Andrés Reid: Jeremías, pasión por la gloria de Dios y por Su pueblo

Nadie va a escuchar nuestras denuncias de esos abusos si no escuchan también nuestra confesión y arrepentimiento de nuestras propias injusticias y abusos.

16 DE MAYO DE 2015 · 17:55

Andrés Reid.,
Andrés Reid.

Durante el pasado Seminario de Teología y Psicología Pastoral, realizado en Comarruga por la AEE, también pude entrevistar a Andrés Reid, profesor y Director de la Escuela Evangélica de Teología (EET) y Coordinador Nacional del ministerio interdenominacional “Taller de Predicación”. Reid fue el responsable de impartir las exposiciones bíblicas programadas para el evento.

 

Pregunta.- ¿Por qué ha elegido pasajes de Jeremías como tema de las exposiciones bíblicas del seminario?

Respuesta.- Una de las ventajas de exponer pasajes de Jeremías es que tenemos una idea preconcebida de lo que es el abuso. Pensamos en ciertas conductas determinadas y muchas de ellas son abordadas en distintos pasajes del Nuevo Testamento –las denuncias de los fariseos pronunciadas por Cristo o pensamos en epístolas como 3 Juan. Estas temáticas iban a ser tratadas directamente en distintas ponencias en el seminario, pero hay razones más significativas para irnos a Jeremías. Permite un enfoque menos predeterminado. El abuso, por ejemplo, puede ser no solo por comisión sino también por omisión. Además, estos pasajes de Jeremías proveen de un equilibrio sano, lo positivo además de lo negativo. Es más, aunque la palabra de Dios nos habla de cómo debemos actuar nosotros, su primera función es hablarnos de Dios; y eso es lo que hace Jeremías, nos habla sobre nuestro gran Dios.

 

P.- ¿El abuso denunciado por Jeremías tiene paralelismo con el mundo actual? ¿Hoy tenemos abuso dentro del pueblo de Dios?

R.- Jeremías denuncia abusos de la autoridad “pastoral” en los capítulos 22 y 23. La metáfora se refería a la autoridad política de los reyes en aquel entonces, pero hay una aplicación legítima a los que ejercen la autoridad espiritual dentro del pueblo nuevotestamentario de Dios, ya multiétnico e internacional. Los abusos que denuncia Jeremías incluyen entender que el pueblo está para servir al rey en vez de al revés. Joacim vio su reinado como una oportunidad de lucrarse él. Construyó un lujoso palacio de cedro en tiempos en que la nación tenía que hacer frente a nuevas tasas impuestas por Egipto. Ni siquiera pagó a los trabajadores. Joacim no protegía a los débiles y necesitados sino que su reinado estaba caracterizado por la corrupción y abuso de poder. Además, Joacim es el rey famoso por trocear y quemar el rollo de la profecía de Jeremías. Se veía a sí mismo por encima incluso de la palabra de Dios. No se sometía a ella. Estamos hablando de pastores que creen que tienen una autoridad propia que no emana de la palabra de Dios. Por otra parte estos pastores ni nutren al rebaño ni lo cuidan. Estos patrones y muchos más lamentablemente los vemos todavía. Estos líderes destruyen al pueblo de Dios.

 

P.- ¿Debemos ser los cristianos una voz profética de denuncia como lo fueron los profetas como Jeremías?

R.- Sí, pero sin equivocarnos de blanco. Los patrones nos suenan, ¿verdad? En tiempo de crisis, tarjetas black. Cuando los parados y los que no tienen ingresos se cuentan por millones hay los que se enriquecen todavía más. Injusticias y abusos de poder…, pero correr a aplicar esto al mundo es equivocarnos de blanco. Estos terribles abusos denunciados en estos pasajes de Jeremías no están siendo cometidos por los egipcios y babilonios. No estaban ocurriendo fuera del pueblo de Dios sino dentro. Ahora bien, hay muchos otros pasajes que sí denuncian también patrones de conducta injustas fuera del pueblo de Dios. Pero nadie va a escuchar nuestras denuncias de esos abusos si no escuchan también nuestra confesión y arrepentimiento de nuestras propias injusticias y abusos. El mal no está allí fuera, está dentro de nosotros también.

 

P.- O sea que al profeta le importaba lo que se predicaba y los efectos de ésta en el pueblo receptor...

R.- Jeremías observa la predicación desde Jehová, y desde la óptica de su santa palabra, y lo que oye le produce una conmoción; se siente confundido. Ve el estado del pueblo de Dios, su infidelidad; ve las consecuencias de este estado sobre todos los ámbitos. Nota lo que pasaba en la sociedad, afectando a los empresarios, los trabajadores, la vida urbana y rural. Descubre que hay reacciones emocionales, pues desfallecían, estaban de luto; descubre que incluso la naturaleza padece por causa de la humanidad.

