¿Valdrá la pena ser bienaventurados?

En el artículo precedente¹ reflexionábamos sobre algunas ideas erróneas que se defienden respecto de las bienaventuranzas que nos presenta Jesús en el denominado ‘Sermón del Monte’.

Redondeando, podríamos afirmar que aquellas falsas interpretaciones proceden de personas que se fijan primero en las partes y no en el todo. Quizás les resulte difícil; pero nunca se ocupan de analizar el todo. Primero, siempre, sacan apresuradas conclusiones de las partes del todo. Esta es la raíz de su constante fallo.

Hay prédicas erróneas basadas en frases cortas o palabras sueltas sacadas de un texto bíblico. Algunas son apoyadas por sus autores que repiten enérgicamente 'así dice la Palabra de Dios', como si fuese el ‘abracadabra’² que transformará la falsa enseñanza en irrefutable doctrina bíblica.

Para estudiar el texto bíblico se comienza por el todo para recién después ir a sus partes. Por no aplicar esa regla de oro en el estudio de la Palabra se generan disputas inverosímiles; por ejemplo, sobre si son ocho o nueve las 'bienaventuranzas' del Sermón³.

Los pleitos se multiplican por causa de la humana proclividad a disputar sobre pequeñas cuestiones que no hacen más que apartarnos de las doctrinas de Jesucristo⁴. Por experiencia sabemos que los líderes carnales tienden a jerarquizar los aspectos secundarios - como son los numéricos, estadísticos y de forma- con el fin de justificar, establecer o retroalimentar sus propias doctrinas. Así nacen y se gestionan las herejías. Tras analizar qué no son las bienaventuranzas concluíamos el artículo anterior preguntando:

Entonces, ¿qué son en realidad las Bienaventuranzas?

SIGNIFICADOS DE 'BIENAVENTURANZA' Y DE 'BIENAVENTURADO'

A lo largo de su vida cristiana, este autor fue descubriendo el significado de ciertos términos usados por Jesús en su enseñanza; no faltó a apasionadas discusiones que enfrentaban enfoques arbitrarios, como los ya señalados. Todavía hoy aprende. Por caso, hay dos corrientes interpretativas serias que plantean un problema difícil de solucionar; partiendo del mismo texto cogen un sentido divergente. Mientras una de ellas enfatiza el 'aquí y ahora' del sermón, la otra apunta al cumplimiento futuro de las promesas.

¿Cómo conciliar ambas posiciones sin distorsionar el profundo sentido cristológico y teológico del mensaje original? La respuesta la tenemos en la misma Escritura, en una cita del AT que el Señor conocía muy bien y que pertenece a la profecía de Isaías:

"El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya." ⁵

Jesús la leyó en la sinagoga de Nazaret y concentró la atención de todos al decir:

“Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.”⁶

Este ejemplo nos impulsa a recalcar - más que nunca - que el Mensaje no puede separarse del Mensajero, pues Jesucristo – solamente Él - es la Palabra hecha carne; el Verbo encarnado⁷.

Veamos ahora qué nos dicen los analistas bíblicos de la Biblia hebrea. Encuentran en ella 42 'bienaventuranzas' (45 incluyendo tres que son dobles) y 48 si se toman en cuenta sus formas inversas⁸.

Debido a que el NT que leemos es una traducción de la versión original en griego, y que Jesús usaba el arameo - idioma popular de su tiempo - podemos suponer que el vocablo original del que se tradujo 'bienaventurado' al griego haya sido la palabra aramea 'túbey' que equivale al hebreo 'asery' que significa 'dichoso' o 'muy feliz'. Lo destacable es que la raíz 'aser' significa 'planta del pie'. A lo largo de la Biblia se otorga gran importancia a nuestros miembros inferiores; la relación de los pies del que anuncia la buena noticia divina y la felicidad (la dicha) que se adquiere es algo bien conocido en el AT y el NT⁹.

Analizando las bienaventuranzas en su conjunto vemos que el término 'bienaventurado' define al cristiano cuya naturaleza y carácter lo diferencian radicalmente de la mayoría de sus semejantes. El énfasis de Jesús es la calidad interior que disfruta esa minoría a la que denominó 'manada pequeña'¹⁰. Solo los miembros de esa minoría formada por los que pertenecen al Señor pueden hacer propias las palabras "El reino de Dios está entre vosotros."¹¹ y "Bienaventurados vosotros los pobres."¹².

Este mensaje fundamental de la salvación (kérygma) que vino al hombre en la persona de Jesucristo es para ahora y para la eternidad. Es el anuncio y la práctica cotidiana de la ‘buena noticia’ que se hace real aquí y ahora y apunta con esperanza a la llegada de unos nuevos cielos y una nueva tierra¹³.

