“Hay un esfuerzo por dar una respuesta integral”

La llegada de refugiados es uno de los retos más urgentes para Europa. Cientos de miles de personas están llegando a las fronteras del continente, presentando diversos desafíos.

La acogida, el mantenimiento, la situación legal, o las necesidades educativas, sanitarias, laborales y espirituales son algunos de los retos sobre los que diversas entidades, ONG y activistas cristianos comparten estos días en Catania (Sicilia, Italia) en el encuentro anual de Refugee Highway Partnership.

El redactor de Protestante Digital y Evangelical Focus Joel Forster está realizando la cobertura informativa. Desde allí nos cuenta la situación de los refugiados en Italia –han podido visitar un campamento-, y las diversas estrategias que se están siguiendo para dar una respuesta “integral”, que combine la atención a la necesidad práctica de los refugiados y el aliento espiritual de poder conocer personalmente a Jesús.

Pregunta. Joel, ¿qué es la conferencia de Refugee Highway Partnership?

Respuesta. Varias entidades, ONG y activistas se juntan desde hace trece años para compartir ideas, recursos, y cómo se ha dado solución a algunos problemas. Hay más de 80 personas de 15 países diferentes. Se nos ha explicado que este año hay una gran respuesta por parte de las iglesias en Europa, que se dan cuenta que hay una necesidad y debe ser una prioridad.

En el evento hay personas de distintos niveles. Algunos se dedican a crear recursos evangelísticos específicos para refugiados, otros que buscan como ayudar de forma práctica, otros ofrecen formación a las iglesias sobre cómo hacer un primer contacto con los refugiados, las autoridades, etc. Se habla mucho de como combinar bien la ayuda integral, es decir, el llevar el mensaje del evangelio y a la vez la ayuda práctica.

Hay personas trabajando en campos de refugiados o cerca de ellos, ya sea en lugares de acogida temporales o en edificios que los ayuntamientos han preparado para una acogida más permanente.

P. ¿En la conferencia hay asistencia también de refugiados?

R. Hay dos refugiados. Uno es de Nigeria, vino desde Libia. Cuenta cómo tuvo que pasar por zonas de desierto y luego embarcarse para intentar llegar a Italia. Llegó a Lampedusa, donde fue recogido por las autoridades. Fue a parar a un edificio en Sicilia en donde está con personas de 26 nacionalidades. Él es creyente y conversando con él, nos explicaba un poco su vida. Este hombre estudió comunicación audiovisual y está buscando un trabajo de este tipo. Tiene interés de poder desarrollar su profesión aquí. Además tiene pasión por hablarle a otros refugiados sobre su fe. Hemos hecho una salida para conocer a algunos refugiados y él hablaba con ellos, y les decía que debían buscar su seguridad y esperanza en Dios antes que los papeles.

Otra chica que está en Bélgica desde hace dos años, es de origen iraní. Salió de su país y nos contó las dificultades que tuvo para salir. Entró en contacto de una familia evangélica que la acogió, y allí fue conociendo cada vez más de Jesús. Ella no quería saber nada del cristianismo, pero al ir hablando y conociendo a más personas creyentes, ha ido descubriendo a Jesús. Contó como conoció a Jesús en una experiencia muy personal, gracias a las oraciones de los creyentes, que ya no podían darle más respuestas. Ella es diseñadora gráfica y también está buscando trabajo.

P. ¿Qué están haciendo estas entidades entre los refugiados?

R. Hemos escuchado de un ministerio que están trabajando en Turquía, donde hay más de 2 millones de refugiados. Muchos son nuevos, pero algunos llevan dos o tres años, y ya no están en una fase de ayuda humanitaria, sino en el punto de integrarse en la cultura y encontrar un trabajo. Nos explicaban cómo están contactando con personas, la mayoría de Siria y de Irak, y hay personas que han conocido a Jesús. Rápidamente ellos quieren hablar a otros de su etnia y de su entorno de su nueva fe. Por ello, están intentando formar a estas personas para hacer estudios bíblicos.

