartimentos estanco todos abiertos a la vez….. Una llevaba el móvil, la otra el iPad… Mi mamá llevaba su Biblia….. Y mientras poníamos sobre el tapete todo lo que antes habíamos estudiado….. Salían todos los temas habidos y por haber….. ¡Por supuesto! Moisés, José y David y hasta Jacob fueron como una especie de bisagra en su generación.. Claro que aquello de.. “Más Jehová estaba con José´”.. Eso lo tengo yo preparado para los campamentos… ¿Y qué me decís de Moisés?...... ¡Pues anda que las parteras Sifra y Fúa! Menudas mujeres valientes.. ¡Si! Hasta son citadas en Hebreos 11… Bueno, bueno…… Aquí habría mucha tela que cortar……. Fue una reunión deliciosa, edificante y todo lo mejor del mundo mundial. Pero, a medida que iba pasando el tiempo, yo iba notando cosas raras….  Empezaba a notar frío, y mis sandalias con uñas coral incluidas, comenzaban a acercarse entre si…

Ya no sé ni que hora era cuando salimos por la puerta, entonces….. Mi maravilloso sol de Mayo se había esfumado, el cielo estaba oscuro, oscuro, hacía viento, frío y… Llovía a cántaros. Entonces abrí mi bolso étnico a lo Mary Poppins y no había paragüitas, ni pañoleta, ni chaqueta abrigada….. Y quería que me tragara la tierra….. Entonces pensé….. Si mi abuela siempre tenía la razón… Que me la pillo…. ¡Dicho y hecho!

A la mañana siguiente tenía que ir a Fisioterapia, nada importante, una torsión que inflamó todos los tendones del hombro derecho y que se quedó camuflada….. Nada de muerte, pero me quedaban unas cuantas sesiones por delante. Y seguía lloviendo y ventando y… ¡Lo siento! Eso de que “hasta la lluvia es arte” es referido a Santiago de Compostela y sus maravillosos soportales de piedra que andan muy cerca de la preciosa Catedral. Y aquello tan precioso de “Chove en Santiago” y “ Verde que te quiero Verde”.. Lo dejamos para su maravilloso autor, García Lorca.

Así que me presenté a mi hora en la sala de espera del Centro de Rehabilitación. Esta vez iba abrigada por los cuatro costados y con una congestión por todos los sitios que ni veía. Hasta que escuche una maravillosa voz, ”Beatriz, cabina número 5”. Me levante arrastrándome y me dispuse a poner mi pobre hombro muerto de frío ante los infrarrojos, el laser con sus gafas incluidas, el ultra sonido, y todas esas cosas, pero me caía… Y entre  una cosa y la otra, me quedaba sola en mi cabina número 5 “… En la multitud de mis pensamientos dentro de mi”

¡De repente! Comienzo a sentir una voz fuerte y muy sonora de hombre, no le podía ver la cara ni nada de nada. Pero, en medio de mi frío, mi congestión y la soledad de mi cabina número 5, podía percibir o imaginar a un hombre más bien mayor que no debía de oír muy bien, hablaba demasiado fuerte. Pero tenía una voz muy clara, grave, varonil y pausada. Y comenzó a decir…

“Pues sí, yo soy de la parroquia de…. Y mi padre, no es que fuera un descreído, aunque si era bastante escéptico. Pero siempre me decía, El que es un verdadero reflejo de Cristo en la Tierra, es el cura D. Juan… ¡Sí! Yo también lo recuerdo… La verdad es que era una persona maravillosa, ni puedo acordarme de que color era su sotana, de tan gastada que la  tenía.. Y que no viniera un pobre ¡Eh! Que le decía a la mujer que le ayudaba en la casa….. ¡Pon un plato para él! Que donde comen dos comen tres. Y la pobre de la mujer le decía.. Pero D. Juan, que no tenemos dinero.. ¡No pasa nada! Respondía él. Llegó a dar su cama para los más necesitados y terminó durmiendo en un viejo jergón.

Y en aquel lugar se hizo el silencio más absoluto, casi me olvidé de todo el trancazo que llevaba encima… Entonces dijo, y un cuñado mío, se fue para Estados Unidos y un día me invitó a ir a una iglesia a la que iba allí.. Entonces sí que agudice al máximo mi pobre oído… ¡Sí! y cantaban canciones muy bonitas por un libro… y yo ya no sé si iba por el ultra sonido, por los infrarrojos o por el camino de la casa de la abuela de caperucita… ¡Y fíjese usted!, le decía a la fisioterapeuta de turno que casi no elevaba la voz… Mi otra cuñada, a la que aquí llamábamos Evelina, allí le llamaban Evelyn….. Yo me tronchaba, pero no perdía ripio… Entonces comenzó a contar de otro pariente que pasó por un cáncer que se lo llevó. Hubo un pequeño silencio y entonces, le dijo a la chica, ¡Si neniña! Todavía me acuerdo del cura D. Juan… Y es que cuando nos llega la soga al cuello, tenemos que tener un lugar al que agarrarnos… La chica contestó bajito, bueno… Pero yo…..  Entonces, tal como comenzó aquella especie de conversación, terminó con un, ¡Hasta el lunes!

Yo estaba tan mareada y tan no sé como, que ni podía pensar y no sé como no terminé “sonándome los mocos” (Perdón por ser tan poco fina) en el maravilloso e impoluto paño blanco sobre el que tenía que apoyar mi pobrecito hombro.

Tal vez nunca en mi vida conozca a aquel hombre de voz sonora, grave y con una sensatez meridiana.

Todo esto dio vueltas en mi cabeza durante unos cuantos días y mientras, aún ahora ni puedo respirar ni oír demasiado bien, recuerdo palabra por palabra toda la conversación… El bueno de D. Juan, el cuñado de Estados Unidos, Evelina -más tarde Evelyn- lo de la soga al cuello y, lo más importante de la sensatez meridiana de aquel hombre…..Todos necesitamos una buena soga a la que agarrarnos cuando llegan los momentos difíciles. 

Creo que si hubiera estado en mejores condiciones, me hubiera vestido, me hubiera ido a buscar al Señor en cuestión, tomaría a la chica que no quería saber nada del tema y, me hubiera puesto a decir todo lo que tenía que decir. Simplemente escuché, observé y me quedé con todo dentro.

Estoy aquí, lejos de ti y en mi cabina número 5 particular, este ordenador… Tal vez nunca te vea la cara, escuche tu voz, te conozca… Pero déjame decirte algo, aquel hombre tenía toda la razón.

¿Te has visto alguna vez con la soga al cuello?...  ¿Has experimentado lo que es ver que te caes y no tener donde agarrarte?.... Yo no sé si nuestro amigo tenía todo bien claro, pero yo te lo puedo explicar:

Sólo existe una soga, una mano, un hombro fuerte y Alguien que puede sostener tu vida sean cuales sean tus circunstancias, se llama Jesús y te ama tanto, que entrego Su vida por la tuya en la preciosa Cruz del Calvario. Vida por vida a precio de Sangre…

No lo dejes para mañana, puede que sea demasiado tarde. Acógete a Su Amor ahora, antes de que no tengas remedio.

En Él vivo y creo. No permita mi Señor que yo me suelte jamás de Su mano… Es mi fuerza, mi guía, mi sostén, mi refugio, mi salvación. ¡Mi todo!.... ¡Mo todo hallo en Él!

En estos momentos te dice el Señor….

 “…Con Amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué

  mi misericordia”.  Jer. 31: 3.

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