E identifica la fuente que ha llevado a esta situación, de dónde ha "brotado el ébola". Descubre que los sanadores son los que portan el virus y contagian a los demás; de ellos sale la corrupción: "De los profetas ha salido la hipocresía". Constata que la fuente está en la predicación de los profetas.

 

P.- Jeremías expresa una profunda preocupación por la predicación de los profetas de aquel entonces. ¿Existe hoy una predicación similar a la que se desarrollaba en la época de Jeremías?¿Qué es lo que se predicaba y lo que no se predicaba?

R.- En el capítulo 23:9-32 hace Jeremías un diagnóstico de la predicación de esos profetas.

Lo que sí predicaban:

1. V 16 Palabras meramente humanas

2. V 17 Promesas de prosperidad

3. V 30 Palabras robadas a otros predicadores

4. V 32 Sus sueños y experiencias

 

Lo que no predicaban:

1. V 18 La palabra de Dios (la fuente de la predicación)

2. V 19-20 No hablan de la ira de Dios contra el pecado y por lo tanto no pueden hablar de la gracia de Dios que solo se entiende contra el trasfondo del juicio de Dios (el contenido de la predicación)

3. V 23 La grandeza de Dios (el tono de la predicación)

4. V 28-9 l Lo que nutre, arde y quebranta

Si miramos nuestro entorno en 2015, podemos usar estas preguntas como diagnóstico: ¿Hay predicadores que cuentan sus experiencias y sus sueños como palabra de Dios? ¿Hay predicadores que se bajan sermones de internet y las repiten sin siquiera reconocer la fuente, y mucho menos invertir el tiempo para estudiar la palabra y en oración pedir que Dios nos hable? ¿Hay predicadores que lanzan promesas de prosperidad? ¿No hay quizás muchas palabras meramente humanas?

 

P.- ¿Cuál es el impacto de estos patrones de predicación?

R.- Jeremías no duda en decir que esto “destruye” al pueblo de Dios. Además dispersa al rebaño. O bien directamente espantan y dispersan al pueblo de Dios. O bien lo dejan sin protección para que las fieras ataquen a las ovejas. ¡Hay pastores que hacen huir a las ovejas y cuando logran escapar llevan consigo heridas sangrantes! Hay otros que dan una dieta tan pobre a su rebaño que cuando llegan falsos profetas fácilmente engañan a los que durante años deberían haber sido edificados y nutridos. Una vez que hemos recibido y nos hemos acostumbrado a una buena y nutritiva alimentación no es tan atractiva la comida que nos va a envenenar.

La mala predicación al final del capítulo 23 lleva a que Dios diga que el pueblo de Dios va a perder su relación con él. Es una triste realidad, pero en la historia de la iglesia vemos que iglesias que empezaron bien después de unas generaciones ya no predican el mismo evangelio, y por lo tanto, ni el mismo Dios.

Es llamativo descubrir que en la alta Edad Media hubo patrones muy parecidos de predicación. Alfredo Ernesto Garvie, en su Historia de la Predicación Cristiana, describe cuatro patrones de predicación en la Edad Media:

1. Se leían sermones de otros

2. Sermones de tipo escolástico, juegos de palabras, etc.

3. Experiencias (legendarias) de los santos

4. Anécdotas divertidas / ridículas

Garvie concluye: “El agotamiento de la vitalidad y el vigor del tipo medieval de religión se debió a que la predicación descendiera tan hondo”.

 

P.- ¿Qué hace Jeremías frente a los abusos espirituales?

R.- Lo más importante que hizo Jeremías fue predicar fielmente la palabra de Dios durante más de 40 años por poco que fuera agradecida. Otros aspectos de su ministerio que nos sirven de ejemplo podrían ser su visión profunda de la necesidad espiritual del pueblo de Dios y de los que están todavía fuera. Esto le lleva a una intercesión marcada por una pasión por la gloria de Dios y pasión por el pueblo de Dios. Su perseverancia durante años viene impulsada por su esperanza y fe en Dios. Al final de nuestros ministerios lo que va a quedar va a ser nuestro mensaje y nuestro ejemplo. Pablo lo dice en el Nuevo Testamento: “Ten cuidado de ti mismo y de tu doctrina y así te salvarás a ti mismo y a los que te escucharen”.

 

Finaliza la entrevista. Gracias, Andrés, por la edificante palabra impartida durante el Seminario de Teología y Psicología Pastoral, y por hacerla extensiva, desde P+D, a todos los que no pudieron estar presentes en el mismo.

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