Falleció Lilly Artola de Escobar

La noche del 26 de febrero pasó a la presencia del Señor nuestra querida hermana Lilly Artola de Escobar, esposa de Samuel Escobar.

Había nacido en 1934 en Recuay, en el norte del Perú, y luego vivió en Lima. Conoció al Señor desde niña y fue bautizada en la Iglesia Evangélica de Iñaquito, Ecuador en 1954. De vuelta en Lima se hizo miembro de la Iglesia Bautista Ebenezer, de Miraflores, donde conoció a Samuel Escobar y se casaron en 1958. Fueron invitados a trabajar con el ministerio estudiantil de los GBU y durante veintiséis años sirvieron en varios países latinoamericanos residiendo en el Perú, Brasil, donde nació su hija Lilly Ester, y Argentina donde nació su hijo Alejandro. Durante un año sabático de Samuel que dedicó a estudios doctorales en la Universidad Complutense de Madrid, Lilly abrió también su hogar para reuniones de universitarios.

Entre 1972 y 1975 sirvieron en Canadá y Lilly tuvo un papel clave en la adaptación a una nueva cultura. El ministerio entre universitarios demandaba la práctica de la hospitalidad y Lilly fue un modelo en ese sentido. Además hacía de padre y madre en la familia durante los frecuentes y largos viajes de Samuel.

De vuelta en el Perú en 1979, Lilly encontró un nuevo ministerio sirviendo entre los niños que vivían con sus madres en la prisión de mujeres de Lima, y organizando campamentos para ellos en cooperación con la Unión Bíblica. Cuando en 1985 Samuel fue invitado a enseñar en el Seminario Bautista del Este en Filadelfia, Estados Unidos, Lilly encontró un ministerio con los estudiantes hispanos y asiáticos, algunos de los cuales la llamaban “Mama Lilly”, tal como lo hacían los niños de la cárcel en el Perú.

En el año 2001 fueron invitados por la UEBE para que Samuel colaborara en el Seminario Teológico Bautista de Alcobendas y pasaron a vivir en Valencia, España. Aquí Lilly actuó por algunos años como voluntaria con Misión Urbana. En 2004 le diagnosticaron Alzheimer, dolencia que se agravó a partir de 2009.

Dios le dio a Lilly buena salud, energía, imaginación y espíritu de servicio que ella supo usar en el hogar y en el ministerio como valiosa compañera de Samuel, madre de familia y luego abuela de tres nietos.