El apóstol Pablo, en todas sus cartas pastorales, nunca deja de avalar la doctrina de Jesucristo, pues el significado teológico y cristológico del Evangelio abarca el presente y la eternidad. Esto es así porque Jesús no pone el acento en el aspecto externo sino en la disposición interior del individuo que está en sintonía con la voluntad de Dios¹⁴. En la magistral exposición ante los principales de la sinagoga en Antioquía de Pisidia, el apóstol Pablo recuerda a David, de quien el propio Señor dijo:

“He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.”¹⁵

David estaba en sintonía con Dios. Pero Dios no busca marionetas. Debemos preguntar, entonces: ¿Qué implica la frase ‘hará todo lo que yo quiero’? El mismo Pablo, lleno del Espíritu Santo, nos responde al hablar sobre la misión que le cupo al amado rey de Israel:

“Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió.”¹⁶

David obró obedeciendo voluntariamente a Dios porque sus congéneres, los israelitas, lo necesitaban. El pueblo escogido de Dios quiso tener un rey terrenal y recibió con algarabía a Saúl. Luego padeció en carne propia las terribles consecuencias de su error. Solo las personas cuya naturaleza y carácter revelan una firme disposición a servir a los de su generación, como era David, harán todo lo que Dios desea y espera de ellas.

¡Dichosos son los hijos e hijas de Dios de los que pueda decirse que sirvieron a su propia generación según la voluntad de Dios! A ellos debe reconocerse como ‘bienaventurados’, tal como enseña Jesús.

Si transitamos por este mundo viviendo según la voluntad de Dios dormiremos después; descansaremos de nuestros trabajos; hasta que llegue el día cuando experimentaremos, con David, el mismo poder que levantó a Jesucristo de la muerte. Porque Él es nuestras primicias en todo, ¡seremos resucitados!¹⁷

En la próxima continuaremos con este maravilloso Sermón, si el Señor lo permite.

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Notas

Ilustración: Mafalda, que cumplió 50 años, quizás esté pensando que le han birlado una frase suya para el título. Lo cierto es que su creador, el humorista hispano-argentino Joaquín Salvador Lavado Tejón, alias Quino, recibió el galardón ‘Príncipe de Asturias’ de Comunicación y Humanidades, en Oviedo, hace pocos días. Sirva la ilustración como sencillo homenaje a quien supo ganarse el aprecio de mucha gente comunicando sus sensatas reflexiones a través de la niña cabezona y su simpático grupo de referencia.

1. ‘Jesús aún hoy habla con autoridad’, agentes de cambio, Magacín, 25/10/14.

2. Una posible fuente de este vocablo es el arameo avrah kahdabra que significa "Yo creo como hablo"; otra es el hebreo Aberah KeDabar que significa “iré creando conforme hable.” También se la relaciona con las piedras ‘abraxas’ usadas como talismanes. Llama la atención que en las prédicas de doctrinas falsas se inste a los oyentes a ‘decir la palabra’ para que algo se haga realidad.

3. Mateo 5:3-11. Nótese que se repite dos veces ‘bienaventurados’ al final de la lista.

4. Romanos 16:17; Efesios 4:17-21.

5. Isaías 61:1-3.

6. Lucas 4:16-21.

7. Juan 1:1- 14.

8. Ver ‘bienaventurado’ en Diccionario Teológico Bíblico: www.mercaba.org

9. Recomiendo leer este inspirado corto estudio: http://www.ebenezer-es.org/estudios/bienaven.htm

10. Lucas 12:32 "No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino."

11. Ibíd. 17:21.

12. Ibíd.6:20.

13. Isaías 65:17; 66:22; 2ª Pedro 3:13; Apocalipsis 20:11; 21:1-3, 10.

14. Tanto el salmista David como los apóstoles resaltan la condición interna del hombre que no busca aprobación de los demás sino la de Dios. Salmos 10:17; 26:2; 34:18; 44:21b; 64:10; 86:11,12; 80:12; 119:11, 80,112; 139:23; Lucas 8:15; 9:47,48; Juan 4:21-24; Hechos 1:24; Romanos 8:27; Efesios 6:6; Colosenses 3:23; 2ª Tesalonicenses 3:5; Hebreos 4:12; 13:9; 1ª Pedro 3:3-4.

15. Hechos 13:22, negritas del autor.

16. Ibíd. 23, negritas del autor.

17. Romanos 8:23; 1ª Corintios 15:20,23; Apocalipsis 14:13.