Los 144.000, un presagio profético

Es altamente llamativo que en medio de una situación tan desesperante para la humanidad estos 144.000 se mantengan como personas completamente íntegras.

07 DE NOVIEMBRE DE 2015 · 22:30

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Estos días meditando en el libro de Apocalipsis acerca de los 144.000 (Apocalipsis 7: 1-8; 14: 1-5), me sobrevino una inspiración muy particular acerca de esta cantidad de judíos célibes que, en medio de la gran tribulación, se convierten en una fuerza misionera transversal realmente imponente; justo en el último período de la semana setenta de Daniel, sin duda alguna, uno de los momentos más volcánicos del final de los tiempos.

Soy consciente que hay disparidad de opiniones al respecto como, por ejemplo, si estos 144.000 son personas simbólicas o literales. Sin embargo, yo coincido con escatólogos como el Dr. Carballosa, entre muchos otros, acerca de la literalidad real y efectiva del texto más que de una interpretación teológica simbólica; en medio de una turbulenta situación mundial que preconiza los juicios finales del gran día de la ira del Cordero, según está profetizado en el Apocalipsis de Juan.

Puedo imaginarme a esta especie de legión de honor compuesta por redimidos de entre los hombres, como primicias para Dios y para el Cordero, como una fuerza de kamikazes imparables del Evangelio de la salvación; que se moverán en todas las direcciones del planeta en medio de unas convulsiones sociales que serán realmente dramáticas para toda la humanidad pero, especialmente, para estos disidentes del poderío absoluto y del control mundial del Anticristo, aun a costa de sufrir el martirio, muchos de ellos, por parte de la bestia, se convertirán en fieles proclamadores del Evangelio de la salvación en el mundo entero.

Es altamente llamativo que en medio de una situación tan desesperante para la humanidad, en ese período final, estos 144.000 se mantengan como personas completamente íntegras y sin ningún tipo de vicio, ni falta que sea hallada en ellos (Apocalipsis 14: 4-5). Esto es algo realmente excepcional y nunca visto en la historia de la humanidad donde, además de millones de gentiles, el Israel de esa generación final será salvo por la fe en su Mesías Ungido, el cual es Jesucristo.

El Evangelio es la buena noticia del amor de Dios en Cristo Jesús, pero también es un aviso urgente acerca de los justos juicios de Dios sobre la humanidad y de la ira venidera, que hoy está mucho más cerca de su perfecto cumplimiento que nunca antes.

Me apena ver las tendencias tan peligrosamente pendulares que está tomando la humanidad en su conjunto, levantando esta nueva Babel que excluye a Dios completamente de todos sus proyectos colectivos, esta cultura anti Dios que se está socializando; viene a ser algo así como el preámbulo de un ensayo general para esos tiempos finales.

Es cierto que ninguna generación anterior había reunido a tan gran número de profesantes de fe evangélica en el mundo pero, también es cierto que, una gran parte de esos creyentes viven un cristianismo a la carta muy devaluado y, otros tantos millares, son inventores de falsos evangelios. En general, estamos viendo a una Iglesia mundial débil y carente de poder contra toda esta oleada infernal que trata de acosarnos, por todas partes, de mil maneras diferentes.

Mi percepción profética me hace discernir una poderosa acción transversal del Espíritu de Dios en el mundo entero, levantándose una Iglesia de nueva generación sin apellidos denominacionales, que actúe bajo un nuevo y poderoso influjo del Espíritu en gente de todos los estratos sociales. Una Iglesia radical en guardarse en santidad, tanto en lo personal como en lo comunitario, pero no me estoy refiriendo a un pietismo asustadizo que huye del mundo y se atrinchera en sus pequeños feudos religiosos o en el mundo de Yupi. Es una Iglesia que por fin, a nivel global, se convertirá en Sal de la tierra y Luz del mundo, estará presente en todos los ámbitos de la vida social, cultural y política, a excepción únicamente de los lugares declaradamente indecentes. Su impulso bíblico se inspira fundamentalmente en los capítulos 2, 4 y 10 de Hechos y, por supuesto, en toda la Escritura.

Es una generación valiente, muy atrevida y con convicciones muy profundas de los principios de Dios, desarrollando un discipulado bíblico integral de alto voltaje. Estos serán los precursores, en versión actual, de esos hombres y mujeres que se abstienen de toda especie de mal y desarrollan un programa de persuasión evangelizadora de todas las formas posibles. Creo que este, muy probablemente, sea uno de los avivamientos finales más desafiantes de todos los tiempos para “que la tierra sea llena del conocimiento de la gloria de Jehová como las aguas cubren el mar” (Habacuc 2:14). Todo esto transcurrirá en medio de una catarata de crisis humanas de todo tipo, hasta llegar a su colmo final.

Por lo tanto, me alegra ver en la Palabra de Dios un presagio profético tan sensacional como es y será, sin duda alguna, el movimiento mundial de estos 144.000 gladiadores de la última hora, que darán gloria y honor al nombre de Dios y del Cordero como nunca antes se habrá conocido en la historia de nuestra pobre y enloquecida humanidad.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - Los 144.000, un presagio profético