“Un evangelio aguado puede recibir aplausos pero no salva a nadie”

Marcos Vidal expuso ante las 8.000 personas congregadas en el Culto Conmemorativo sobre la importancia de que la Reforma continúe 500 años después bajo el principio de Sola Escritura y con un objetivo: predicar el evangelio.

Daniel Hofkamp

MADRID · 16 DE JULIO DE 2017 · 07:00

Marcos Vidal, predicando este 15 de julio en el WiZink Center de Madrid. / Carlos Numero,
Marcos Vidal, predicando este 15 de julio en el WiZink Center de Madrid. / Carlos Numero

La semana de actos y conmemoraciones nacionales del 500º Aniversario de la Reforma terminó este sábado con un culto conmemorativo y un gran concierto final que congregó a unas 8.000 personas en el WiZink Center de Madrid.

Tras la Fiesta de la Esperanza celebrada en las calles de Madrid por la mañana, la celebración se desplazó al Palacio de los Deportes, centro neurálgico de las actividades de los tres días anteriores que, junto al Campamento Urbano, han completado una semana intensa para el pueblo evangélico en España.

Este segundo culto conmemorativo -el primero se celebró el viernes por la tarde- reunió a un gran número de evangélicos. Antes de tomar el pan y el vino juntos, el pastor Esteban Muñoz de Morales dijo que seguramente era el acto en el que más personas hacían esta “cena del Señor” juntas en España.

Antes de este solemne y emotivo momento, el pastor y compositor Marcos Vidal había expuesto un mensaje bíblico directo y claro. Vidal basó su predicación en el texto de 2ª Tesalonicenses 2:13, donde el apóstol Pablo dice: "Pero nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, porque Dios os ha escogido desde el principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad".

 

ELECCIÓN, COMPROMISO Y MISIÓN

En su exposición destacó tres puntos, el primero, que Dios “nos ha escogido” y por eso “la base de nuestro éxito no está en el temperamento o el carisma, sino en que Dios nos ha escogido y él no se equivoca jamás”. Por eso, la obra de Dios “no tiene que ver con nuestros medios, sino con su obra sobrenatural en nosotros. ¿Vendrán circunstancias adversas, tiempos oscuros? Sí, pero así brillará más la iglesia”.

El segundo punto destacado fue que la salvación se manifiesta “mediante la santificación por el Espíritu”. Vidal explicó que en la Biblia la santificación tiene dos significados: “apartarse de” y “consagrarse para”, es decir apartarse del pecado, y consagrarse para Dios”.

Para el pastor de la iglesia Salem de Madrid, esto tiene implicaciones prácticas para el cristiano, que ha de vivir “consagrado para sus propósitos en nosotros y a través de nosotros”. Vidal animó a los evangélicos en España a tener a Jesús como modelo, “amando a los pecadores sin transigir con el pecado”. “Jesús amó a los pecadores con todo el corazón y los defendió cuando otros los querían agredir. Jesús hablaba con claridad, estaba cerca de la gente, comprometido 100% con la gente y 0% con el pecado”.

Explicó a continuación que hay presiones, dado que “decir “no” al pecado puede que nos traiga problemas, pero eso es a lo que nos ha llamado Dios”.

Finalmente, Marcos Vidal destacó “la fe en la verdad” que menciona Pablo en su carta. “Si tuviera que quedarme con una de las cinco solas, sería Sola Escritura- apuntó Marcos Vidal-. Creo que las otra cuatro solas salen de esta. Si nos quitas la Escritura, nos quitas todo”, explicó.

“En la Reforma hace 500 años y antes hubo gente que dio su vida para que la gente pudiera conocer la Palabra. Esto es importantísmo para nosotros hoy. Me alarmo cuando veo el analfabetismo bíblico que tenemos actualmente. ¿Cómo está el amor por la palabra en nosotros?”.

 

MARCOS VIDAL: "NUESTRO MENSAJE ES EL EVANGELIO"

Marcos Vidal señaló el peligro para la iglesia de no predicar el evangelio bíblico. “Si le quitamos al mensaje del evangelio la ofensa, la cruz, le quitamos el poder. El evangelio aguado, readaptado a los tiempos, puede cosechar aplausos, puede agradar, puede hacerles sentir mariposas en el estómago, pero ese evangelio no salva a nadie. Es por gracia, es por fe, es solo Cristo, solo a el la gloria, solo la Escritura”, expresó.

El pastor concluyó su reflexión animando a la iglesia evangélica en España a tomar el lema de la Reforma en su totalidad: “Iglesia reformada siempre reformándose… de acuerdo a la Palabra de Dios”.

Ante las dificultades que se puedan presentar, Marcos Vidal expresó su deseo de que la iglesia se apasione por la verdad y por compartir el evangelio sobre todas las cosas. “Deseamos ser relevantes, ser y vivir como reformadores. Pero ¿queremos cambiar la economía, la política, las injusticias? Eso son efectos secundarios de la predicación del evangelio. El fin último es la salvación de las almas. Somos nosotros quienes necesitamos avivar el fuego que nos encendió al principio. Seamos hoy iglesia, no seamos otra cosa. Cumplamos la Gran Comisión, llevando el glorioso evangelio de Cristo. No hemos sido autorizados ni comisionados a hacer otra cosa”.

 

Miles de personas de toda España acudieron a la celebración. / Carlos Fumero

EMOTIVO CIERRE

Con este evento y el concierto final se cerraba toda una semana de actividades. Mariano Blázquez, secretario general de Ferede y de la Comisión Organizadora del Congreso Evangélico, tuvo unas palabras de despedida. Emocionado, Blázquez expresó su alegría por la unidad mostrada durante la semana: “El resultado es para la gloria de Dios. Es hora de declarar que damos la gloria a Dios. A él encomendamos nuestros fracasos, pero también momentos de gloria como estos”.

Finalmente Juan Carlos Escobar, coordinador de los eventos celebrados durante toda la semana, mostró su “agradecimiento” a los asistentes y sobre todo a los cientos de voluntarios que participaron. “Es posible hacer cosas juntos. No sé cuando podremos tener otro evento de esta magnitud, pero os digo que España merece una iglesia visible, significativa e influyente. Podemos cambiar el camino de España, y no se hará sin compromiso de unidad. Debemos aprender a sufrir juntos, también discutir, llevar los momentos de dolor, pero Dios tiene el último soplo, la última palabra”.

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