España celebrará el V Centenario de la Reforma protestante
GBU, Fundación Abre y Alianza Evangélica Española anuncian un programa de actos de celebración de los 500 años de la reforma que impulsó Martín Lutero.
AEE · MADRID · 25 DE FEBRERO DE 2015 · 19:00
En el pasado encuentro de la Alianza Evangélica Española (AEE) este 21 de febrero en Valencia se presentó el programa que junto con Fundación Abre y los Grupos Bíblicos Universitarios (GBU) van a celebrar y recordar los cinco siglos del día en que Martín Lutero dio paso a la reforma protestante en búsqueda de los principios bíblicos de Solo fe, Solo Gracia, Solo Escritura.
Fue Eva Sierra, historiadora y responsable del Grupo de Memoria Histórica de la AEE, quien presentó la labor realizada por el equipo de “Reforma Quinto Centenario” con un gran número de eventos que en su conjunto suponen una gran fiesta conmemorativa; que comenzarán desde este año 2015 aunque centrándose en 2017 como eje central de los evantos..
Una fiesta, explicó, “porque la humanidad entera se ha beneficiado de los logros que han producido la lectura directa de la Biblia y la relación individual con Dios, que son la identidad de la gran familia evangélica en todo el mundo desde entonces”.
Por ello, recuperan el lema “post tenebras, lux” (tras las tinieblas, la luz). Esta expresión, en latín (Post tenebras, lux), fue lema del protestantismo europeo en el siglo XVI, y de hecho figura como inscripción en el monumento a la Reforma de Ginebra.
TRES ÁREAS
Las diversas actividades se engloban en tres diferentes áreas, la primera de investigación y programas científicos que incluirán conferencias, congresos científicos, talleres y cursos temáticos.
La segunda área abordará protestantismo y arte, para lo que se organizarán conciertos de todos los estilos musicales, audiciones, instalaciones, performance, pintura teatro, cine, etc.
Por último, habrá un área concreta de identidad y memoria con exposiciones, viajes de memoria, rutas guiadas, y publicaciones entre otros.
De todo ello irán informando, y les iremos dando cumplida cuenta en este diario. También pueden consultar la web ReformaQuintoCentenario
LA REFORMA PROTESTANTE (*)
El 31 de octubre de 1517 Martín Lutero clavó las noventa y cinco tesis en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg, principalmente como un modo de llevar a debate teológico la doctrina subyacente en la venta de indulgencias, medio con el que el pontífice romano esperaba financiar la culminación de la Basílica de San Pedro en Roma.
La venta de indulgencias fue enormemente promocionada en Alemania por un grupo de frailes dominicos encabezados por Juan Tetzel, personaje recordado en los textos de historia cristiana precisamente por ser un comerciante de religión que disparó la Reforma llevada adelante por Lutero.
Se pretendía que estas indulgencias, es decir, certificados de perdón de pecados concedidos por el papa a cambio de dinero, dejaban al pecador (comprador), “más limpio que Adán antes de caer”, e incluso que también beneficiaban a quienes se hallaban en el Purgatorio, lugar temporal de tormento donde, según la doctrina católica de la época, las almas de los difuntos terminaban de “purificarse” de sus pecados.
En las ciudades alemanas resonaba la afirmación de Tetzel, que ningún historiador protestante deja de citar, en relación a Lutero y la Reforma: “Tan pronto como la moneda suena en el cofre, el alma sale del purgatorio”.
Ahora bien, aunque la figura de Martín Lutero es la quizás la más representativa de la Reforma Protestante, no fue en modo alguno el único iniciador del movimiento que arrancaría buena parte de la cristiandad de la sujeción a la Iglesia Católica Romana.
Juan Calvino fue el otro gran nombre de la Reforma del siglo XVI, menos pasional que Lutero tal vez, pero teólogo brillante, polemista, hombre de Dios espiritual y consagrado, y autor de obras teológicas de gran peso, entre las que destacan los Institutos de la Religión Cristiana, que hasta el día de hoy es un libro de gran influencia en las Iglesias Reformadas.
Otros nombres se añaden a esta lista, como Ulrico Zwinglio, Felipe Melanchton, Juan Knox, Guillermo Farel, y aún otros.
El caso es que se dio en esa primera mitad del siglo XVI la aparición casi simultánea, en diversos puntos de la cristiandad, de hombres que levantaron la voz contra lo que consideraron errores de la religión oficial, y procuraron volver a las enseñanzas del evangelio tal como están contenidas en el Nuevo Testamento de la Biblia.
En realidad, podría decirse que los reformadores del siglo XVI fueron los sucesores de otros hombres que a lo largo del tiempo intentaron corregir las desviaciones, doctrinas erróneas, fábulas y supersticiones que al correr de los siglos se habían ido infiltrando en los dogmas de la Iglesia oficial; hombres que habían sido calificados de herejes, siendo perseguidos, y muriendo varios de ellos, ejecutados bajo la acusación de herejía.
Ejemplo notable fue Juan Hus, condenado a muerte en la hoguera por el Concilio de Constanza, un poco más de cien años antes del inicio de la Reforma, o también los discípulos de Juan Wycliffe, reformador inglés del siglo XIV, conocidos como los lolardos, muchos de los cuales sufrieron persecución.
(*) Esta reseña histórica está tomada de un artículo de Alvaro Pandiani en RTM Uruguay
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