Ébola: la pobreza y la ecología

Sin gobiernos estables, sin sistemas de salud que funcionen, e infraestructuras destruidas, las poblaciones están a la merced de enfermedades como el ébola.

11 DE OCTUBRE DE 2014 · 21:50

Médicos atendiendo a un enfermo de ébola.,ebola
Médicos atendiendo a un enfermo de ébola.

Que tiene que ver el Ebola con el medioambiente?

El origen del actual brote. El Ébola es un río, afluente del gran río Congo en la republica democrática del Congo (anteriormente Zaire), en el norte del país, cerca de la frontera con Sudán. El nombre del virus en cuestión se debe a que la enfermedad empezó en este valle del Congo y la cercana Sudán. Mientras que los brotes de los diferentes tipos de virus del Ebola se han repetido en los últimos años, el actual brote en Africa occidental es el mayor y más virulento, con casi una cifra estimada de casi 4.000 muertes en los últimos meses, y un crecimiento exponencial.

 

Ébola: la pobreza y la ecología

Una incógnita es cómo llegó el virus a Guinea y los países circuncidantes de Liberia, Costa de Marfil y Sierra Leona. Según recientes estudios serían los murciélagos de la fruta los que trajeron el virus cruzando las fronteras. La mordedura directa de murciélagos a humanos sería el comienzo del viaje del virus, que se transmite entre humanos y animales por los fluidos corporales.

Pero un factor básico que puede explicar el enorme crecimiento numérico y geográfico del virus mortífero es la situación económica y política de estos países en los últimos años. Rotos por años de guerra civil en Liberia, Costa de Marfil y Sierra Leona, las multinacionales de la industria de la madera han explotado los frondosos bosques tropicales de la región, y la zona está seriamente deforestada.

 

Ébola: la pobreza y la ecología

La pérdida de masa forestal ha cortado el círculo hidrológico en esta región montañosa que recibe sus lluvias del monzón anual proveniente del Atlántico, y la sequía ha forzado a los murciélagos a centrarse en las poblaciones y los campos de refugiados de las guerras civiles y de la pérdida de sus tierras por la destrucción del bosque. Verdaderamente un saqueo de los recursos naturales de estos países, tres de los cuatro estando en los últimos diez del ranking de desarrollo del planeta. Sin gobiernos estables, sin sistemas de salud que funcionen, e infraestructuras destruidas, las poblaciones están a la merced de enfermedades como el ébola. Un gran número de los infectados han sido, como en el caso de los religiosos españoles, personal sanitario con grandes carencias de material médico y de protección, y estos propagaron la enfermedad en sus pueblos al volver a casa.

Occidente da la espalda a la rapiña de los recursos, y da la espalda a las poblaciones afectadas por la enfermedad. Parece que los países ricos del planeta piensan que la distancia y los mares les protegerán de la enfermedad. La Organización Mundial de la Salud está advirtiendo del gran peligro de no atajar la enfermedad en su origen: si no se invierten grandes medios en Africa occidental ahora, la epidemia podría extenderse sin freno por el resto del planeta.

¡Qué lejos estamos del mandato de cuidar y regentar la tierra, y de amar a nuestro prójimo! El creyente comprometido no puede mantenerse pasivo ante la destrucción de la creación y de las criaturas de Dios. Dios promete responder: “Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos y a los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, y los pequeños y los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra”. (Apocalipsis 11:18). El carácter del Dios compasivo y justo se debe reflejar en su pueblo.

 

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Próxima entrega: Últimas noticias sobre el cambio climático y el debate sobre las causas.

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