Ellos han empezado estudios con otras personas interesadas. Usan una tarjeta SD que ellos dan a estos refugiados, a los creyentes sobre todo, y un pequeño altavoz, para que puedan escuchar unas preguntas sobre un texto bíblico. Usan este recurso, algo muy sencillo y práctico, entre personas refugiadas que quieren saber más de Jesús.

Otros han contado lo que hacen en Alemania. Se trata de una iglesia que lleva 11 años trabajando con refugiados en una ciudad mediana, y han conseguido tener buena relación con las autoridades y trabajar dentro del campo de refugiados. Allí pueden hablar con las personas y las invitan a asistir a diversos programas específicos que preparan para los refugiados, por ejemplo una actividad para hombres que han titulado “Las noches de Jesús”, donde comparten de forma más profunda sobre la fe. Las autoridades de esta ciudad confían en la iglesia y su obra social, y les han dado acceso al campo de refugiados. No pueden predicar el evangelio dentro del campo, pero pueden quedar con los refugiados fiuera de campo y entonces compartir de Jesús. En los últimos años han podido ver unas 50 conversiones a Cristo.

Desde la iglesia además se está ayudando a los refugiados a reubicarse en pisos y están planteando posibilidades de construir espacios donde ellos puedan desarrollar su vida, y así puedan salir del campo de refugiados.

P. Habéis podido tener contacto con un campo de refugiados. ¿Cómo ha sido esta experiencia?

R. Hemos podido estar en Mineo. En la actualidad quedan unas 2.000 personas. Es una antigua base americana militar, que ya no se usa. Está vallada por fuera y hay mucha seguridad. Los refugiados que están allí son personas que han pedido asilo y están esperando la respuesta para la residencia. No pudimos entrar al campo. Íbamos con un pastor evangélico que suele entrar a hablar con los refugiados que son cristianos, pero lo que consiguió fue que algunos de los refugiados salieran para encontrarse con nosotros en una casa cercana. Allí, un grupo de unas 30 personas del campo de refugiados y los que acudimos, tuvimos unas 2 horas para conocernos.

Lo que hicimos fue preguntarles sobre su situación. Cada uno nos contaba su historia. Algunos empezaron a cantar canciones de alabanza de forma espontánea. Hubo momentos en los que se oraba unos por otros. En mi caso, pude hablar con uno de los chicos. Me contaba sobre su vida en el campo: tiene una tarjeta que tiene que fichar cada día, y si un día no ficha, pierde el permiso para estar en el campo.

Dentro ellos están viviendo en barracones, casas muy antiguas, en muy malas condiciones, donde viven repartidos según su etnia, origen o religión, para evitar que haya conflictos.

Una curiosidad que nos comentaban es sobre el mercado mercado alternativo de compra-venta que se permite dentro del campo. Cada semana las autoridades les dan un paquete de cigarrillos, lo que se convierte en una especie de moneda interna, lo usan para negociar.

Los refugiados cristianos tienen una iglesia dentro. Se han auto-organizado y allí comparten entre ellos. Hay una iglesia de nigerianos, y otra de Ghana y Camerún. Fue interesante escuchar sus historias y es duro ver que dependen de recibir un permiso para seguir en el país y establecerse. No tienen nada que hacer durante el día, no hay actividades organizadas. Dicen que si no tienes la mente ocupada, solo piensas en tu pasado, tu familia... Y puedes caer en depresión. Muchos sufren dolor, depresión, en su situación tan crítica, ya que todo depende de si un país te da un permiso o no. Pudimos orar con ellos, tratar de animarlos y ser animados nosotros por su fe.

P. Por último Joel, ¿cómo es el trabajo informativo que estás llevando a cabo estos días en la conferencia?

R. Estamos usando la oportunidad para hacer entrevistas a las personas que están trabajando en diversos lugares de Europa. Son entrevistas en video, audio y escritas, con personas que pueden animar a las iglesias a implicarse en la ayuda a los refugiados.

En los próximos días Evangelical Focus y Protestante Digital estarán publicando entrevistas y reportajes sobre el encuentro de Refugee Highway Partnership, que concluirá el 11 de febrero.